Sant Feliu del Riu
Iglesia de Sant Feliu de Riu
Para llegar a la iglesia de Sant Feliu de Riu, en el pueblo de Montagut tomaremos el desvío que lleva a la población vecina de Sadernes por la carretera GIV-5231. Una vez allí, la carretera enlaza con un camino rural que discurre a lo largo de todo el valle de Aguja y Riu. En la ladera izquierda del río Llierca, según desciende, y a unos 5 km, hallamos un camino a mano derecha que sube por un pequeño cerro en el que se sitúa esta iglesia.
La iglesia de Sant Feliu de Riu no aparece documentada hasta finales del siglo xiii en las Rationes Decimarum Hispaniae de la diócesi de Girona (1279 y 1280), en donde es citada como ecclesia de Rivo. En el Llibre Verd de Girona (1144-1533) se menciona como Sancti Felicis de Rivo (1362), y en 1372 se documenta como una de las parroquias de las que el rey Pedro el Ceremonioso vende el derecho de bovaje para hacer frente a los gastos de la guerra de Cerdeña.
La iglesia presenta una sola nave, cubierta con bóveda de cañón apuntado, que a Oriente está rematada por una cabecera con un ábside semicircular con cubierta de cuarto de esfera. Ambos cuerpos se unen mediante un arco triunfal, también con un perfil apuntado, que con su notable anchura genera un mínimo espacio presbiteral que queda, como el mismo ábside, ligeramente elevado sobre el nivel de la nave. El interior de la nave, a excepción del muro oeste, está reseguido por una cornisa, de la que arrancan las bóvedas, que en el ábside presenta como única decoración escultórica una simple semiesfera, que se trata de un motivo recurrente en templos de la zona y que encontramos en Sant Llorenç d’Oix o en Sant Martí de Toralles.
En los muros de este templo se abren cuatro ventanas de doble derrame: una de ellas perfora el muro del ábside y presenta un dintel semicircular monolítico; otras dos de iguales características se hallan en el muro meridional. La cuarta ventana está abierta en el muro oeste, y de ella hay que destacar su configuración exterior, con un doble arco de medio punto en gradación y recorrido en el extradós por un friso de dientes de sierra enmarcado por un arco de medio punto de anchas dovelas. En este mismo muro occidental está practicada la puerta de acceso al templo, que presenta cuatro arcos en gradación, tímpano liso y dintel monolítico, elementos que se decoran con una cornisa situada por debajo de los arcos. Los montantes reposan sobre basas con forma de paralelepípedo y además presenta un alféizar de losas de piedra caliza que forman dos escalones.
En el exterior destacan dos refuerzos con una estructura arquitectónica a modo de contrafuertes dispuestos en el nivel del arco triunfal. Por otro lado, en la fachada sur se puede ver la existencia de un podio sobre el que se asienta el edificio, consistente en tres hiladas de sillares que sobresalen del muro y que salvan el desnivel de la ladera. Hay que notar que también por el exterior el muro está reseguido por una cornisa en la cual reaparece el motivo de la semiesfera lisa. El ábside presenta también una cornisa, pero en este caso sobre un friso corrido liso que es sustentado por modillones sin decoración. La fachada occidental está coronada por una espadaña de dos vanos con arco de medio punto. El paramento de este templo es muy regular y está compuesto de sillares de dimensiones notables, bien labrados y dispuestos en hiladas regulares. Tanto por la tipología de edificio, como por sus características constructivas, este templo es fechable entre finales del siglo xii o principios del xiii.
Pila bautismal
En el interior de este edificio se conserva una pila bautismal de piedra caliza de grandes dimensiones y en forma un paralelepípedo, de unos 55 cm de alto y 60 cm en su lado más largo. En uno de sus lados exhibe un bajorrelieve con el tema de la Crucifixión: en el centro aparece la cruz en la que está clavado Jesús, flanqueada por las figura de María y san Juan Evangelista en actitud orante. Por encima de los brazos de la cruz aparecen los símbolos del Sol y de la Luna, respectivamente a derecha e izquierda del Crucificado. Además, se observan dos semiesferas muy gastadas en cada una de las caras visibles, parecidas a las que decoran las impostas del templo. La tosca factura de la representación dificulta precisar la cronología de la pieza, que se suele fechar genéricamente entre los siglos xi y xii.
Herrajes de forja
Por último, también hay que fijarse en los herrajes de forja de una de las ventanas, que se articula a partir de espirales y cintas que forman dobles volutas unidas entre ellas y con el marco mediante unas anillas, así como los de la puerta, que presenta las mismas volutas dispuestas en bandas horizontales en los dos batientes. La datación de estas piezas es incierta, aunque hay que contemplar su posible pertenencia a la etapa románica.
Texto y Fotos: Marcos Ojosnegros Marín – Planos: Francesc Xvier Llagostera Gelis
BIbliografía
Borrell i Sabater, M. 2007; Catalunya Romànica, 1984-1998, IV, pp. 275-278; Montsalvatje y Fossas, F., 1889-1919, XII, XVII; Murlà i Giralt, J., 1980, pp. 155-194; Murlà i Giralt, J., 1983; Noguera i Massa, A., 2005; Noguera i Massa, A., 2008, pp. 60-61, 118-120; Rius i Serra, J., 1946, pp. 76, 89; Sala i Canadell, R., 1978; Sala i Canadell, R. y Puigdevall i Diumé, N., 1977, p. 82.