EL ÚNICO TESTIMONIO románico conservado en su iglesia parroquial es un crucifijo procedente de la e rmita de Nuestra Señora del Valle de la misma localidad. Es una obra de madera en buen estado de conservación, aunque falten el dedo pulgar de ambas manos y una falange del índice de la mano derecha. Los extremos de la cruz fueron serrados para adaptarla al retablo en el que estuvo inserto en la ermita antes de su traslado. También se le ha retallado la parte superior de la cabeza, donde se supone iba colocada una corona, para poner con posterioridad una de espinas que aún lucía a principios del siglo XX. La policromía es posterior, con restos de la originaria en las zonas laterales del perizonium. Sus medidas aproximadas son 186 cm de alto por 170 cm de ancho. La imagen tiene la cabeza adelantada, manteniendo la vertical e inclinada hacia su derecha. El cabello está tallado en mechones individuales que se reparten a ambos lados del pecho. El rostro es de canon alargado, con los ojos entreabiertos y hundidos, las orejas tienen su eje horizontal a la altura de los ojos. Los brazos se mantienen en la horizontal hasta el codo, donde se flexionan para subir en diagonal, como en otras tallas de la provincia (Salas de Bureba) y las manos se adaptan a la horizontal de la cruz con los dedos estirados y unidos. En la anatomía adquiere gran protagonismo el esternón, las costillas y el pecho en capelina. El abdomen liso está dividido en dos por una línea vertical que sólo se interrumpe por el ombligo. El perizonium se sujeta en la cintura y cubre hasta las rodillas, tiene como particularidad que los extremos se recogen bordeando las caderas hasta el centro, formando pliegues zigzagueantes en sus extremos inferiores. Sobre las piernas se ajusta completamente, sin presentar ningún tipo de plegado, y entre los muslos cae un pliegue vertical de tela dividida en dos partes iguales y paralelas. Las piernas están bien moldeadas, con estrechamiento en los tobillos. Los pies caen paralelos y en vertical, tiene largos dedos y se sujetan por dos clavos. La cruz es la original con forma de árbol. Esta imagen se adapta a la tipología bizantina y su modelo hay que buscarlo en el Cristo de marfil de la iglesia parroquial de San Juan de Ortega, municipio cercano a Monasterio de Rodilla. Coincide con éste en el tratamiento del perizonium, sin existir ningún otro en madera o marfil que se le pueda comparar. Otro dato significativo y nada frecuente es la disposición de la cabeza muy inclinada hacia la derecha, adelantándose al cuerpo, pero sin flexionar. Esta pieza eboraria se data en el siglo XII, por lo que debemos posponer la cronología de la escultura al primer tercio del siglo XIII.