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Capitel del lado occidental de la portada. Dos demonios apresan a un hombre en la esquina de la cesta, uno de ellos le tiene cogida la cabeza y el cuerpo con sus brazos y una de sus piernas mientras que otro le golpea el vientre con sus garras

Identificador
40191_02_003
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 0' 57.48" , -4º 4' 54.1"
Idioma
Autor
José Manuel Rodríguez Montañés
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santo Tomás

Localidad
La Higuera
Municipio
Espirdo
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
AUNQUE LOS VOLÚMENES externos del edificio no lo demuestren, la iglesia de Santo Tomás constituye, a pesar de su modestia, un bello edificio románico del que cabría destacar la portada meridional del templo y la diafanidad con la que se distribuyen los espacios en el interior. El edificio presenta un aspecto muy austero con una cabecera de formato cuadrangular, y sacristía adosada en el lado norte, tres naves, cementerio en la parte occidental y una pequeña espadaña adosada en el lado meridional cercana a la portada. La cabecera de la iglesia fue reformada en época barroca sustituyendo a la románica y tan sólo conserva de la primitiva obra cuatro canecillos en el muro sur, algunos de ellos decorados con una sencilla hoja puntiaguda. También gran parte de los muros de la iglesia fueron reformados en el siglo XVIII, fecha que establecemos gracias a una inscripción que se encuentra en el dintel de la puerta norte en la que se lee: AÑO DE 1725, fecha que coincide también con la tipología de ventanas que se abren en los muros, de formato rectangular y bordes resaltados, muy utilizadas en los edificios de esa época. El campanario de se encuentra adosado al muro sur de la iglesia y tiene un origen medieval en la base en la que se observan algunos sillares románicos sobre todo en las esquinas, pero las dos troneras de arco de medio punto que lo culminan han sido construidas en época reciente, eso si, imitando en lo posible las formas románicas. Actualmente el acceso al recinto de la iglesia se realiza por un pequeño cancel ubicado en la parte sureste y tras atravesar un pequeño jardincillo se llega a la portada de acceso al interior del templo ubicada en el lado meridional. Aunque hoy día ha recuperado su función original durante mucho tiempo esta puerta estuvo inutilizada ya que en este lugar se ubicaba el cementerio de la localidad; el acceso al templo se realizaba entonces por la puerta abierta en el lado norte abierta durante la reforma barroca como ya hemos señalado anteriormente. La portada románica parece estar remontada de su ubicación original, adelantada respecto al muro de la nave, con las esquinas exteriores e interiores matadas por un bocel y coronada por un frontón triangular flanqueado por bolas de época barroca en el que se emplean algunas metopas románicas, quizás provenientes de la cornisa de la cabecera original del templo. Está compuesta por un arco de medio punto sencillo que apoya en jambas prismáticas aboceladas; las dovelas que forman este arco tienen talladas flores de aro formadas por un gran tallo matriz que se divide en cuatro tallos más pequeños, dos de los cuales vuelven sus puntas hacia las esquinas inferiores de la dovela y se adaptan al marco, mientras que los otros dos se curvan y forman un óvalo dentro del cual se talla la flor de aro. Existen dos dovelas que presentan una labor diferente, una de ellas con una talla muy desgastada e irreconocible mientras que en la otra aparece un pavo real con la cola recogida. Al arco de entrada le acompañan dos arquivoltas que conforman el conjunto de la portada; la arquivolta interior decorada con grueso bocel y mediacaña, apoya en dos columnitas con las basas muy desgastadas y coronadas por capiteles: en uno de ellos aparecen las figuras de dos hombres vestidos con cota de malla en actitud de lucha, agarrándose por las barbas. Encontramos un capitel de semejantes características lo podemos encontrar en la portada de la iglesia sepulvedana de la Virgen de la Peña. A los luchadores les acompañan otras dos figuras talladas en la otra cara del capitel, una de ellas