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Fachada occidental de Sant Feliu de Celrà

Identificador
17049_01_006
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.0156702,2.8692048
Idioma
Autor
Annaïs Pascual Alfaras
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Feliu de Celrà

Localidad
Celrà
Municipio
Celrà
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Feliu de Celrà

Descripción

Iglesia de Sant Feliu

 

Actualmente, del antiguo templo románico de Sant Feliu de Celrà se conservan únicamente algunos vestigios integrados en la actual iglesia de fábrica neoclásica. Ésta se levanta en el mismo lugar dónde aparecen documentados la iglesia y el campanario románicos de Sant Feliu, en el centro del pueblo de Celrà, en cuya trama urbana del casco antiguo deducimos aún los límites de la sagrera medieval.

 

Varias noticias indirectas apuntan a la existencia de una primitiva iglesia en Celrà ya a finales del x. La primera es un testamento del año 994 dónde un tal Rudafred da a la catedral de Girona una tierra que tiene en Celrà a cambio de que “el sacerdote Miró, mientras viva, la pueda cultivar”. La siguiente aparece en 1024, cuando en una escritura se cita Sant Feliu cómo hito de un término de la vecina villa de Riard (hoy parte de Celrà). Los señores de Cervià tienen en Celrà ciertos dominios dentro de la denominada sagrera, así en 1024, Sunyer Llobet, señor de Cevià, deja en su testamento tres mancusos al cloquer de Sant Feliu de Celrà, als mestres; se trata de una donación económica que hace a los maestros de obras o arquitectos para terminar el campanario (cloquer).

 

En el año 1061 aparece citada explícitamente la parroquia de Sant Feliu de Celrà, cuando el vizconde de Cabrera, Ponç Guerau, quien entonces ejercía la autoridad condal en Girona, firma un convenio donde jura fidelidad a su señor, el conde de Barcelona, Ramon Berenguer I y su esposa Almodis, y a continuación se compromete a dejar la iglesia de Sant Feliu de Celrà en poder del obispo Berenguer y obligar a los caballeros, a quienes les había dado dicha iglesia, a abandonar tal posesión. En el testamento del mismo vizconde Ponç Guerau, otorgado en 1064, aparece de nuevo la iglesia de Sant Feliu.

 

Posteriormente, en 1088 el obispo Berenguer Guifré de Girona hace donación del templo, con parte de sus bienes, a la catedral de Girona, que en 1104 se hizo con la totalidad de tierras pertenecientes a la parroquia gracias a la concesión forzosa otorgada por Guerau y Berenguer Alemany. De nuevo aparece la parroquia de Sant Feliu cómo protagonista de un litigio que tuvo lugar en 1119 entre la sede de Girona y Guillem de Cervià motivado por la retención de unas tierras dejadas en herencia a la sede por la viuda de Gaufred Bastons de Cervià, su padre; dicho conflicto no encuentra solución hasta 1195 cuando aparece documentada la cesión a la canónica gerundense de las rentas que según afirman Arnau de Palol y su mujer Bernarda, junto a Arnau y Gaufred Bastons, hermanos de ésta, habían cobrado injustamente en sus posesiones de la iglesia de Sant Feliu en la parroquia de Celrà.

 

Gracias al testamento del párroco Pere Blidguer, del año 1099, tenemos constancia de la existencia en la iglesia de un altar mayor dedicado a san Félix y otro lateral dedicado a san Juan. Finalmente un documento de 1474 se dice que la iglesia románica era “muy bella”.

 

El templo románico de Celrà, seguramente tuvo unas dimensiones considerables junto con su campanario de base cuadrada. Se conservan las relaciones de gastos de los obreros de dicha iglesia des de 1575 hasta 1752, dónde se deja constancia del estado del edificio a través de las reparaciones y ampliaciones, entre otros gastos del templo.

 

En 1974, delante de las escaleras del templo se descubrieron, bajo el nivel de los fundamentos de los muros románicos y restos del pavimento de un edificio anterior.

 

De la antigua iglesia románica quedan visibles algunos fragmentos de paramento en la fachada occidental, dónde se encuentra adosado el campanario de base cuadrada. El muro occidental y el de mediodía de dicho campanario, hasta la altura del tejado de la nave lateral sur, aproximadamente. Estos muros conservan en buen estado el paramento románico, a base de sillares de piedra calcárea grisácea, bien labrados y escuadrados dispuestos a soga y tizón formando en la esquina suroeste una arista limpia. En un punto elevado del muro oriental del campanario se conserva una ventana de arco de medio punto y de doble derrame construida a base de pequeñas dovelas casi cuadradas, muy regulares en perfecta armonía con el paramento románico que correspondería a una fábrica románica tardía. Dicha sillería fue ligeramente abujardada en un momento posterior buscando unificar esta parte de la fachada occidental con la nueva fachada gótica.

 

 

Pica bautismal

 

En su interior se conserva una pica bautismal románica de inmersión de vaso semiesférico y perfil y grosor muy regular de unos 6 cm de ancho. No presenta ningún tipo de decoración aunque podría haber presentado incrustaciones metálicas o una capa pictórica hoy perdida, pues se aprecian restos de color oscuro en el exterior cerca del perfil.

 

 

Texto y fotos: Annaïs Pascual Alfaras

 

 

Bibliografía

 

Arnau i Guerola, M., 1993; Badia i Homs, J. y Olavarrieta i Santafè, J., 1987, pp. 87-93; Camps i Sagué, L., 2004, pp. 14, 21-23; Catalunya Romànica, 1984-1998, v, pp. 95-97; Frigola i Triola, J., 2008a; Frigola i Triola, J., 2008b, pp. 693-695; Llinàs i Pol, J. y Merino i Serra, J., 2010, pp. 30-31; Mallorquí i Garcia, E., 2008b. p. 25; Mallorquí i Garcia, E., 2009, pp. 141; Marquès i Planagumà, J. M. y Amich i Raurich , N. M., 1993; Puig i Oliver, J. de y Marquès i Planagumà, J. M., 2007, p. 604; To i Figueras, L., 1991, p. 78.