Identificador
39077_04_001n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
43º 2' 29.34'' , -4º 3' 51.34''
Idioma
Autor
Esteban Sainz Vidal
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Somballe
Municipio
Santiurde de Reinosa
Provincia
Cantabria
Comunidad
Cantabria
País
España
Claves
Descripción
LA IGLESIA DE SAN ANDRÉS DE RÍOSECO es una de las iglesias románicas de la cuenca del Besaya que se nos ha conservado en buenas condiciones, con una planta y un alzado que poco sufrió en posteriores siglos. Tan sólo le fue añadida una sacristía al muro meridional, entre el ábside y la puerta de entrada. La cabecera es semicircular; el presbiterio y sus muros, tanto el del Norte como el del Sur, conservan paramentos típicamente románicos. La espadaña desdice un poco del casticismo románico, pues parece añadido del siglo XVIII. El plano es el normal de un edificio popular destinado al culto de un concejo reducido: una sola nave, finalizada al Este por un testero ya mencionado. El muro meridional se abre por una puerta, un tanto solemne, destacada en saliente y con un tejadillo cuya cornisa es muy escueta, sin decoración, con arista matada por un simple bocel fino y resaltado, y que está sostenida por nueve canes de caveto sin decoración. La entrada es de arco de medio punto que apoya en gruesas jambas prismáticas de cimacio biselado. Las arcaduras o arquivoltas, que abocinan la luz del arco, son cinco y una chambrana exterior, que las cobija, decorada con una trenza muy simple de dos tallos que se cruzan, semejante al cimacio de uno de los capiteles que están en la credencia izquierda del presbiterio de Retortillo. La disposición y tallado de estas cinco arquivoltas es la siguiente, de dentro a afuera: 1. Ancha arquivolta biselada en la que se tallan muy limpiamente flores cuatripétalas cóncavas, inscritas en círculos y separados estos por haces geométricos. 2. Dos medias cañas decoradas con bolas y un baquetón central. 3. Tres baquetones, el central más ancho. 4. Gran baquetón todo él cubierto de una red de siete filas de pequeños billetes. 5. Repite tres baquetones, el central un poco más grueso. Todas estas arquivoltas reposan sobre un largo cimacio acodillado. Sobre el primer pilar, el más interior carga la primera arquivolta de cuatripétalas citada. Sobre el segundo, convertido ya en capitel con su fuste, la segunda. La tercera vuelve a hacerlo sobre pilastra sin capitel. Y la cuarta, la de billetes, de nuevo sobre capitel. La quinta, la de tres baquetones, apoya sobre los anchos pilares que en derecha e izquierda limitan la puerta. Es interesante el cimacio corrido que se va adaptando al zigzag preciso para el abocinado, y se decora, con una técnica casi a cincel, muy plana, con una palmeta de doce hojas que se abre en abanico, se inscribe en un círculo y su posición va alternando, normal e invertida, según el recorrido de las partes del cimacio. Tan bello conjunto de arquerías y cimacios prometía, sin duda, algo más para la composición de sus capiteles, dos a cada lado de la puerta que, en cierta manera, son decepcionantes, siendo los exteriores casi lisos, y los interiores tan sólo con tres humildes bolas con caperuza. Los fustes son monolíticos con basa de toro estrecho el alto y moldurado, escocia bastante marcada, y toro bajo bulboso y alto, decorado, bien con arquillos o bien con dientes de lobo. Tienen lengüeta o bola que se une a un alto plinto tallado en lo alto con molduras simples. Sobre el tejadillo de la puerta se abre una simple ventana abocinada, de arco de medio punto, que casi roza el extremo inferior de los canecillos del muro sur, todos de caveto. El ábside lleva en su presbiterio meridional una ventana abocinada, de medio punto, pero sin columnas ni arquivoltas, que en un momento determinado debió de ser reformada. Muy posiblemente, esta ventana fue abierta posteriormente al trazado primitivo de la iglesia, pues vemos están rotas las impostas que, como en el muro norte del presbiterio, debían de cruzar de parte a parte cuando no existía vano. La cornisa, semejante para toda la iglesia románica, y que ya describimos para el tejadillo de la puerta. Los canecillos, sin embargo, son iconográficos. Son cuatro: 1. Figura humana, de pie y vestida. 2. Personaje femenino, sentado. 3. Hombre sedente que sostiene sobre sus rodillas un barril. 