Identificador
              19190_04_118n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              40º 50' 36.64'' , - 1º 53' 10.20''
          Idioma
              
          Autor
          César del Valle Barreda
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Molina de Aragón
          Municipio
              Molina de Aragón
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Claves
          Descripción
              LA IGLESIA DE SAN MARTÍN, situada en el casco antiguo  de Molina, es la más antigua de la ciudad; ciertos  historiadores como Portocarrero han querido ver en  ella indicios de antigüedad de época romana y visigoda,  aunque su inicio se fecha más tarde, en época medieval,  por lo que puede datarse a finales del siglo XII, cuando se  inició la repoblación de estas tierras y por tanto la construcción  de lugares de culto religioso a partir del fuero  otorgado a Molina en el año 1154. A lo largo de su historia ha sufrido transformaciones  e incendios que han mermado mucho su primitiva fábrica  medieval. De lo que fue original sólo quedan algunos restos  visibles, como el muro norte en su parte exterior, con  dos vanos de cuidada estética románica, y su magnífica  portada. Nada de ello se aprecia desde la calle, ya que una  fachada de construcción posterior lo oculta.  Es por tanto una iglesia de una sola nave, con un ábside  semicircular empotrado en otra construcción anexa. A  la derecha y en su lado sur se haya una dependencia que  debió de ser la sacristía y donde podemos observar una  losa de piedra rectangular empotrada en una de sus esquinas  a nivel del suelo, con una decoración de bajorrelieve  que representa la figura del que fue primer abad de la iglesia  en sus inicios, don Juan Sardón. El muro septentrional  contiene los restos primitivos de origen románico, con el  mismo tipo de sillar en todo el lienzo y en la portada. Esta  parte del muro conserva dos de sus primitivas ventanas,  tapiadas al interior pero que dejan ver el tipo de decoración  que tenían. La primera de ellas, situada en el segundo tramo de la  iglesia, es de arco de medio punto con decoración vegetal  formando parejas de flores, enmarcado a su vez el arco por  una moldura que lo encierra. El arco descansa sobre finas  columnas de fuste liso y también con capiteles de decoración  vegetal. Las columnas han perdido las basas o bien se  encuentran tapiadas. La siguiente ventana, también tapiada  al interior, se encuentra en el primer tramo. Es de arco  de medio punto con el mismo tipo de decoración de parejas  de flores, con finas columnillas alargadas que han perdido  su basa y con fuste liso, con capiteles foliáceos y  arquivolta, que rodea todo el contorno del arco, decorada  con puntas de diamante que, a su vez, se repite a los lados  de las columnas.  La portada de la iglesia carece de columnas y capiteles,  es de arco apuntado, con cuatro arquivoltas, decorada  la interior con una cadena de flores enlazadas y el resto  con baquetón de nacela; enmarca el conjunto una chambrana  con puntas de diamante, en cuyo centro hay un cris-  món rodeado por una moldura entrelazada. No se aprecia  el contenido del crismón, pero debía de tener las iniciales  de Jesucristo en griego, las letras P y S y las de Alfa y  Omega, por ser el principio y el fin de la vida.  En el exterior de la iglesia, en su panda sur, a la que se  accede por un callejón, observamos los restos de la fachada  del evangelio: son dos arcadas semicirculares, separadas  por un contrafuerte o pilastra. También en el exterior, y a  modo indicativo, vemos, en el lado oriental de la fachada  norte, cómo sobresale parte del primitivo ábside, dejándose  notar su curvatura y los canecillos de modillones bajo el  alero, lo que nos indica la orientación de la cabecera de la  iglesia a oriente, situándose su portada y acceso en el lado  septentrional, algo no habitual en las iglesias románicas.
           
        
    