Identificador
              19009_01_058n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              40º 28' 7.62'' , -2º 36' 33.57''
          Idioma
              
          Autor
          Ana Belén Fernández Martínez
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Alcocer
          Municipio
              Alcocer
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Claves
          Descripción
              EL TEMPLO PARROQUIAL DE ALCOCER se encuentra situado  al sur de la villa. Flanqueado por una plaza y una  barbacana que la recorren en su perímetro, pudiendo  tratarse de una delimitación del antiguo cementerio. El historiador  Francisco Layna nos habla de la puerta de Alvar  Fañez, que, de la muralla medieval, salía junto a la iglesia.  El hecho es que la muralla queda muy cercana y por ello se  ha creído que el templo está ubicado sobre otro anterior. Éste sería un oratorio dentro del recinto amurallado que sirvió  tras su derrumbe como base de la torre actual. Del conjunto  armónico que vemos en Alcocer hay que distinguir  varias fases constructivas que desde el siglo XIII han dejado  su huella. De esa primera fase conservamos las tres naves  desde los pies al crucero, las tres portadas del norte, sur y  oeste y la base de la torre-campanario. El templo se empezó  a construir por los pies en sillares de buena labra, como  atestiguan las muchas marcas de cantería. Esta parte es más  estrecha que las naves del crucero y además se vislumbran  en ella diversos elementos protogóticos, lo que nos lleva a  presuponerle una mayor antigüedad. En el muro de poniente  encontramos una fachada que desde su base se compone  de portada, contrafuertes, dos ventanales románicos, un ojo  de buey y una ventana de traza protogótica.  La portada se encuentra enmarcada por dos contrafuertes,  y aunque hoy está tapiada se compone de dos  arquivoltas apuntadas en degradación, con decoración de  doble cordón y una chambrana de puntas de diamante. Se  apoyan éstas en un ábaco moldurado bajo el que se disponen  dos columnillas adosadas a cada jamba con decoración  foliácea muy estilizada. Los fustes cilíndricos y las basas se  encuentran en un lamentable estado de conservación. Por  encima de la portada se ubica un ventanal de arco de  medio punto muy alargado que, por su disposición, pudo  ser insertado años más tarde que los dos que se encuentran  a cada lado de los contrafuertes. Éstos se presentan en arco  de medio punto abocinados. Sobre ellos el ojo de buey,  formado por un óculo enmarcado en molduras parecidas a  las de las arquivoltas de la portada y rodeado por una  chambrana de similares características. Toda esta portada  de poniente está rematada en un cuerpo triangular. El muro meridional del templo conserva también una  portada de mayores dimensiones que la anterior, aunque  con las mismas características que aquella. Este muro cuenta  con la particularidad de conservar la cornisa sustentada  por canecillos de modillones de rollo. Este detalle da cuenta  de la primitiva altura de la iglesia románica respecto a  las reformas posteriores que alzaron los paramentos. La  portada se enmarca dentro de un cuerpo saledizo realizado  en el mismo sillar que el muro al que se adosa. Está  compuesta de cinco arquivoltas en arco de medio punto,  con decoración de doble cordón, y se halla cobijada bajo  una chambrana de puntas de diamante. Las arquivoltas  descansan sobre ábacos moldurados y cinco columnas  adosadas a cada lado con capiteles foliáceos de similar factura  que los de la portada oeste. Es particular el detalle de  unos lobulillos o pequeñas piñas entre las pilastras, flanqueadas  por las cestas de los capiteles. A esta portada se la  llamó del Sol y por ello en todo el cuerpo saledizo se disponen  varios relojes solares. Por su relativa cercanía, y por  pertenecer a la misma diócesis, son notables las coincidencias  de esta portada sur de Alcocer con la de la iglesia  de la Natividad de la localidad conquense de Arcas.  Desde este muro sur, a medida que nos vamos acercando  al ábside, nos encontramos con una serie de muros  retranqueantes que forman el exterior de las capillas anejas  al crucero. La primera es la llamada del Tremendal, del  siglo XIV, con planta pentagonal y tres ventanales de arcos  apuntados. Uno de ellos se encuentra cegado por el muro  de la adyacente sacristía del siglo XVII. Junto a ésta se disponen  varias capillas del siglo XVI que recorren el hemiciclo  de la cabecera.    El transepto se hace doble, y sobresale en planta y  alzado. En su brazo norte vemos una puerta que se alza  metro y medio del nivel del suelo, con el que se nivela gracias  a una triple basa. La componen tres arquivoltas apuntadas  en degradación, con cenefa de puntas de diamante.  