Pasar al contenido principal
x

Portada románica

Identificador
09348_06_006
Tipo
Fecha
Cobertura
41º 57' 58.63'' , -3º 28' 26.00''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega,Pedro Luis Huerta Huerta
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de Santa Cecilia

Localidad
Santibáñez del Val
Municipio
Santibáñez del Val
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA ES DE UNA SOLA NAVE, de planta basilical, con muros de piedra sillería y sillarejo y cubierta de madera. El ábside, de planta cuadrada, se cubre con cúpula sobre pechinas y se accede a él por un pequeño arco triunfal de herradura apoyado sobre jambas. Sobre esta cabecera se levanta la torre. El conjunto presenta unas formas de muros, el habitual hormigón romano, vanos abiertos al mediodía y módulo constructivo que nos están indicando que es una obra levantada a finales del siglo IX siguiendo los usos y conceptos constructivos tardoantiguos o hispanovisigodos. Este templo presenta importantes alteraciones en el muro meridional. La primera de ellas, bien delatada en la arqueología muraria, es haber cegado las dos portadas que daban acceso desde el exterior al interior del recinto. La segunda es abrir una portada nueva en el centro del muro ya en época románica y la tercera se refiere al hecho de que hayan adosado una galería porticada, con algunas formas románicas, pero que ha sufrido alteraciones y reformas reseñables a lo largo del tiempo. Incrustada en el muro sur está la portada, formada por un sencillo arco de medio punto de esbeltas y logradas proporciones que consta de una arquivolta y guardapolvo apeados sobre las jambas. Está cobijada por la galería porticada. En este mismo muro sur, hay dos vanos que tienen arco de herradura y una luz de tipo aspillera. La galería porticada se levanta sobre un poyo bastante significado que aumenta de grosor de este a oeste para salvar el desnivel importante del terreno sobre el que está levantada. El muro es de piedra sillería, de proporciones regulares y bien escuadrada. El tejado descarga sobre una cornisa que se apea en diecisiete canecillos de estructura de caveto y sin otra decoración. Consta de cuatro arcadas de medio punto bastante peraltadas, recorridas en la parte exterior por una arquivolta y que van engarzando unas con otras sin llegar a la línea de impostas, quedando a la altura del arco de medio punto. Van decoradas con ajedrezado de doble dado, realizado a bisel, aunque en un pequeño tramo aparezca la ornamentación de panel de abeja. Descarga sobre un pilar de planta rectangular, recorrido por una cornisa de la misma estructura que la del alero. Todo se apea sobre un banco corrido bastante desarrollado, que únicamente se interrumpe a la altura de la portada. Ésta se corresponde con la quinta arcada, ubicada en el centro geométrico de la galería y enfrente de la que da acceso al interior del templo. Es de mayor tamaño que las restantes, de arco de medio punto no peraltado decorando la arquivolta con los motivos que venimos viendo. Parece que el plan de obras de esta galería y la modificación de las portadas primeras de acceso al templo reemplazándolas por la actual románica se hacen por el mismo maestro y taller, hecho que se ratifica por la coincidencia entre ambas portadas. Parece que el peralte que llevan los arcos de la galería y el que se hayan tapado los dos vanos, testigos casi únicos del templo prerrománico, se debe a una reforma posterior de la galería, cuando deciden elevarla añadiendo unas hiladas más. Nos parece que esas obras son recientes, muy probablemente de finales del siglo XIX o comienzos del XX. No sería de extrañar que esta galería no fuera levantada en época románica sino que más bien en ese momento se rehace lo ya existente. De ser ello cierto estaríamos ante uno de los primeros ejemplos de galería porticada, parangonable con la de San Vicente del Valle. La portada románica se halla incrustada en el muro sur perfectamente articulada y organizada en relación con los dos vanos del templo prerrománico. La misma forma parte de la primera modificación habida en el templo de trazas y formas tardoantiguas. Ahora se tapian las portadas precedentes añadiendo un nuevo vano en el centro donde se incrusta esta nueva fábrica de cuidada factura, airosa y con relieve de alto valor ornamental. Consta de una arquivolta, guardapolvo y el arco de medio punto de sección modelada. Todo descarga sobre la imposta corrida y las jambas con moldura angular. El guardapolvo tiene una estructura biselada y se ve decorado por grandes hojas lanceoladas (flor de aro), que van adosadas unas a otras, que al mismo tiempo se transforman en una flor de siete pétalos completamente abiertos describiendo elegantes espacios ovales. Son bastante estilizadas, alargadas, realizadas en bajorelieve y de una labra cincelada a bisel. El arco consta de un baquetón de medio bocel bien labrado y de un modelado de lograda ejecución. El extradós del arco se decora con un entrelazo que alberga cuatripétalas, muy parecido al que vemos en las pilas bautismales de Quintanilla del Coco. Todo descarga sobre una imposta corrida con doble vástago que se va ondulando describiendo espacios semiovales, se ramifica y termina en hojas tripétalas, estilizadas y antinaturalistas, que forman una flor. En el intradós la decoración es similar, pero en lugar de tripétalas coloca flores de cuatro pétalos. Es un relieve bajo, hecho a bisel y a veces realizado con cuidado modelado, perfectamente acomodado al espacio escultórico. Uno de los aspectos más notables de este relieve es la plasticidad y sentido ornamental que tiene. A modo de conclusión podemos resumir que la fábrica de este templo de Santa Cecilia presenta un proceso constructivo que tiene dos momentos claramente diferenciados. A la primera fase, siguiendo formas y conceptos espaciales y constructivos de época tardoantigua, corresponden la nave, la cabecera y la articulación del muro meridional con dos portadas y las correspondientes ventanas. Nos parece que esta etapa de obras se corresponde en el tiempo histórico con la iglesia de San Pelayo o Pedro el Viejo de Arlanza, San Vicente del Valle o San Félix de Oca por lo que no sería extraño que estuviera levantada en las décadas finales del siglo IX. A una segunda etapa de obras corresponden la actual portada y la remodelación de la galería porticada, ambas de formas y trazas románicas. Los datos escultóricos de la portada, sus proporciones y las formas que presenta nos inclinan a pensar que bien pudiera ser una obra de mediados del siglo XII. Esta galería ha sufrido importantes alteraciones que han consistido en convertir los arcos de medio punto en peraltados y elevar la altura inicial de la galería. Nos parece que esa reforma se puede situar en las décadas finales del siglo XIX o a comienzos del XX con lo que los vanos prerrománicos no aportan luz directa al interior.