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Canecillos

Identificador
33310_03_013
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
43º 26' 28.61" , -5º 27' 7.84"
Idioma
Autor
Maximino Pando Macías
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de San Martín

Localidad
Ternín
Municipio
Villaviciosa
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
ESTA ERMITA ESTÁ EMPLAZADA en un promontorio desde el que se divisa gran parte de los valles del concejo. San Martín fue la iglesia parroquial del pueblo de Ternín hasta 1892, cuando pasó a ser una capilla perteneciente a la feligresía de San Andrés de Valdebárcena. En el Libro Becerro de la catedral de Oviedo (1385-1386) se dice que la antigua iglesia de San Martín estaba unida a San Pedro de Ambás (Villaviciosa). El abad del monasterio de Valdediós (Villaviciosa) recibía la mitad de los diezmos de San Vicente de Ternín y de San Pedro de Ambás y presentaba al obispo de Oviedo el capellán que compartían las dos iglesias. La ermita de San Vicente se vincula estilísticamente al románico rural y arcaizante y pudo ser construida a finales del siglo XIII o principios de la centuria siguiente. Es posible que el mencionado cenobio levantase esta capilla, que pudo sustituir a otro edificio prerrománico, pues en el testero del ábside se conserva una losa datada entre finales del siglo X y la centuria siguiente. Si bien la capilla de San Martín conserva su planta original, que consta de una nave rectangular rematada en una capilla cuadrada, una reforma alteró en parte su estructura románica a finales del siglo XVIII o a comienzos de la centuria siguiente. Durante la mencionada reforma, se adosó la sacristía al costado meridional, se construyó el cabildo, que rodea la fachada y el lado sur, y la nave de la iglesia fue elevada casi metro y medio sobre la altura primitiva. En el imafronte se sitúa, ligeramente descentrada, una portada románica que consta de un arco semicircular, que reposa en un par de impostas lisas y a su vez en jambas sin columnas adosadas. Dos aspilleras fueron abiertas en el muro meridional, una de ellas oculta por la sacristía, que fue añadida al templo con posterioridad. En este mismo lienzo y por debajo de una de las vigas del tejado del cabildo se conservan varios canecillos lisos sobre los que apoyaba uno de los aleros de la cubierta, antes de que ésta fuera elevada, dando cuenta de la altura primitiva de la nave. La cubierta de la cabecera se remata por dos aleros sostenidos por canecillos. Algunos de estos canes adoptan forma de quilla y otros están decorados con rectángulos escalonados. En la cabecera se encuentra una ventana perforada en el muro sur en época moderna y una pequeña saetera abierta en el testero que puede adscribirse al románico. Sobre esta última se encuentra la mencionada losa datada entre finales del siglo X y la centuria siguiente. En el interior, durante la mencionada reforma, fue elevada la cubierta de armadura de madera, y en la parte del muro meridional, construida a finales del siglo XVIII, fueron abiertas dos ventanas. El arco triunfal, que separa la nave de la cabecera, presenta dos arquivoltas apuntadas, carentes de ornamentación, que descansan sobre dos jambas coronadas por cimacios lisos. Un nutrido grupo de templos de la zona de Villaviciosa cuenta con un arco triunfal de similares características, aunque es el de San Román de Sariego el que más se relaciona con el de Ternín. La capilla cuadrada se ilumina mediante las mencionadas saeteras y se cubre con una bóveda de cañón apuntado que arranca de dos impostas de perfil en nacela. San Martín de Ternín pertenece al románico rural y arcaizante de la segunda mitad del siglo XIII, como bien lo evidencian su simplicidad estructural y la escasez de elementos ornamentales. Se relaciona especialmente con San Román de Sariego y también con otros templos situados en la zona de Villaviciosa, como San Bartolomé de Puelles, San Félix de Oles, Santo Tomás de Coro, Santa María de Sebrayo y, especialmente, con San Román de Sariego. Algunas de estas iglesias tardorrománicas se situaban en terrenos donados al monasterio de Valdediós, o bien éste era el presentero de una parte de las mismas, por lo que no sería extraño que el mencionado cenobio maliayés las construyera. La capilla de Ternín permaneció en ruinas durante buena parte del siglo XX, hasta que el párroco y los vecinos impulsaron su restauración, que fue llevada a cabo con acierto entre los años 1986 y 1989.