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Vista general de Santa María de Vilamur

Identificador
25208_13_Claudefà_CCBYSA 4.0_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.379649, 1.161613
Autor
Claudefà (CC BY-SA. 4.0)
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Santa María de Vilamur

Localidad
Vilamur
Municipio
Soriguera
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Santa María de Vilamur

Descripción

SORIGUERA

Iglesia de Santa Maria o de la Medina

Vilamur está situado en la vertiente suroeste de la Torreta del Orri y de Collades, en el kilómetro 270 de la carretera N-260 a 9 km de Sort. El topónimo de Vilamur aparece en el último tercio del siglo xi, y con él se designaba tanto al castillo como al pueblo controlado por el mismo. Dio origen al linaje de los Vilamur y a la jurisdicción feudal del antiguo vizcondado de Pallars. Sus dominios se extendieron a Sarroca, Vallferrera, Rubió, Soriguera y La Pobla de Segur, entre otros lugares. El castillo de Vilamur aparece mencionado en la documentación por primera vez en 1070, con motivo de la cesión de la mitad del mismo por parte de Ramon Guifré a su hermano Mir Guifré. En 1110, Pere Arnau II abandona la denominación de vizconde Siarbensis para adoptar la denominación de Vilamur. Sus sucesores figuran en numerosos documentos. Guillem de Vilamur participó en el asedio de Lleida, gracias a lo cual el conde de Pallars le entregó en 1150 unas casas en dicha ciudad. Ramon I de Vilamur formó parte de la coalición dirigida por los condes de Foix, Pallars y el vizconde de Cardona contra el rey Pedro el Grande, la cual fue derrotada en 1280 en Balaguer. Ello le llevó a la prisión de Lleida y a perder sus privilegios, así como el castillo de Vilamur, entre otros. En 1283, el vizconde Ramon I volvió a la obediencia del rey y le prometió ayuda contra el monarca francés. Por su colaboración, fue nombrado en 1297 veguer de Pallars y Ribagorça. El vizconde Pere VII de Vilamur participó en las campañas de Mallorca, entre 1343 y 1344, y de Cerdeña de 1353. En 1386 el vizcondado se integró en el condado de Cardona por vía de sucesión hasta el siglo xvii, cuando pasó a ser propiedad de los duques de Medinaceli hasta el siglo xix. Varios miembros de la familia Vilamur ocuparon las sedes episcopales de Urgell ‒Bertran de Vilamur (1188-1194), Bernat de Vilamur (1199-1203) y Ponç de Vilamur (1230-1257)‒, de Girona ‒Bernat de Vilamur (1292-1312) y Guillem de Vilamur (1312-1318)‒ y de Lleida ‒Ponç de Vilamur (1321-1324)‒. Actualmente, el trazado urbano de la población refleja su pasado medieval y su estructura defensiva.

En la dotación de la canónica de Santa Maria de La Seu d’Urgell en 1010 figura una iglesia de Santa Maria en el valle de Siarb, la cual se piensa que corresponde con Santa Maria de Vilamur. El templo fue la sede de un priorato hospitalario de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén dependiente de la encomienda de Susterris, tal y como se deduce del hecho de que, en 1251, el prior, Bernat Ramon de San Pedro de les Maleses entregara ciento cuarenta sueldos al comendador de Vilamur, Ramon de Liri. En 1400 consta que era priorato, pues se cita un prior hospitalario, a Ramon Cerqueda. En 1575, el templo seguía perteneciendo a la Orden de San Juan de Jerusalén, como se indica en la visita pastoral de dicho año. En la visita que realizaron unos comisarios hospitalarios en 1662 se recoge la noticia de que el diezmo de Vilamur se dividía entre el prior de dicha localidad y el duque de Cardona.

La iglesia de Santa Maria presenta una estructura muy transformada, pero que permite discernir que, originalmente, presentaba una planta compuesta por una nave rectangular cubierta con bóveda de cañón y un ábside semicircular cubierto con una bóveda de cuarto de esfera. Podría haber contado con una especie de transepto formado por dos capillas en los muros laterales cubiertas con sendas bóvedas de cañón. En la meridional se abren dos ventanas, una de doble derrame y arco de medio punto y otra, de derrame simple que exteriormente adquiere forma de saetera. El paramento exterior del ábside es liso y está realizado con aparejo compuesto por sillares bien labrados y escuadrados dispuestos en hiladas uniformes, salvo en el lado norte, en el que aparecen mezclados de forma bastante irregular con piedras escasamente de talladas de menor tamaño, lo que es indicio de alguna reforma posterior. El interior de la nave del siglo xii fue intensamente transformado a finales del siglo xiii o en la centuria siguiente, cuando Vilamur ya era la sede de un priorato hospitalario. La bóveda de cañón fue sustituida por otra con estructura de madera y arcos diafragma. También se modificó la puerta en el tramo occidental de la nave, que pasó a tener un arco ojival. Posteriormente, ya en el siglo XVII, el interior fue, de nuevo, objeto de otra profunda reforma y adaptado a la decoración barroca característica de ese momento. También se erigió una torre campanario de planta cuadrada en la esquina noroeste. Sin embargo, los muros perimetrales se conservaron en buena medida, si bien fueron alterados con la apertura de ventanas cuadradas en el paramento sur y el sobrealzado del lienzo septentrional, en el que destaca sobremanera la tosquedad del aparejo utilizado en esta reforma, en comparación con los sillares cuidadamente labrados y uniformemente dispuestos de la parte del lienzo original. Adosado a la iglesia, en el extremo occidental del muro norte, había un arco de medio punto, formado por dovelas de gres rojo, que daba acceso a la plaza mayor, y que fue uno de los portales de acceso a la villa. El arco fue modificado en época reciente, y quedó alineado con la fachada de poniente y con su aspecto alterado.

En 1985, se reformó la cubierta barroca de tal manera que quedaran al descubierto los arcos diafragma y se colocó, en su lugar, una cubierta de madera de una sola pendiente. Se saneó el campanario y se restauró la cubierta con de losas de pizarra sobre la estructura de madera. También se consolidaron los sillares de las ventanas. Tras estas reformas, el aspecto actual de la iglesia presenta la estructura barroca encajonada dentro del edificio románico preexistente y la triple cubierta permite observar el arranque de la bóveda de cañón románica por encima de las capillas laterales y los arcos diafragmáticos góticos.

Texto: Marc Estola i Tantull/Juan Antonio Olañeta Molina

Bibliografía

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