Identificador
              19257_20_010n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              41º 0' 51.93'' , -2º 38' 19.53''
          Idioma
              
          Autor
          Ana Belén Fernández Martínez
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Pelegrina
          Municipio
              Sigüenza
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Claves
          Descripción
              ENTRE LA PRIMERA Y SEGUNDA FASE de las que se sirve la  autora Cervera Vera para ordenar la disposición  urbanística de Pelegrina, citada en líneas anteriores,  se encuentra la iglesia parroquial. Situada por tanto a lo  largo del camino y en torno a ella se disponen los tres conjuntos  de edificaciones formando un urbanismo notable.  El edificio presenta una planta basilical con una nave  rectangular y una cabecera compuesta por un ábside semicircular  precedido de un presbiterio recto. Completan la  estructura una profunda hornacina abierta a la cabecera,  espadaña a los pies, pórtico y dos estancias situadas a continuación  del pórtico, una utilizada como sacristía y la otra  como trastero.  Al exterior, contemplamos un edificio construido fundamentalmente  con piedra de mampostería, excepto en los  ángulos y las zonas constructivamente importantes, que  utilizan sillería para dotarlo de solidez. El ábside semicircular,  muy sencillo y reformado, nace sobre un basamento,  a modo de podio, utilizado para salvar el desnivel del  terreno. Está encalado, como gran parte del presbiterio y  la nave, y no ofrece concesiones a los motivos decorativos,  únicamente visibles en una moderna cornisa de doble teja  vuelta bajo la que se disponen algunos canecillos, uno de  modillones y los demás de proa de barco, los cuales soportaban  el desaparecido alero románico, del que sólo conservamos  un pequeño fragmento en el extremo meridional  del hemiciclo. Un codillo comunica el ábside con el presbiterio, liso  en el costado septentrional, mientras que en el meridional  está flanqueado por dos contrafuertes prismáticos entre los  que se dispone el muro que cierra la hornacina interior.  Tanto los contrafuertes como el muro están realizados con  sillería. Un vano rectangular se abre sobre el muro de la  hornacina. El presbiterio se remata con una deteriorada  cornisa de mediacaña que apoya en varios canecillos de  proa de barco. Un nuevo codillo comunica el presbiterio  con la nave. Ésta, aunque mantiene la original estructura  románica, ofrece evidencias de varias reformas posteriores.  La portada, abierta en el costado meridional, está  organizada mediante un arco de medio punto de entrada  al que rodean dos arquivoltas, decoradas con un bocel  entre mediacañas, y una chambrana con moldura de  mediacaña. La estructura descansa en dos pares de columnas  acodilladas cuyos fustes están reformados en su parte  inferior e introducen un moderno panel con una cruz en  los fustes de la derecha. Los capiteles muestran unas sencillas  cestas vegetales, con un primer nivel de hojas lanceoladas  con nervio central, tras las que se disponen otras  hojas vueltas y rematadas en volutas. Los cimacios son  lisos, con moldura de mediacaña, y se continúan como  impostas en los laterales. El arco de entrada cobija un tímpano renacentista  decorado con una venera que sirve de cama al escudo de  armas de don Fabrique de Portugal, obispo de la Diócesis  de Sigüenza entre los años 1512-1532 y gran benefactor  de la iglesia de la Pelegrina, debido a las temporadas que  permaneció en el castillo de la localidad. El tímpano apoya  sobre un gran dintel que, a su vez, descansa en una pareja  de columnas que nacen de un pequeño podio; presentan  basa ática, un fuste liso y un estilizado capitel dórico sobre  el que se desarrolla un cimacio con un saliente en la esquina.  Tanto las columnas como el tímpano fueron insertados  en la portada en el siglo XVI. Ésta es protegida por un pórtico  también fechado en el siglo XVI. Se compone de un  podio, con tres accesos, del que surgen dos columnas y  dos pilastras, todas con decoración jónica, que soportan la  techumbre, cubierta con una armadura de madera. La nave  es rematada por una cornisa, solo visible en el lienzo meridional,  con moldura de mediacaña que apoya en varios  canecillos de proa de barco.  A los pies del edificio se alza la espadaña, que utiliza  piedra de mampostería y sillar para reforzar los ángulos. Se  compone de tres cuerpos divididos por dos impostas. La  primera es achaflanada y comunica el cuerpo inferior, que  sirve de base, con el intermedio, en cuyo centro se abre  una moderna ventana. La segunda imposta, decorada con  una moldura de gola, precede a un cuerpo de campanas  rematado a piñón y en cuyo interior se abren dos troneras.  