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Vista general de Sant Martí de Escalarre

Identificador
25903_04_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.614971, 1.139053
Idioma
Autor
Azucena Povill Espinós
Juan Antonio Olañeta Molina
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Martí de Escalarre

Localidad
Escalarre
Municipio
La Guingueta d'Aneu
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Martí de Escalarre

Descripción

LA GUINGUETA D’ÀNEU 

Iglesia de Sant Martí de Escalarre

Partiendo de la Guingueta d’Àneu, se debe tomar la carretera C-13 en sentido norte, y desviarse, al cabo de 1,5 km, hacia Esterri d’Àneu. Justo antes de entrar en dicha población, se accede a una calle que conduce a un puente, que debe atravesarse, para seguir por la pista en sentido sur. La iglesia se halla en las afueras de la población, junto al cementerio.

 

La primera referencia a Escalarre se encuentra en una donación del conde Ramon de Pallars al monasterio de Santa Maria de Gerri, realizada entre 981 y 985. Un siglo después, aparece nuevamente documentado en un excusatum del conde Artau II y su mujer Eslonça al cenobio gerrense. Sin embargo, para la primera noticia sobre la iglesia dedicada a san Martín se ha de avanzar hasta 1336, cuando el obispo de Urgell resolvió un conflicto eclesiástico que vinculaba al clérigo Bernat Dosat a una parte de la parroquia. 

 

Esta iglesia presenta un tipo de planta muy singular, sin ningún paralelo en la zona, pues se trata de un edificio de dos naves rectangulares con dos ábsides, precedidos estos por sendos arcos presbiteriales. Actualmente la nave norte está compartimentada en capillas y su correspondiente ábside reconvertido en sacristía. Exteriormente, los dos ábsides presentan claras diferencias. Mientras que el meridional es liso, aunque su flanco norte sobresale respecto al resto del lienzo, el septentrional cuenta con tres lesenas que determinan cuatros entrepaños, los cuales están coronados por sendos frisos de dos arquillos ciegos, salvo el paño norte, que tiene tres. Estos arquillos enmarcan unas piezas monolíticas semicirculares. El ábside septentrional cuenta con dos ventanas, ambas de doble derrame y arco de medio punto, una en el centro, y la otra, cegada, en el lado norte. Por su parte, de las cuatro del ábside meridional, la orientada al norte, es de derrame simple y arco de medio punto adovelado en el interior y monolítico en el exterior. A continuación, de la central no queda traza alguna por fuera, aunque dentro del templo presenta un arco de medio punto, cegado, con derrame. En el lado sur, hay dos vanos de doble derrame y rectangulares al exterior, de los que el del extremo del lienzo es más alargado, está situado algo más bajo, y, a diferencia del otro, interiormente presenta un arco de medio punto. En el lado sur del tramo presbiterial, hay un ensanche del muro, en el que se abre una ventana cuadrada. El muro sur está muy transformado, pues en el mismo se adosaron, en época posterior, dos capillas, de diferente profundidad, y se abrieron cuatro ventanas alineadas en lo alto, todas ellas cuadrangulares. Más bajo es el muro norte de la nave septentrional, pues en buena parte está cubierto por el desnivel del terreno. En su extremo oriental se abrieron con posterioridad dos vanos cuadrados. 

 

La fachada occidental, que se corresponde con la nave sur, es lisa, está remada por una espadaña de doble ojo, y en ella se abren un óculo y la portada. Esta última está constituida por dos arquivoltas con moldura abocelada en sus aristas, que se prolongan hasta la mitad de la jamba, donde se unifican para formar una sola arista en ángulo recto. La arquivolta exterior está extradosada por una chambrana biselada en la que se alternan voluminosas piezas cilíndricas con parejas de flores de seis pétalos inscritas en círculos y trabajadas en bajorrelieve. En la clave de la chambrana, la pieza cilíndrica es sustituida por un rostro humano cúbico. Asimismo, los dos salmeres de la chambrana presentan sendas cabezas humanas, muy esquemáticas, situadas junto a sendos motivos florales, similares a los ya descritos. Sobre la portada se abre una hornacina y sobre ella, hay reutilizado un pequeño relieve con otro rostro humano. 

 

La actual techumbre exterior de pizarra, que unifica los diferentes espacios de las naves y el ábside norte bajo una única estructura a doble vertiente, es el resultado de una de las reformas del templo. El doble nivel de techumbre que se aprecia en la cabecera meridional, cónica sobre el ábside y de doble vertiente, algo más elevada, sobre la zona presbiterial, ambas a un nivel inferior que la cubierta de las naves, parece respetar la estructura original. 

 

En el interior, los dos ábsides se cubren con sendas bóvedas de cuarto de esfera, la del meridional apuntada. La nave sur, de mayor tamaño, está actualmente cubierta por bóvedas de arista que sustituyeron a la cubierta original. En ambos extremos del presbiterio subsisten los testimonios de dos aberturas de arco de medio punto, de función desconocida. Encima de la puerta que da acceso a la sacristía son visibles los restos del arranque de uno de los arcos formeros que separaban las dos naves. En lo que se refiere a los pavimentos, existen dos modelos diferenciados: de losas en la nave principal, y de cantos rodados en la nave norte –en la que se dibuja una flor de seis pétalos inscrita en un círculo– y en la cabecera –con un diseño de líneas onduladas–. A los pies del templo, se construyó, en el curso de una de las reformas, un coro elevado de madera.

