Sant Esteve de les Pereres
Iglesia de Sant Esteve de les Pereres
La iglesia de Sant Esteve de les Pereres, antiguamente llamada Sant Esteve de Ancs, está situada en la pedanía de la Perera de Baix, que junto a la Perera de Dalt forma la vecindad de les Pereres, cerca de Queixans. Se trata de un pequeño conjunto de heredades que se extienden bajo la loma de Montagut, en una elevación que domina el llano de la Cerdanya. Tiene unas magníficas vistas hacia Puigcerdà y los pueblecitos limítrofes. Se accede desde la N-260, antes del km 166, cruzando el Queixans por su calle Mayor hasta llegar al camino de las Pereres, que sale a mano izquierda y lleva finalmente hasta la pequeña iglesia.
La villa de Ans o Ancs, que a partir del siglo xvi sería llamada Les Pereres, aparece mencionada en un documento de 803 donde consta la donación que hacen Aldena y sus hijos, al monasterio d’Eixalada, de casas y tierras que poseían en dicha villa. El poblado pertenecía al monasterio de Sant Miquel de Cuixà, según las bulas de los papas Gregorio IV y Agapito II, de 840 y 950 respectivamente. Sin embargo, la iglesia dependía de Santa Maria de la Seu d’Urgell, y al igual que un buen número de iglesias de la Cerdanya es citada en el acta de consagración de la catedral urgelitana, probablemente redactada entre finales de siglo x y el inicio del xi (aunque fechada en el 819). Ya en el siglo xiii, se sabe que el templo fue saqueado por las huestes del vizconde Arnau de Castellbò, según se narra en el Memorial dels danys donats per lo comte de Foyx y bescomte de Castellbò a la iglesia de Urgell…, texto donde se relatan los sacrilegios y robos llevados a cabo por la nobleza feudal en un largo conflicto con el obispado de la Seu. Modernamente, a comienzos de la Guerra Civil (1936) la iglesia fue quemada y quedó luego en abandono, lo que provocó su deterioro y el posterior derrumbe de la parte central de la bóveda de la nave. En 1983 se redactó un proyecto de restauración, que se llevó a cabo entre 1991 y 1993.
Sant Esteve es un edificio de nave única cerrada por un ábside semicircular, en cuya parte central se abre una ventana de derrame. El aparejo destaca por intercalar varias hiladas de opus spicatum, formadas por piedras de esquisto de poco grosor y tamaños diferentes, fijadas con mortero de cal, que alcanza una altura de 2,80 m para terminar el muro con hiladas de bloques más grandes y de formas alargadas. Los muros llaman la atención por su grosor, de unos 1,50 m aproximadamente.
El interior permite apreciar una nave dividida en tres tramos, cubierta por bóveda de cañón reforzada por fajones; el ábside va precedido por dos arcos en gradación, siendo su bóveda de cuarto de esfera. Probablemente, este ábside data del siglo xi, mientras que la nave podría ser posterior, ya del xii. La iglesia fue muy reformada en época barroca: a lo largo del siglo xviii se añadieron capillas laterales a ambos lados, una hornacina para albergar una pila bautismal de inmersión, y se abrió la puerta de la fachada occidental, que está rematada por un enorme campanario de espadaña de doble vano. Se cree que la puerta original debía encontrarse donde ahora está la capilla lateral de mediodía.
Texto y fotos: MONTSERRAT JORBA I VALERO – Planos: JOSÉ MIGUEL RODRÍGUEZ MANJÓN
Bibliografía
AA. VV., 1995, p. 223; Campillo Quintana, J., 2007, pp. 90-91; Castells i Serra, J., 1975, p. 257; Catalunya Romànica, 1984-1998, VII, pp. 238-239; Delcor, M., 1980, p. 133; Gay de Montellà, R., 1949, p. 55; Gros i Pujol, M. dels S., 1996, p. 171; Salsas, A., 1899, pp. 54-55; Ventosa i Serra, E., 1994-2004, XII, pp. 528-532; Ventosa i Serra, E., 2004, pp.147-149; Vila, P., 1926, p. 185.