parcialmente destrozada, vestidas con túnicas hasta los tobillos, cinturón, y gruesa capa, y que cruzan las manos sobre el pecho. En el otro capitel dos demonios apresan a un hombre en la esquina de la cesta, uno de ellos le tiene cogida la cabeza y el cuerpo con sus brazos y una de sus piernas, mientras que otro le golpea el vientre con sus garras. Asimismo una serpiente rodea las piernas del hombre y le muerde las barbas. Un capitel de iconografía y factura similar se repite en la portada de la iglesia de Torreiglesias aunque aquí los rasgos demoníacos se suavizan ligeramente. El programa iconográfico que se representa en los capiteles tendría una posible interpretación conjunta que nos ofrece la profesora Ruiz Montejo: los hombres en actitud de lucha se están desafiando tirándose de las barbas, discutiendo, y serían una personificación del vicio de la discordia. La presencia de las mujeres contribuye a dar un aspecto más real a la escena. Este vicio arrastra al hombre hacia el pecado y hace caer al hombre en las garras del demonio, hecho representado en el otro capitel de la portada. En la arquivolta exterior de la portada se representan en las dovelas rosetas muy características del románico segoviano, de seis pétalos dentro de clípeos perlados y con pequeñas hojitas sobresaliendo en las esquinas y en la parte central. Un guardapolvos decorado con tres filas de ajedrezado protege el conjunto mientras que voluminosas bolas formadas por la unión de pequeñas hojitas plegadas sobre sí mismas forman una línea de imposta que recorre toda la portada a la altura de los cimacios. En el interior, el espacio se distribuye en tres naves, la central más ancha que las laterales, separadas por cuatro arcos formeros de medio punto doblados construidos en sillería a excepción de los dos últimos realizados en ladrillo y que son fruto de las obras de restauración efectuadas en la iglesia a principios de los años noventa del siglo pasado. Los arcos originales del templo, construidos en piedra, apean en columnas adosadas a pilares cuadrangulares; los capiteles que coronan las columnas presentan una decoración muy sencilla con cuatro grandes hojas partidas por el centro que ocupan toda la cesta y cimacios lisos con perfil de nacela. Tanto las naves laterales como la central están cubiertas por una armadura de madera, con tejado a dos aguas, después de que en la restauración se eliminase el cielo raso que las cubría anteriormente. El paso de la nave principal hacia la cabecera se realiza a través de un arco apuntado doblado cuya rosca externa apoya en pilares prismáticos mientras que la rosca interna es sostenida por capiteles que han sufrido un notable deterioro, uno de ellos con grandes hojas de grueso nervio central y pequeñas piñas en las esquinas mientras que el otro con decoración vegetal de largas hojas talladas muy toscamente. Sobre los capiteles, en las piezas de los cimacios que aún se conservan, se esculpen flores cuatripétalas incluidas dentro de un tallo vegetal que va formando círculos. El interior de la cabecera se nos presenta totalmente reformada, cubriéndose con una falsa bóveda de crucería y colocando un retablo barroco detrás del altar mayor. Muy probablemente las naves laterales culminarían en pequeños ábsides de los cuales prácticamente nada ha llegado hasta nuestros días. Solamente durante las obras de restauración antes mencionadas se descubrió una pequeña puerta en el muro oriental de la nave de la epístola. Dicha puerta, de aproximadamente un metro de luz y formada por un pequeño arco de medio punto construido con sillería que apoya en jambas prismáticas con cimacios de nacela, servía para comunicar la nave sur con un hipotético ábside que a día de hoy ha desaparecido totalmente. La iglesia conserva también una pila bautismal de origen románico, muy sencilla que mide 105 cm de diámetro, y 94 cm de altura, de copa semiesférica decorada con 12 grandes gallones. La ausencia de elementos epigráficos y documentales no nos permiten fechar con seguridad este edificio aunque siguiendo la tónica de gran parte del románico de la provincia de Segovia, creemos que su cronología debe llevarse al menos hasta la segunda mitad del siglo XII.