Identificador
              40354_01_001
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              41º 22' 6.67" , -4º 6' 55.72"
          Idioma
              
          Autor
          Raimundo Moreno Blanco
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Adrados
          Municipio
              Adrados
          Provincia
          Segovia
              Comunidad
              Castilla y León
          País
              España
          Claves
          
      Descripción
              ENCONTRAMOS LA IGLESIA de la Natividad en el extremo noroeste del núcleo urbano, en la intersección de la calle Real y el antiguo camino a Cuéllar. Marca el dominio de su atrio por medio de un pequeño pretil que se prolonga por los costados oriental y meridional, quedando delimitado al oeste por el camposanto y por una pequeña huerta al norte. A mediados del siglo XIX, Madoz la describe como un templo cuyo edificio se compone de una sola nave siendo su fábrica común y sólida al igual que la de su achaparrada torre. En la actualidad se trata de una iglesia de planta basilical de tres naves, muy estrechas y desiguales las laterales tras las reformas, con testero recto canónicamente orientado, sacristía y acceso al sur, y torre a los pies. Al exterior se encuentra enfoscada, ocultando en su mayor parte el aparejo de cal y canto en que está construida, mostrando únicamente refuerzos de sillería en esquinales y encintado de vanos. Puntuales son los restos que nos han llegado del primitivo templo románico tras las completas modificaciones que ha sufrido en su estructura y decoración, principalmente en los siglos del renacimiento y barroco. Entonces fue cuando se modificó el espacio interior por medio de sendos arcos de medio punto y gran luz, añadiéndose la cúpula del presbiterio y la torre, mudando por completo el carácter del edificio. De época medieval el resto más sobresaliente es la reutilizada portada de ingreso que se cobija bajo una pequeña galilea renaciente. Está formada por dos arquivoltas de aristas aboceladas a las que se unen molduras cóncavas y que se prolongan por las jambas. A ambos lados une roscas y jambas un cimacio liso y corrido de listel y chaflán; todo ello bajo una escueta chambrana de igual perfil que los cimacios sustentada por sencillas ménsulas. Al norte se conserva, aunque en avanzado estado de deterioro, la hilera de canes dispuesta bajo el alero cuya decoración se reduce a simples cavetos y figuras hoy irreconocibles, que quizá algún día fueron cabezas humanas. Al interior el único resto de traza románica lo constituye la pila bautismal situada en una capilla a los pies del templo, en la nave de la epístola. Se trata de una sencilla pieza de copa lisa ultrasemicircular de 114 cm de diámetro sobre un pequeño tenante cilíndrico de 13 cm de altura exornado por un bocel, todo muy rudo. Vistas las características de los escasos restos conservados, especialmente la decoración de la portada, cabe pensar en una datación tardía para ellos, nunca anterior a la segunda mitad del siglo XIII, pese a ser citada en la relación de Gil de Torres de 1247, fecha que los pondría en relación con los vestigios conservados de la ermita de San Benito en la misma localidad.