Identificador
              19212_01_017n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              40º 25' 7.32'' , -2º 55' 25.54''
          Idioma
              
          Autor
          Ezequiel Jimeno Martínez
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Pastrana
          Municipio
              Pastrana
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Claves
          Descripción
              SITUADA EN LA PARTE MÁS ELEVADA del núcleo, en una  terraza natural en lo alto de la ladera donde se asienta  el municipio, la iglesia es la construcción más primitiva  de la villa, del siglo XIII según la mayoría de los  autores. La actual colegiata ha sufrido diferentes etapas de  construcción a lo largo de su historia hasta llegar a su disposición  actual. Tras la llegada de la orden de Calatrava a  la provincia de Zorita, a finales del siglo XII, comienza la  definitiva repoblación de Pastrana y, por consiguiente, su  asentamiento. Es en esta época, hacia el siglo XIII, cuando  se levanta el primitivo templo de estilo románico tardío, el  cual iba ligado a los postulados de la también incipiente  orden religiosa que por esas fechas se instala en la provincia.  Es, por tanto, de su primera etapa la actual nave central  de la colegiata, lo que era la nave única de la iglesia  románica. Constaba de tres tramos que mediante un arco  triunfal daba paso a la cabecera con ábside semicircular,  que ha desaparecido.  La orden de Calatrava desarrolló una importante  labor constructiva en toda la zona de Zorita. Era necesario  poner de manifiesto, tras la Reconquista, el dominio  cristiano sobre su territorio; para ello había que edificar  en cada pueblo un templo donde se reivindicaran las  necesidades de culto y que además sirviera de lugar defensivo  en caso de contraofensiva musulmana, de ahí que las  construcciones calatravas siguieran un modelo religiosodefensivo. De la primitiva iglesia calatrava no queda más que la  planta de una sola nave que se puede observar en el interior,  y que actualmente ocupa el coro de la iglesia y una  serie de elementos que pasamos a describir hasta llegar a  dar como resultado el conjunto global de la iglesia tras sus  numerosas ampliaciones. El trazado de la nave primitiva de  estilo románico ocupa el coro, como hemos dicho antes;  los muros se realizan con sillares bien trabajados y de  buena factura, debido al marcado carácter defensivo que se  le otorgó a esta construcción. La escasa altura de la nave es  acorde con el estilo románico, de pequeñas iglesias con  escasa altura que coinciden con las que se estaban construyendo  en la Encomienda de Calatrava, tales como la de  la iglesia del Castillo, en Zorita, o la de Hontoba.  La zona de la cabecera ha perdido el ábside semicircular,  que fue demolido tras la ampliación de la iglesia  gótica, pero conserva parte del presbiterio. De la nave al  presbiterio se abre paso mediante un gran arco triunfal  apuntado y doblado. Este arco, reforzado y de gran grosor,  es el que habilita la posibilidad de sustentar el peso del  cuerpo de la espadaña. La espadaña se situaría en este  tramo de la cabecera, y no a los pies, siguiendo el modelo  de distribución de las iglesias calatravas, de las cuales la de  Hontoba es su más clara influencia. Sería de dos o tres  huecos, con refuerzo de sillares en las esquinas, del mismo  ancho que la nave, cargando su peso sobre el arco triunfal  y que sería ampliada a torre-vigía en época posterior. El tramo recto posterior al arco apuntado corresponde  al presbiterio, que tuvo que tener dos espacios abiertos  en sus muros laterales, pero se cegaron con motivo de la  primera ampliación al construir la torre-vigía y se obligó al  recrecimiento de las cimentaciones y por tanto de los  muros del presbiterio original; por este motivo, se cegaron  los vanos. Vendrían a ser dos ventanas aspilleradas con  abocinamiento interior, al igual que el ábside, que tendría  un vano en su centro y que formarían un conjunto de tres  vanos para iluminar la cabecera. El peso del arco descansa  sobre columnas con fuste liso adosadas al muro, con capitel  liso geométrico. Las columnas se apoyan sobre basa  formadas por collarino, escocia y amplio toro, y sobre un  plinto que se eleva sobre el suelo. El arco exterior descansa  sobre una sencilla cornisa moldurada. El presbiterio se  cubría, posiblemente, con bóveda de cañón ligeramente  apuntado, también de sillar como el resto de los muros, y  que posteriormente, en su primera ampliación, pasó a  tener bóveda nervada, que sería la base de la torre-vigía.  La bóveda del ábside sería de cuarto de esfera, como ocurre  en estas iglesias calatravas, siguiendo el modelo de  Hontoba. En uno de los contrafuertes del muro norte se  encuentra la escalera de caracol que comunicaba con lo  alto de la espadaña; se conserva aún en el muro y es de  reducidos peldaños, de una sola pieza. Este modelo de  escalera lo encontramos también en la iglesia del Castillo,  de Zorita, Hontoba, y en monasterios cistercienses como  el de Bonaval; no olvidemos que la orden de Calatrava  dotaba a las iglesias de una doble funcionalidad, defensiva  a la vez que religiosa, y estructuras como las escaleras  de caracol constituían un valor añadido de defensa, junto  con el grosor de sus muros en caso de ataque.  Según el estudio realizado por Alegre Carvajal, se  diferencian cuatro etapas nuevas sobre la primitiva iglesia  románica. La primera ampliación de la iglesia se produjo  en el siglo XIV, en esa fecha se le añadió la torre vigía o  campanario, se desmontaron los sillares de la antigua espadaña  y se aprovecharon para construir esta torre-vigía. Las  necesidades de defensa y vigilancia permanente motivaron  esta construcción sobre la anterior espadaña. Se amplió el  número de naves hasta llegar a tres, las naves laterales  resultantes de la ampliación se separaron por tres tramos  de arquerías apuntados y doblados sobre pilares circulares  de gran grosor. Es de un estilo románico cisterciense.  La segunda ampliación se produjo en el siglo XV, con  la elevación de la techumbre de la nave central, se elevaron  los canecillos y se abrió doble arquería con veintidós  arcos, de los que algunos son cegados y otros abiertos, de  ladrillo, lo que permite dar iluminación al interior. Son de  un marcado estilo toledano, y la techumbre de tirantes es  sustituida por un artesonado en madera. A finales del siglo  XV y comienzos del XVI se llevó a cabo la tercera ampliación,  sufragada por el consejo de la villa; se advierte ahora  un marcado carácter gótico en arcos y, sobre todo, en las  típicas bóvedas de crucería nervadas. Además se dotó a la  iglesia de un retablo gótico realizado por A. Covarrubias y  Juan de Borgoña, cuya fecha es de 1536. La última ampliación considerable se produjo en el  siglo XVII, siendo arzobispo don Pedro González de Mendoza,  hijo de los primeros Duques de Pastrana, adoptando  las características de la iglesia a las directrices del nuevo  estilo en auge, el Barroco. En esta época se ampliaron las  naves y el crucero y se elevó la iglesia a la categoría de  colegiata, llamada así por albergar un cabildo de clérigos,  un collegium de sacerdotes, para que de ese modo se realizaran  funciones religiosas más solemnes, categoría que de  forma simbólica perdura hasta la actualidad.
           
        
    