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Vista desde el Sureste

Identificador
26003_01_009n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 57' 37.70'' , -1º 59' 40.63''
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de Santa María de la Antigua o Nuestra Señora de Valvanera

Localidad
Aguilar del Río Alhama
Municipio
Aguilar del Río Alhama
Provincia
La Rioja
Comunidad
La Rioja
País
España
Descripción
DE ÉPOCA MEDIEVAL se conservan en Aguilar restos de un castillo de los siglos XII-XIV, en la cima del llamado cerro del castillo, y la ermita de Santa María de la Antigua, de finales del siglo XII o comienzos del XIII, en la mitad de la ladera. Esta ermita, advocada en época moderna a Nuestra Señora de Valvanera, es una construcción románica tardía. Por su título “de la Antigua” se deduce que probablemente fue la primera parroquia de la población, antes de la construcción de la actual en el siglo XVI. Se ubica fuera del casco urbano, ofreciendo, por su posición elevada, una bella panorámica de los alrededores. Dada la posición del castillo en la cima del monte, y de la ermita en la mitad de la pendiente entre la fortaleza y el pueblo actual, quizá el primitivo emplazamiento del mismo estuvo en esta zona. Es una construcción rural y popular de mampostería y sillarejo revocados. Tiene una planta con ábside semicircular algo irregular, presbiterio rectangular, un arco triunfal más estrecho y una sola nave rectangular. El ábside y presbiterio se cubren con bóveda de horno y de cañón apuntado respectivamente, el arco triunfal es apuntado sobre pilastras y muy angosto, lo que produce una imagen de primitivismo, y la nave se cubre con techumbre de madera. La portada se abre en el muro norte y es de medio punto con dos arquivoltas adoveladas sobre pilastras con impostas de nacela. Sobre ella hay una espadaña de ladrillo de un hueco, que sustituye a la original, que era de dos. Tiene dos angostas saeteras en el muro sur de la nave, y otro hueco rectangular en el muro sur de la cabecera, pero ninguno de estos vanos ni otros elementos arquitectónicos poseen decoración monumental. Por su humildad constructiva y sobriedad decorativa es similar a otras construcciones románicas populares de la Rioja Baja, como las ermitas de San Blas en Cornago y del cementerio en Bergasillas Somera. Aunque el alzado es de los siglos XII-XIII, su aspecto actual se nos ofrece muy reformado. Está apuntalada con un contrafuerte en el sur del ábside, otro en el lado norte del muro occidental y un banco corrido a lo largo de todo el muro sur de la nave. Sin embargo, las mayores reformas las experimentó durante una intervención de 1919, a expensas del médico Ildefonso González Colmenares y su esposa Milagros Mayor Soria, la cual quedaba reflejada en una inscripción en cerámica que había en el interior. En esta actuación, realizada por el albañil José Orte, se cubrió de yeso todo el exterior, de modo que la portada quedó prácticamente oculta, adivinándose únicamente su arquivolta exterior y las zapatas de nacela sobre las que apea el arco de ingreso. También desapareció la espadaña original de dos huecos que se elevaba sobre el arco triunfal, construyéndose otra nueva de un solo vano y a dos aguas sobre la portada. El techo se cubrió con cielo raso, se colocó un zócalo de cerámica en la cabecera, se adornó ésta con un retablo neogótico en cuyo centro se puso una imagen moderna de la Virgen titular, y se separó la cabecera de la nave con una verja de hierro. Hacia 1949 se realizaron algunos trabajos de mantenimiento, pero fue entre los años 1998 y 2001 cuando la ermita experimentó una restauración subvencionada por el Ayuntamiento de la localidad y por la Consejería de Cultura del Gobierno Autonómico, con proyecto inicial del arquitecto Sergio Mata Villagrasa, terminado por el aparejador José María Sainz Castillo. En estas obras, el interior se recubrió con mortero de cal natural, y el exterior, con mortero de cal natural amarillo, pues se quiso imitar el color de los pajares de la zona. Para devolver en cierta medida al templo su aspecto original, se optó por dejar al descubierto algunos elementos de piedra, como la portada, el arco triunfal y la pila bautismal, y se colocó un suelo de piedra natural. Se eliminó el cielo raso y se dejó a la vista la madera de la cubierta, se repararon las saeteras y se colocaron en ellas placas de alabastro. El altar y la pilastra del presbiterio donde se ubica la Virgen, se ejecutaron en piedra arenisca de Uncastillo, según diseño del sacerdote Hilario Pascual, que tomó como modelo para sus motivos decorativos una moldura encontrada en un antiguo monasterio desaparecido de Bergasa. A los pies de la ermita, en el lado norte o de la epístola, se conserva una pila bautismal contemporánea de la construcción original, de finales del siglo XII o comienzos del XIII. Mide 75 cm altura total x 87 cm diámetro del brocal, y 20 cm altura del pie x 55 cm altura de la taza. De tipología en copa, se asienta sobre dos basamentos pétreos circulares superpuestos y concéntricos de gran diámetro, y se compone de un corto pie cilíndrico y una taza más o menos semiesférica, todo ello exento de decoración. Su factura es rudimentaria y tosca, producto de un artífice o taller local, sin influencias exteriores, probablemente el cantero que construyó la ermita. La imagen titular original, denominada Virgen de la Antigua o de Valvanera, es gótica de finales del siglo XIII o comienzos del XIV. Cuando en 1919 los Colmenares promovieron la restauración del templo, se la llevaron para restaurarla pero ya no la devolvieron, y aunque sus descendientes no tienen voluntad de entregarla, la conservan con esmero en su domicilio de Zaragoza.