Éstas se apoyan en columnillas adosadas con pequeños  capiteles foliáceos. Para dar más iluminación al crucero se  abrió encima de este acceso un ventanal de arco apuntado  con tres arquivoltas en degradación. Éstas, a su vez, cobijan  tres vanos de apuntados, separados por mainel con tres  loculos trilobulados. Estos dos testimonios tendrían su  cronología en el gótico tardío. Junto a ellos se alza la torre, de la que sólo conservamos  de época románica la base de los sillares. Éstos contienen  gran cantidad de marcas de cantería sencillas; a  medida que ascendemos, estas marcas se complican. Se da  el hecho curioso de que en esta parte baja se insertaron  sillares posteriores en una restauración del siglo XV, como  prueba el hecho de que aparezcan marcas localizadas en la  parte superior, ya gótica. Se remata la torre en un cuerpo  ochavado, apoyado en una cenefa de arquillos polilobulados  sobre ménsulas de cabezas humanas. En los cuatro  frentes se abren ventanales apuntados, separados por maineles  para cobijar las campanas.  La portada norte es el testimonio del templo más cercano  a las formas puras del románico. Enmarcada entre el  primero y segundo tramo de naves, se inserta bajo un cuerpo  saledizo de sillares bien escuadrados y cornisa sustentada  por canecillos de proa de nave. Se compone de cinco  arquivoltas en degradación, decoradas en sus molduras  con doble cordón y una cenefa de puntas de diamante que  las cobija. Sobre ábaco corrido, también molduradas en  bocel, se disponen las columnas de fuste liso, rematadas  con capiteles de cesta vegetal con hojas muy estilizadas.  Junto a los capiteles, en los tramos de intercolumnios, se  colocan pequeños ornatos de lobulillos. Apoyan las  columnas en basas sencillas y plinto no muy pronunciado.  Este acceso en sus formas podemos relacionarlo con la cercana  portada de Santiago en la iglesia de El Salvador de  Cifuentes, o la de Viana de Mondejar.  Al interior la iglesia presenta desde los pies hasta la  cabecera, una sucesión de estilos correlativos en el tiempo.  Este cambio de gusto fue general en estos años; un ejemplo  parecido a este de Alcocer se da en la iglesia burgalesa  de Sasamón, en la que se observan diferentes tramas  constructivas. A lo largo del siglo XIII se levantaron las tres  naves longitudinales, la central más ancha que las laterales.  Se separan por pilares octogonales que sirven de sustento  a arcos apuntados doblados. Las naves laterales se cubren  en la actualidad con bóvedas de cañón, aunque en origen  tenían cubierta de armadura de madera. La nave central se  cubre con bóvedas sobre lunetos con decoración de yeso. El tramo de época románica va cambiando al acercarnos  al crucero, de hecho, a partir del quinto tramo se  observa un cambio en los pilares. Pasan éstos de ser octogonales  a disponerse de forma cilíndrica, con columnas  adosadas en sus frentes, pertenecientes a un gótico incipiente.  Los capiteles de estas columnas aparecen ya ornamentados  con crochés o decoración vegetal, cubriéndose  con arcos que forman las bóvedas de ojivas dobles. El crucero  está resuelto por dos tramos transversales cubiertos  por las mismas bóvedas y cuenta con un óculo, decorado  con rosetas, que le da iluminación. Los pilares del crucero  son un ejemplo del cambio de gusto y de modelos que  sufrió la iglesia. A los del lado oeste se adosa cuatro columnas.  Los capiteles de éstas sirven de apeo a pequeñas  columnillas en las que apoyan los arcos ojivos de las bóvedas.  Los pilares más orientales sólo tienen tres columnas en  sus frentes, y los arcos diagonales se insertan dentro de  ellos para servir de sustento a los arcos moldurados. Un  tramo del primitivo crucero gótico se destruyó junto con  la cabecera para construir, a partir del siglo XV, la nueva  girola que alberga las capillas de la Concepción, la de  Lourdes, la del Descendimiento y la del Cristo. Todas ellas  obra muy posterior. Esta rotura del crucero y de parte del  antiguo ábside nos hace evocar la catedral conquense en la  que sucedió lo mismo.  La única capilla con reminiscencias góticas se encuentra  en el brazo sur del transepto junto a la sacristía: la capilla  del Tremendal. Da acceso a ella una puerta compuesta  por una arquivolta de medio punto abocelada, cobijada  por puntas de diamante, que se apoya en finas columnillas  de capiteles foliáceos. Con su planta pentagonal y tres  ventanales apuntados en sus frentes, se cubre con pequeños  lunetos y arcos que se unen en clave de roseta. Su cronología  es cercana a principios del siglo XIV. La morfología constructiva del templo de Alcocer nos  indica su origen románico, con una datación de finales del  siglo XIII, a partir del cual se hicieron las superposiciones  estilísticas relatadas.
           
        
    