Sant Esteve de Vilacolum
Iglesia de Sant Esteve de Vilacolum
La iglesia de Sant Esteve de Vilacolum está situada en el centro del vecindario de Vilacolum, a unos 2 km al Norte de Torroella de Fluvià. Antiguamente una parte de su término estaba ocupado por el lago de Vilacolum, que a su vez enlazaba con el de Siurana d’Empordà. Ambos fueron desecados en el siglo xix. Para acceder al lugar hay que dejar la N-IIen el enlace con la C-13, y seguir esta en dirección Sur hasta el desvío de Vilamacolum/Vilacolum.
A pesar de que existen menciones al lugar desde el siglo x, la primera cita documentada a la iglesia de Sant Esteve data del año 1116, cuando el obispo Berenguer Dalmau la donó a la canónica de la sede de Girona. Posteriormente, el templo aparece en las Rationes Decimarum (relación de parroquias que contribuían a las Cruzadas) de 1279-1280. También se cita como parroquia en los nomenclátores de la diócesis de Girona del siglo xiv. Tras varias reformas en el siglo xviii, sigue teniendo la función de parroquia.
El templo actual se levanta sobre una suave elevación del terreno, que en el lado norte es más pronunciada. Está en el centro del antiguo recinto amurallado del pueblo, datado entre los siglos xiii y xiv, que todavía conserva el portal de acceso cuyo pasadizo se debe cruzar para acceder al recinto del cementerio que está junto a la iglesia.
Se trata de una iglesia del siglo xviii, que posiblemente se inauguró en 1791, fecha gravada en el dintel de la puerta de acceso, que conserva un pequeño tímpano liso, románico, de la edificación anterior. Se levantó sobre la estructura de la iglesia románica de la que apenas quedan vestigios visibles en el sector de mediodía. Los restos más notables consisten en una ventana de doble derrame adovelada, con arco de medio punto, actualmente tapiada en el interior. Así mismo, se puede observar la puerta de acceso con arco de medio punto adovelado, parcialmente tapiada, aunque se ha recuperado su utilización. Junto a la actual puerta de entrada, se puede ver una ventana aspillera con arco monolítico, también tapiada, y al lado opuesto, junto al dintel de la puerta, vemos una ventana de doble derrame tapiada que debía estar ubicada en el centro de la fachada de poniente del anterior edificio.
En el templo hay también un campanario de planta cuadrangular con dos ventanas coronadas con arcos de medio punto. Está ubicado en el ángulo suroeste del edificio, que conserva muros con restos de la etapa medieval. No obstante, se hace difícil su datación que podría situarse entre los siglos xv y xvi.
Una actuación arqueológica del año 2000 permitió conocer detalles de enterramientos que se dataron entre los siglos xi y xiii, por su tipología y por los elementos cerámicos y otros que los acompañaban. Se identificó, asimismo, un campo de silos en el interior del templo que permitieron reconstruir la evolución del lugar desde antes del siglo x con un inicio no religioso. Así mismo se recuperó la pila de aceite que estaba bajo la escalera de acceso al coro y que suponemos se utiliza como centro floral tras haber sido limpiada.
Se conservan también dos lápidas sepulcrales, una de época moderna, pero destacamos la que está adosada al muro sur, a poniente, junto a la antigua puerta de acceso al templo. Se trata de una lápida gótica con inscripciones datada en 1284.
Como conclusión, dejamos constancia de la existencia de un templo anterior, que según Badia tendría su inicio en el siglo x por los restos de opus spicatum que se encuentran en el muro de mediodía, que se habría remodelado en el siglo xii, y que tras su prolongado abandono y deterioro, reflejado en las visitas pastorales del siglo xvii, se reedificó y amplió en el siglo xviii, resultando el actual templo de nave rectangular con ábside poligonal, cuatro capillas laterales y coro.
Texto y Fotos: Montse Jorva i Valero
Bibliografía
Arnall i Juan, M. J., 1981-1982, p. 110; Badia i Homs, J., 1977, p. 22; Badia i Homs, J., 1977-1981, II-B, pp. 358-359; Badia i Homs, J. y Olavarrieta i Santafé, J., 1985, p. 203; Catalunya Romànica, 1984-1998, IX, pp. 863-864; Vieyra i Bosch, G., 2000.