Formando parte de la vivienda actual se encuentra la cabecera de la antigua iglesia parroquial del despoblado, convertida luego en ermita y ahora en capilla de la finca. En origen debió de ser un edificio románico compuesto por una sola nave y un ábside semicircular con su correspondiente tramo recto, único resto conservado de la vieja fàbrica. Se cubre con bóveda de horno en el tramo curvo y de cañón en el presbiterio, arrancando en ambos casos de una imposta de bisel. La iluminación la recibe a través de tres ventanas abocinadas sin ninguna molduración. Lo más interesante, sin embargo, es la articulación que presentan en el interior los paramentos del hemiciclo absidal, decorados con arcos de medio punto sobre jambas molduradas con bocel. Otros dos arcos, en este caso sobre columnas con capiteles vegetales, se disponen a cada lado del presbiterio, separados en este caso por una pilastra que soporta un arco apuntado que divide en dos tramos el espacio presbiterial. Los cimacios se decoran con dientes de sierra que se prolongan también por la impsota que recorre el ábside a media altura. Todo apunta a que nos hallamos ante un templo levantado en torno a los años finales del siglo XII o comienzos del XIII.