4. Muy difícil de describir por estar enormemente erosionado. El ábside, propiamente dicho, está dividido en tres franjas o calles que separan dos contrafuertes prismáticos que acaban en base para sostener medias columnas entregas coronadas por capiteles de bolas y animales, que a modo de canecillo soportan la cornisa. Dos impostas, las mismas que recorrían el presbiterio sur antes de abrirse en este la ventana, dividen horizontalmente el ábside en tres zonas. De estas impostas, la más baja, abre el inicio de la ventana central cuyas columnas en ella se apoyan, y está simplemente moldurada con resaltadas líneas paralelas. La ventana es más rica en elementos decorativos. Tiene una arquivolta exterior ancha, en escocia, y decorada en dos filas, separadas por dos líneas paralelas, con semicírculos completos y planos, tangentes. La segunda arquivolta, la interior, dibuja un grueso baquetón. La primera apoya sobre imposta de cuatripétalas inscritas en círculos, motivo que ya vimos en la primera rosca de la puerta. El baquetón lo hace sobre cimacios del mismo dibujo que cargan sobre los capiteles dos de la ventana. El izquierdo lleva tres filas de hojas horizontales y volutas en lo alto. El derecho la consabida mujer vestida, que recoge con las manos sus cabellos, y se deja morder los pechos por dos serpientes. Los fustes son monolíticos y uno de ellos, el derecho, ha sido repuesto en la restauración. Las basas son normales. Los canecillos del ábside, que están muy deteriorados, son de izquierda a derecha: 1. Figura humana acurrucada con las manos por debajo de sus muslos. 2. Superposición de tres cavetos.3. Dos cavetos, uno sobre otro. 4. Capitel de columna con decoración de bolas con caperuza. 5. Igual al número tres. 6. Figura femenina sentada con las manos sobre las rodillas. 7. Cabeza de animal. 8. Rollo en vertical. 9. Capitel de columna ¿con animales afrontados? 10. Superposición de dos cavetos. 11. Cuerpo y cabeza de animal con la cola entre las patas y mirando a la derecha. 12. Personaje humano de pie. Los canecillos del muro norte del presbiterio, son también cuatro: 13. Muy destrozado, parece que tuvo un animal. 14. Figura humana que lleva alas ¿? 15. Bola con caperuza. 16. Liso en caveto. Los del muro norte de la nave son todos de caveto. INTERIOR DE LA IGLESIA Toda la cabecera se aboveda con las típicas organizaciones románicas: bóveda de horno apuntada para el semicírculo absidal, y de cañón, también apuntado, para el presbiterio. Ambos tienen sobre el suelo un banco con asiento de baquetón, y tres impostas de abajo a arriba que le dividen en tres cuerpos. El más bajo acaba en el alfeizar de la ventana central, que, como la exterior, lleva columnas, capiteles y dos arquivoltas, una de bolas y otra de baquetón sogueado. El capitel izquierdo, tiene cimacio con arquillos en dos filas, como vimos en la arquivolta más grande de la ventana exterior, cimacio que se prolonga después en todo el ábside, formando la segunda imposta, pero que va a repetir, en pequeño, las hojas de palma inscritas en círculo, que ya habíamos visto en los cimacios de la puerta de entrada. La cesta de este capitel izquierdo recoge el tema de dos aves que se enfrentan tocando sus picos y cuyas colas se convierten en un tallo que anudándose en lo bajo posa sus extremos en el cuello de cada uno de los pájaros. El capitel derecho, tiene un cimacio extraño a base de un aspa de numerosas líneas, en un lado, y de dos círculos separados, pero concéntricos, a los que parece tachar una línea de Noroeste a Sureste. La cesta se cubre con una Eva sentada y desnuda que recoge la manzana que le ofrece la serpiente, enroscada en un árbol, representado por un tallo que se divide en cuatro ramas en lo alto. Es interesante señalar la no aparición de Adán en el lateral derecho. Faltaban los dos fustes de esta ventana, ahora repuestos. En su día, el semicírculo absidal quedó oculto con un retablo barroco de principios del siglo XVIII, de columnas salomónicas, que ha quedado instalado frente a la puerta de entrada. También de esta época son dos arcosolios de piedra con sus correspondientes retablillos. Interesante es también un lienzo de influencia italiana, del siglo XVII, que representa la Adoración de los Pastores. El arco triunfal, de bastante altura, doblado y apuntado, apoya sobre capiteles de temas muy preferidos de los artistas románicos. El izquierdo, con una composición tradicional pero con arcaicas figuras, recoge la lucha de Sansón con el león al que intenta desgarrar sus mandíbulas. En la cara frontal de la cesta aparece el vencedor de los filisteos a horcajadas sobre el león, pero con un canon extraordinariamente corto, gran cabeza de largas melenas, barbas y vestido corto hasta las rodillas. El león lleva unas melenas representadas por mechones triangulares rayados en su dintorno, técnica que utilizan también algunos de los maestros que representan así las melenas de esta fiera en alguno de los capiteles interiores del ábside de San Martín de Elines. En los laterales del capitel aparecen, en el izquierdo un hombre sentado que sujeta la cola del león, y en el derecho, otro de pie, que lleva un poderoso cinturón sujetando su vestido, que levanta las manos, cerrando la derecha y portando en la izquierda una especie de maza o aspersorio. El capitel derecho trata la conocida situación de Daniel en la fosa de los leones. El profeta aparece de frente, de pie, con las manos juntas sobre el pecho en actitud de sumisión, mientras los leones acercan sus cabezas como besando los pies al profeta o lamiéndolos. La pila bautismal de la iglesia, de forma troncocónica alargada, no lleva decoración y marca un bocel en la base. Es de tipo románico.