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Capitel del lado izquierdo de la portada románica del muro septentrional

Identificador
49522_02_019
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 50' 58.19" , -6º 20' 9.62"
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

Localidad
Pobladura de Aliste
Provincia
Zamora
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
EL EDIFICIO ES DE MAMPOSTERÍA de granito y sobre todo de pizarra, con esquinales y vanos de sillería o sillarejo de granito. Consta de gran cabecera cuadrada, una nave y espadaña a los pies; a mediodía de la cabecera se adosa la sacristía, mientras que a la nave lo hace un macizo pórtico que incluye un cuarto trastero. Finalmente, toda la fachada septentrional queda dentro del cementerio. Prácticamente toda la fábrica está renovada en tiempos modernos, aunque se conservan algunos elementos románicos reutilizados e incluso algunas partes de la construcción original, en concreto el muro norte, que incluye una portada. Así pues se pueden apreciar dos canecillos embutidos en el testero del ábside, uno decorado con tres rollos y otro con dos, y junto a ellos una dovela abocelada de la misma cronología. Por otra parte, en el cuerpo de la escalera que sube a la espadaña, levantado en 1908, se halla un sillar blanco -seguramente de mármol- con la siguiente inscripción: ... T M XX FRA ... FECIT ECLEISI ... N CONCILIO D ... MARTINVS PRESB La fragmentación de la pieza dificulta su lectura, aunque sin duda se trata de la fecha de construcción de la iglesia, en la que participó un tal Martín, sacerdote, y tal vez el concejo de la localidad. Más complicada es la interpretación de la fecha, e incluso la letra R del primer renglón podía ser también una K, así como la S del tercero, que podría ser una D minúscula. Por el tipo de letra, que incorpora caracteres carolinos con otros más arcaicos visigóticos, podría fecharse en el siglo XII, aunque Maximino Gutiérrez Álvarez la considera del año 1082, en virtud de la reconstrucción que hace: [CE]T MXX ERA FECIT ECLEISI[AM] [CV]N CONCILIO S[VO] MARTINVS PRESB[ITER] Que interpreta como: [Centesima e]t millesima vigesima era, fecit ecleisi[am cu]m concilio s[uo] Martinus presb[iter] Pero es la fachada norte la única que conserva parte de la estructura románica, con un paramento que alcanza los dos tercios de la longitud de la nave actual, cuya parte más moderna corresponde al extremo occidental, aunque también es moderno el recrecimiento en altura, de aproximadamente un metro. El lienzo románico se levantó en mampostería de granito y en su parte centro-anterior se halla la portada, ahora cegada, en un entorno inmediato de sillería y dispuesta a ras de muro. Es un arco de medio punto doblado, de arquivoltas cuadrangulares simples y guardapolvos decorado con bezantes partidos. La rosca interior descansa en pilastras con impostas de nacela y ancho chaflán, y la exterior sobre columnillas acodilladas con capiteles decorados: el oriental con una línea de hojas macizas coronadas por cabezas humanas, una por lado, y el occidental con tres líneas superpuestas de aquel mismo tipo de hojas, rematadas en la esquina superior por un caulículo. Junto a la portada, a ambos lados de su base se disponen sendos sillares con inscripciones dispuestas en varias líneas, semienterradas y cubiertas parcialmente por musgos y líquenes, hasta ahora inéditas. La oriental parece estar completa y tiene al menos siete renglones, con caracteres del mismo tipo que los que veíamos en la lápida anterior, aunque salvo la referencia que hace también a la construcción del templo, nada más hemos podido leer de momento. Peor aún esta la otra, con al menos cuatro líneas, prácticamente ilegibles, salvo que una concienzuda limpieza pueda aportarnos alguna novedad. Cabe señalar también que junto a la primera de éstas hay un sillar tallado con un disco de radios curvos que probablemente sea la cabecera de una estela funeraria romana. El alero del antiguo muro románico era una hilera de sillares sobre los que se hallaban los canecillos, hoy recortados en su totalidad, aunque se conserva la cornisa, con piezas de listel y chaflán. En el interior del templo no se aprecian más rasgos románicos que la portada norte, que curiosamente repite un esquema un tanto monumental que se aleja de la sencillez habitual. Tienen un entorno también de sillería y es un arco de medio punto trasdosado por chambrana idéntica a la del exterior, con impostas del mismo tipo, lo que quizá dé pie para pensar en que en realidad no sean sino restos de la indudable portada románica que debió haber en el muro sur, trasladada aquí en algún momento y usada hoy como hornacina, si bien esto no pasa de ser mera hipótesis. A pesar de la destrucción que sufrió el edificio románico, por los pocos restos conservados deducimos que fue una construcción de cierta calidad, algo muy poco habitual en tierras alistanas. Sin duda tuvo dos portadas y aunque la escultura ciertamente es un tanto rudimentaria, el conjunto parece bastante cuidado. Por desgracia no es casi ninguna la información que nos aportan las tres inscripciones, que precisamente hacen referencia a la construcción del edificio y cuya datación -a la espera de mejores lecturas- es asimilable a la cronología que podemos dar para los restos constructivos, para los que suponemos una ejecución en torno a los años finales del siglo XII.