EL EDIFICIO ACTUAL es una construcción del siglo XVIII formada por una sola nave, una capilla mayor cuadrangular y la espadaña a los pies. En el lado meridional se reutilizó una portada románica muy sencilla y totalmente revocada de cemento que se dispone ligeramente adelantada respecto a la línea general del muro. Consta de un arco de medio punto de triple rosca que descansa sobre una línea de imposta biselada. La originalidad de esta portada radica en la combinación de materiales que se hizo en ella, pues se utilizó ladrillo para los arcos -según hemos podido comprobar por fotografías anteriores a la última restauración- y piedra para el resto. Por desgracia, la desafortunada intervención experimentada hace algunos años ha desvirtuado del todo esta solución, ocultándola bajo materiales modernos. Respecto a la cronología de este elemento, nada podemos precisar al margen de su pertenencia a un edificio románico anterior que fue totalmente renovado en época barroca. La extremada sencillez de su trazado, así como la falta de elementos esculturados, propia del románico más popular, impiden la asignación de una datación más o menos acertada. Sólo la utilización del ladrillo como material constructivo nos induce a pensar en una cronología tardía que pudo rondar ya los primeros años del siglo XIII, como ocurrió con la mayor parte de las iglesias de la provincia que se construyeron con este mismo material.