CABAÑES, sí que puede afirmar que tuvo su iglesia una fábrica románica, pues a pesar de que la que ahora vemos parezca obra de los siglos XVII-XVIII, conserva en su interior dos canecillos románicos que de alguna parte tendrían que venir. Son muy toscos y gastados, con cabezas uno de animal y el otro humana. Restos también de soportes de una fábrica románica, son dos basas de columnas de tipo románico, una de ellas está colocada sobre el dintel de la puerta románica del cementerio adjunto, y la otra muestra claramente las lengüetas de un tosco y grueso toro. También existe en el interior una pila bautismal troncocónica que parece medieval, muy tosca y sencilla y sin ninguna decoración. Cabecera rectangular y nave son de la misma altura, estando la espadaña –de clara factura moderna– sobre el hastial occidental. Los muros son de mampostería, sistema y material que se utilizó prácticamente en todas las iglesias románicas lebaniegas, pues hasta las más viejas y más ricas, como pudieran ser Santo Toribio y Piasca, se construyen con este aparejo. Sin embargo la espadaña, siguiendo también esta misma tradición, lo hace en sillería, sistema que igualmente utiliza en cornisas y vanos. Rodea a la iglesia, que se sitúa al comienzo del pueblo, una pared de piedra que da a los prados del norte que van descendiendo suavemente.