 

El aparejo utilizado está compuesto por tosco sillarejo dispuesto en hiladas horizontales en los ábsides, mampostería sin labrar, colocada de forma muy poco uniforme en los muros laterales y material recubierto totalmente por enlucido en la fachada oeste.

 

El análisis arquitectónico de este templo plantea ciertas dificultades, dada la complejidad de su estructura y las múltiples transformaciones que ha sufrido. Sería necesario realizar una prospección arqueológica para determinar cuál de las teorías que se han planteado sobre el origen y evolución de la construcción es la acertada. Las diferencias estructurales entre ambas naves y la presencia de la decoración con lesenas y frisos de arcuaciones ciegas únicamente en el ábside norte apuntan a que este recinto podría ser más antiguo y, por tanto, la iglesia original, a la que posteriormente se le habría adherido un cuerpo mayor. La proyección de la nave sur, habría supuesto la modificación de la primera edificación, y la supresión del, hasta ese momento, muro meridional. A pesar de que existen varios precedentes de edificios con planta basilical de tres naves en el mismo valle –Sant Joan de Aurós, Sant Pere de Sorpe o Sant Pere del Burgal–, no parece probable que se tratara de un proyecto similar que, por causas desconocidas, no se hubiera llegado a completar, como ha propuesto algún autor. Sin embargo, la ausencia de decoración en el exterior del ábside sur, podría ser consecuencia de una refacción casi integral del paramento exterior, de lo que la inexistencia de la ventana central, perfectamente visible en el interior, podría ser un indicio. Asimismo, la presencia aberturas de gran tamaño en los extremos del presbiterio puede inducir a considerar que se tratara de elemento de comunicación entre los ábsides de una cabecera triconque que finalmente no se llegara a ejecutar. De ello se deduce que el tema no está todavía cerrado. 

 

Se ha datado la construcción de la nave y ábside norte entre los siglos xi y xii y la de la sur ya en el xiii. Por lo que respecta a la portada, se ha propuesto su ejecución en el siglo xii, fecha que ha retrasado algún autor para situara a caballo de los siglos xii y xiii.

 

Pila bautismal

 

En una de las capillas laterales se ha conservado una pila bautismal con decoración esculpida. Se trata de un vaso monolítico de grandes dimensiones –con un diámetro exterior de 112 cm e interior de 72 cm y 50 cm de alto– de estructura circular muy irregular, de factura poco cuidada, y boca de perfil plano. En ésta se observa una decoración incisa muy simple, compuesta por una línea zigzagueante entre dos líneas paralelas, motivo que es interrumpido por la perforación de dos orificios circulares equidistantes entre sí. La superficie del vaso presenta una decoración en zigzag, dispuesta verticalmente, con una franja central y enmarcada por dos medias cañas en relieve que contornean la parte superior e inferior de la pieza. Esta secuencia queda interrumpida por una figura humana muy esquemática, representada frontalmente con los brazos extendidos en cruz. En el extremo opuesto, existe otro relieve que representa una cruz. En una de sus caras, comprendida entre sendos motivos, no se observa ningún tipo de ornamentación, tan sólo una hendidura que serviría de encaje de la cubierta de madera que, ya en época más avanzada, solía acompañar este tipo de piezas. Antiguamente descansaba sobre un pié cúbico de piedra calcárea con decoración escultórica en las esquinas, donde se representaban personajes que, a modo de atlantes, parecían soportar la pila bautismal y de los que destacaban los rostros, muy esquemáticos, y los brazos, que denotaban fuerza. Actualmente reposa sobre una base de factura moderna. Podría situarse la elaboración de esta pila en el siglo xii.

 

Pila benditera

 

A los pies de la nave, en el lado sur, se encuentra una pila benditera monolítica de factura muy simple, copa semiesférica lisa y difícil filiación. 

 

Pila de aceite

 

En el lado opuesto de la nave, se halla otra pila, esta de aceite, también monolítica y lisa, y de volumen prismático

 

 

Texto: Juan Antonio Olañeta Molina/Azucena Povill Espinós - Foto: Azucena Povill Espinós - Planos: Glória Esteve Dolade

 

Bibliografía


Abadal i de Vinyals, R. d’, 1955 (2007), I, pp. 18, 20, 70 y 132; Abadal i de Vinyals, R. d’, 1955 (2007), II, pp. 235 y 426; Bertran i Roigé, P., 1986-1987, p. 386; Blanco i Barrillado, J., Gabriel Torres, C. y Rella i Foro, F., 2003, pp. 111 y 193; Blanco i Barrillado, J., Jiménez Campi, A. y Rella i Foro, F., 2002, pp. 25, 160 y 167-168; Cabestany i Fort, J.-F., Matas i Blanxart, M. T. y Palau i Baduell, J. M., 2005, pp. 179-185; Catalunya Romànica, 1984-1998, XV, pp. 239-241; Moliné i Coll, E., 1982, pp. 334 y 370; Puig i Ferreté, I. M., 1991, II, doc. 47; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1987-1990, I, pp. 242, 247, 263-265, 316, 329 y 419-420.