Santa Margarida de Navés
NAVÈS
Iglesia de Santa Margarida de Navès
La iglesia dedicada a santa Margarita se haya en el centro de Navès. El lugar que ocupa fue habitado desde época antigua, como lo atestigua el descubrimiento, cerca de la rectoría, de los restos de unos muros de una antigua villa romana fechada entre los siglos i-v d. C. Los trabajos arqueológicos han permitido, además, sacar a la luz distintas sepulturas de una necrópolis altomedieval.
Las primeras referencias a la iglesia de Navès se remontan al siglo xi. En 1095 (1100, según Joan Serra Vilaró), la iglesia de Santa Margarida junto a las de Sant Andreu del Pujol y de Sant Julià de Odro fueron cedidas por Ermessèn a la canónica de Santa Maria de Solsona. A la luz de los documentos conocidos, dicha donación fue impugnada por Ramon Mir, de la familia vizcondal, y ratificada en 1103 por el conde de Urgel, Ermengol VI. Disconforme, Ramon Mir presentó un pleito que se alargó hasta 1126, cuando fue obligado a subsanar los daños causados a la canónica de Solsona mediante la cesión de una viña in comitatu Urgelli, in terminibus de Navades. La posesión de la iglesia de Navès por parte de Santa Maria de Solsona fue confirmada en las bulas papales de 1150, 1180 y 1188, y, en las dos últimas, se subrayaba la pertenencia a la canónica tanto de la iglesia como del castillo de Navès.
La actual iglesia y rectoría de Santa Margarida de Navès, ambas del siglo xvii con reformas del siglo xix, esconden algunos vestigios del antiguo edificio románico. De éste, se observa en el exterior un paño del muro meridional, en el que se abre una ventana de arco de medio punto adovelado. Su aparejo, compuesto por sillares de distintas dimensiones dispuestos en hiladas, se diferencia con facilidad del muro del siglo xvii, mucho más regular. Gracias a los trabajos de recuperación de los restos de la construcción románica –llevados a cabo con admirable empeño por el párroco de Navès–, en el interior de la iglesia son visibles otros elementos. En su extremo suroeste, en el espacio del templo que colinda con la rectoría, se halla la fachada occidental de la primitiva iglesia. En ella se abre, en la parte superior, una ventana de arco de medio punto. Desde las dependencias del párroco, puede observarse la parte inferior exterior del mismo muro, donde se aprecia una abertura tapiada, que parece ser un antiguo acceso. Volviendo al interior, junto a la fachada oeste, se encuentra el muro sur, también románico, donde se ve otra ventana adovelada. Este espacio conserva aún parte de la cubierta románica, una bóveda de cañón reforzada por un arco fajón que se adosa a la pared occidental. Con toda probabilidad, la realización de prospecciones arqueológicas sacarían a la luz otros vestigios.
Los elementos hasta aquí descritos permiten suponer que la iglesia románica de Navès debió de ser un edificio de una sola nave y, probablemente, un ábside semicircular, que se ubicaría en el lugar que hoy ocupa el campanario de la iglesia moderna. Como se ha visto, en el muro meridional se abrían por lo menos dos ventanas adoveladas. Ignoramos cuando se abrió la puerta de la fachada occidental; dicho de otro modo, si éste era el acceso original o bien si el edificio románico contó, como en tantas ocasiones ocurre, con una entrada meridional.
Aprovechando los escasos elementos de la primitiva construcción, en el siglo xvii se edificó la iglesia que hoy conocemos, de mayores dimensiones y orientada hacia el norte. Algunas inscripciones permiten afinar la cronología. En el dintel de la puerta figura el año 1668, mientras que en la sacristía el 1666. Al Oeste de la rectoría ese halla otra fecha, 1685. Inscripciones del siglo xix (1801, 1828) permiten atestar que en este momento la iglesia sufrió otra remodelación, a la que se debe el campanario que se eleva en el extremo sureste. Cabe reseñar, también, que en el muro oriental de la rectoría se halla encastrado un arcosolio, posiblemente gótico, que cobija lo que parece ser un sarcófago, de tamaño reducido.
Texto y fotos: Montserrat Barniol López
Bibliografía
Bach i Riu, A, 1988, pp. 16, 50; Bolós i Masclans, J., 2006, p. 69; Castells Catalans, Els, 1967-1979, VI, pp. 49-54; Catalunya Romànica, 1984-1998, XIII, 1987, pp. 166-167; Llorens i Solé, A, 1987, pp. 452-458; Rigo, A., 1995, pp. 9-10;Riu i Riu, M., 1979, pp. 211-256; Riu i Riu, M., 2006-2007, pp. 448-449; Serra i Vilaró, J., 1909a, p. 140.