Castellnou d'Oluges
Villa amurallada y castillo de Castellnou d’Oluja
El pueblo de Castellnou de Oluja, o Castellnou de Oluges como también se le conoce, se encuentra en la subcomarca del río Sió, zona comprendida entre las comarcas de la Segarra, el Urgell y la Noguera, que también es conocida como la Ribera de Sió o el Valle de Sió. Está situado entre los lugares de la Prenyanosa, Malgrat y Les Oluges, que es la población más próxima. La cercanía a esta última hace pensar que se trata de un asentamiento fundado más tarde, y cuyo nombre podría estar relacionado con la propiedad de una familia que bien podría ser la de los Oluja. Hasta 1972 formaba parte del núcleo de la Prenyanosa, pero actualmente pertenece al municipio de Cervera. Para llegar a Castellnou d’Oluja hay que dejar la A-2 en la salida 520 para tomar la carretera L-311 en dirección a Guissona, por la que se ha de circular unos 4 km hasta encontrar a la derecha un desvío que, tras 1 km, llega a la población.
La primera noticia sobre el lugar se remonta a 1076, en un documento en el que consta el nombre del primer feudatario, Ramon Miró. A finales de dicho siglo, el castillo se incorporó a las propiedades de los vizcondes de Àger y Cabrera, muy posiblemente como parte de la dote de Estefania, hija de Ramon Miró, que se casó con de Guerau Ponç II de Cabrera. Es también a finales de este siglo xi, concretamente en 1090, cuando el vizconde prestó juramento de fidelidad al conde de Cerdanya por este castillo, y por otras señorías que tenía de la marca de Berga. Años más tarde, su hijo Ferrer dejó escrito en su testamento que, a su muerte, la mitad del castillo debía ser dado a la canónica de Santa Maria de La Seu d’Urgell, y la otra mitad a la de Santa Maria de Solsona. Según se dice, este reparto lo hizo siguiendo la voluntad expresada por su madre.
Los señores que dominaron el lugar fueron cambiando a lo largo de la Edad Media. A los Cabrera, documentados en el siglo xi, les siguió un linaje que tomó el nombre del propio lugar: los Castellnou. Estos, a su vez, fueron sustituidos los señores de Cervera, que ostentaron los derechos sobre el castillo al menos hasta finales de siglo xii. De ello dejó constancia el testamento de Ramon de Cervera, de 1172, en el que legaba el castrum de Castello novo a su hijo. En el siglo xiii, el lugar volvió a cambiar de manos, pues pasó a estar controlado por la familia Oluja, originaria de la vecina población conocida como Oluja Jussana, que retuvo los derechos durante toda la Baja Edad Mediana y hasta el siglo xvii, cuando el término de les Oluges, y con el de Castellnou, pasaron en manos del Juan II de Aragón.
El castillo de Castellnou de Oluja se alza sobre un cerro desde el que domina todo el valle. Las casas de la localidad se distribuyen por la ladera, y conservan el entramado de urbano medieval. Las zonas superior e inferior se comunican por medio de una calle estrecha y sinuosa, denominada de la Font. En la misma se conservan tramos con pórticos con arcos ojivales. Completan la trama urbana estrechos callejones con fuerte pendiente, algunos con bóvedas, arcos, portales adovelados y pequeñas plazas. El recinto estaba rodeado por una muralla formada por la parte posterior de las casas, cuyo trazado no se ha conservado en su totalidad.
De todo el conjunto medieval, el edificio más destacado es el castillo, que se encontraba a la parte alta, y del que se hace difícil pero se hace difícil reconocer su estructura original. El paso del tiempo y las diferentes remodelaciones que ha sufrido a lo largo de los siglos, han alterado notablemente su fisonomía. A pesar de ello, algunos fragmentos de los muros son visibles en el sector oeste y norte, aunque muy modificados durante el siglo xvi. La fortaleza no ha sido, hasta el momento, objeto de un estudio en profundidad, y las aproximaciones cronológicas que se han realizado parten del análisis de los paramentos, en los que se identifican dos tipos de aparejo diferentes. La parte superior se cree que podría corresponder con un momento altomedieval relacionado con la conquista y la repoblación de la zona. Ello lleva a considerar que el resto, la parte inferior, tiene que ser de un periodo anterior que los investigadores tienden a situar en el dominio islámico.
Próxima al castillo, en la misma calle de la Font, en dirección al Camino de las Eras, hay una torre medieval en un estado de conservación bastante aceptable. Aunque está integrada en edificaciones de nueva construcción, pero sus características no se han visto alteradas. Tiene una altura superior a 8 m, presenta planta rectangular, y se apoya directamente sobre la roca madre que sirve de cimentación. El aparejo evidencia dos momentos constructivos diferenciados. El primero, correspondiente a la parte inferior, se caracteriza por el uso de sillares bien labrados y escuadrados, dispuestos de tal forma que las hiladas de piezas estrechas se alternan con otras de mayores dimensiones. Esta dinámica combinación de material de diferentes dimensiones se interrumpe en la mitad superior, correspondiente a la segunda fase, en la que se utiliza un aparejo más menudo, que más bien es sillarejo, dispuesto en hiladas bastante homogéneas y regulares. Este tipo de material se asimila al que se observa en un pequeño tramo de muro que hay a ambos lados de la torre, visible entre las construcciones que se han adosado. En la parte más alta de la torre, se abren dos alargadas y extremadamente finas aspilleras de una altura aproximada de 1 m. Por encima de ellas, hay una tercera ventana de parecidas características, pero menos estrecha y alta.
Texto y fotos: Cristina Tarradellas Corominas
Bibliografía
Castells Catalans, Els, 1979, VI, pp. 687-689; Catalunya Romànica, 1984-1998, XXIV, pp. 396-397; Duran i Sanpere, A., 1977; Fité i Llevot, F., 1985.