LA IGLESIA VIEJA DE BUCESTA se encuentra a unos 500 m al este del antiguo caserío, en lo alto de un cerro. El acceso a su interior no ha sido posible, debido a estar el edificio cedido a un particular, y a las dificultades para su localización en un lugar despoblado y de difícil acceso. Es un edificio construido en mampostería, sillería y sillarejo, que está formado por una nave de planta rectangular. Ésta se divide en cinco tramos, incluida la cabecera, separados mediante arcos fajones apuntados que descansan en ménsulas y pilastras. Tiene capillas, abiertas a cada lado del tramo central, cubiertas con cañón rebajado, y la sacristía, adosada al muro norte de la cabecera, con cañón apuntado. En el exterior los muros norte y sur están reforzados por contrafuertes de sillería y sillarejo, que rematan en talud sin alcanzar la cornisa. El muro sur presenta un número de seis que coinciden en marcar la división interna de cinco tramos. En el muro norte son cuatro los contrafuertes. En el tejaroz de esos muros quedan algunos canes de forma abocelada. El volumen de las capillas abiertas en el tramo central tiene poca desenvoltura al exterior, siendo su altura escasa, y muy inferior a la de los contrafuertes. El acceso a la iglesia, abierto en el penúltimo tramo del muro meridional, es un arco sencillo de medio punto en sillería, con impostas toscas e irregulares. En el último tramo, al Sur, se observa un pequeño vano de iluminación en medio punto, cegado, y en el muro norte, dos estrechos vanos adintelados, en el tercer y cuarto tramo. A los pies de la nave se abre una saetera enmarcada por sillares. Se conserva la espadaña de dos huecos que se levanta sobre el hastial oeste, destacando sobre la cubierta de la iglesia. Se trata de un edificio que responde a un modelo de iglesia rural, de nave única y cabecera recta, extendido en los valles del Leza y el Jubera, en el que perviven las formas románicas conviviendo con esquemas góticos. Es una construcción tardía, del siglo XIV, que se puede poner en relación con otras de la zona, como las cercanas iglesias de San Juan de El Collado, o San Miguel y Santa María de Robres del Castillo. A partir del siglo XVI se debieron de construir las capillas; en la sacristía se hicieron algunas reformas en 1570 con la intervención de Pedro de Eguilaz. La iglesia Vieja de Bucesta ha permanecido durante muchos años en estado de abandono, y, como ya hemos apuntado, en la actualidad se encuentra cedida por la diócesis a un particular, durante un período de tiempo determinado.