En este caso, debido a la moldura que precede el cuerpo de  campanas, sabemos que fue reconstruida en época posmedieval,  aunque no podemos descartar la existencia de un  modelo anterior. Muchas dudas ofrece la espadaña, que repite la habitual  estructura acuñada en época románica; sin embargo la  moldura sobre la que se desarrolla el cuerpo de campanas  indica que al menos éste ha sido remontado en los siglos  XVI o XVII; de tal manera que las dudas se centran en saber  si toda la espadaña fue remontada en este momento o únicamente  el cuerpo de campanas, perteneciendo la basa al  período antiguo. Nosotros nos decantamos por la primera  opción, ya que consideramos que la nave está profundamente  reformada y que durante una de sus modificaciones  se levantó la espadaña, sin descartar la existencia de un  ejemplar previo.  Interiormente, el edificio está prácticamente revocado.  La nave se cubre con una armadura de par y nudillo.  En su parte occidental, un arco apuntado permite el acceso  a un sencillo coro al que se llega a través de unas  modernas escaleras. Permite el acceso a la cabecera un  arco del triunfo rebajado que apoya en pilastras. Se decora  con mediacañas y pequeños boceles que en la zona de  las pilastras imitan columnas, al ser sugeridos los capiteles  y las basas. El arco triunfal data del siglo XVI, momento en  el que seguramente se sustituyeron las antiguas cubiertas  de la cabecera por el excelente artesonado mudéjar policromado.  Presenta una estructura a cuatro aguas y entre  sus artesas aparecen diferentes motivos decorativos, algunos  de los cuales, como las aspas, pudieran estar en relación  con los emblemas heráldicos de don Fabrique de  Portugal.  En el siglo XVI se llevó a cabo una importante reforma  que afectó a la cabecera, al ser sustituido el antiguo arco de  triunfo por el actual. También afectó a la techumbre, pues  la antigua cubrición, presumiblemente compuesta por una  bóveda de cuarto de esfera en el ábside y medio cañón en  el presbiterio, fue sustituida por un artesonado mudéjar  policromado. Un vano rectangular, situado en el lienzo  meridional del presbiterio, ilumina la cabecera. En el costado meridional del presbiterio se abre una  gran hornacina delimitada por un arco rebajado, en cuyo  interior se alberga un pequeño vano. Puede corresponder  al siglo XVI, aunque no sería extraño que fuese posterior;  desconocemos su función original, actualmente ocupa su  interior una gran cajonera barroca. Como conclusión podemos decir que éste es un primitivo  edificio románico datado en torno a la primera  mitad del siglo XIII, que fue profundamente reformado en  diferentes etapas posteriores. Presenta una tipología típica  del románico rural de Guadalajara del siglo XIII, con una  sencilla nave rectangular y cabecera compuesta por ábside  semicircular, precedido de presbiterio recto, con muy  pocas concesiones a la decoración, como también se  observa en la iglesia de Pozancos, que repite estructura, y  que sería la habitual en otras iglesias que fueron transformadas  posteriormente. A la iglesia de Pozancos se asemeja  también la disposición de la portada meridional.  En cuanto a las relaciones estilísticas de su escasa  decoración escultórica, encontramos algunos capiteles  similares a los de su portada en el pórtico de Jodra del  Pinar. Esta decoración escultórica parece derivar del tercer  taller que trabajó a principios del siglo XIII en la catedral de  Sigüenza, al que corresponde las puertas de la fachada  occidental, y que también trabajó en las iglesias de Santiago  y San Vicente de Sigüenza. Seguramente los canteros  de la iglesia de Pelegrina conocieron estas obras, las cuales  los influyeron a la hora de realizar su trabajo en este lugar,  aunque siempre con una calidad mucho menor. A los pies del templo, bajo el coro de madera, está  situada una pila bautismal románica. Su copa es semiesférica,  de 98 cm de diámetro por 51 cm de altura, sobre  basamento de 44 cm de alto. El pie está formado por una  deteriorada base troncopiramidal invertida, decorada, en  su parte inferior, con un bocel. Sobre la anterior se eleva la  copa que muestra una serie de gallones oblicuos al exterior,  mientras que en el interior es lisa. Los gallones se muestran retorcidos sobre su eje, lo  que nos recuerda a otros testimonios de la provincia, como  las pilas de Salmerón, Bochones, Bustares o Villaescusa de  Palositos. Asimismo, la basa troncopiramidal recuerda a las  pilas de la Villa de Atienza (la de San Bartolomé o San Gil)  al igual que las ya mencionadas de Villaescusa de Palositos  y Salmerón, aunque esta última es de mayor tosquedad y  tamaño.
           
        
    