Torre de Sant Climent
Torre de Sant Climent o de Roca-Salva
La torre o casa fuerte de Roca-salva, también denominada de Sant Climent, está situada en la falda del Puig Galí, dentro de una propiedad privada, a la que se prohíbe el acceso con un cartel al inicio del camino de entrada. Para aproximarnos al lugar, desde el casco urbano de Amer, circulando por la carretera C-63 en sentido Anglès, hay que localizar a la izquierda, poco antes de la salida del pueblo, un desvío hacia Sant Climent d’Amer. Llegados a esta aldea, ya divisaremos a la izquierda, a lo lejos, esta edificación.
El municipio de Amer está ubicado en un paraje por donde discurría el camino natural de Girona a Olot. Se sabe que existían torres fortalezas que protegían el lugar en época medieval. A oriente encontramos la casa fuerte de Roca-Salva y a occidente el castillo de Estela, del que sólo quedan ruinas.
Ya en época medieval, en el año 949, el conde de Barcelona, Ramon Borrell, dió al monasterio de Amer la posesión del lugar de Albercaris. En la Edad Media la torre pertenecía a la familia Roca-Salva, que pasó por matrimonio a Soler, que fueron también señores del castillo de Estela.
La casa fuerte consiste en una torre circular de unos 16 m de altura, integrada en el ángulo meridional de una construcción rectangular, que mida unos 13’75 por 5’5 m. Cabe destacar el grosor de los muros, entre 110 y 120 cm. La estructura rectangular tenía también función defensiva, ya que se conservan una serie de aspilleras hoy integradas en las paredes maestras de la masía. A este edificio original se añadieron, en los siglos xvi y xix, varias construcciones adosadas. Durante el siglo xx permaneció abandonado, hasta que, en la última década de dicho siglo, se inició su recuperación y restauración, recientemente culminada.
El aparejo de la torre, a base de piedra arenisca de la zona, de buen corte y regular tamaño, en la parte inferior, mientras que en la parte superior continúa con un aparejo menos trabajado. Hay una gran puerta principal, adovelada, que en la actualidad queda cerrada por un portón de hierro.
La datación que proponemos para la torre es entre finales de siglo xii y la primera mitad del xiii, con añadidos posteriores en los siglos xvi y xix.
Texto: Montse Jorba i Valero – Foto: Marina García Carbonell
Bibliografía
Catalunya Romànica, V, pp. 243, 259-260; Castells Catalans, Els, 1967-1979, III, pp. 472, 481; Marqués Casanovas, J., 1969, pp. 24-27; Oliva Prat, M., 1967, p. 25; II, p. 57; Pladevall i Font, A. y Olavarrieta i Santafé, J., 1989.