Identificador
              19257_09_132n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              41º 5' 23.78'' , - 2º 43' 3.31''
          Idioma
              
          Autor
          Ana Belén Fernández Martínez,Ezequiel Jimeno Martínez,Pedro Luis Huerta Huerta
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Carabias
          Municipio
              Sigüenza
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Claves
          Descripción
              ES UN EDIFICIO ORIGINALMENTE DEL SIGLO XIII, de estilo  románico, aunque con modificaciones en planta de  siglos posteriores. Se compone de una nave rectangular,  cabecera cuadrangular y está rodeado por un pórtico.  Ésta es una estructura muy habitual en los edificios de  la Guadalajara de principios del siglo XIII, pues observamos  conjuntos muy similares en San Bartolomé de Atienza,  Pinilla de Jadraque, Romanillos de Atienza, Baides y Jodra  del Pinar. Completa la estructura una torre adosada a la cabecera  y un gran pórtico que rodea la nave por sus lados sur y  oeste. Hasta hace algunos años una sacristía estaba adosada  a la parte oriental de la torre. La secuencia constructiva  del edificio comienza en época románica, cuando se eleva  un edificio de una cabecera semicircular o cuadrada y una  nave rectangular a la que rodea un pórtico por sus lados sur  y oeste. De este momento únicamente se conserva el pórtico y  las dos portadas que daban acceso al interior de la nave. A  finales del siglo XVI o en el XVII se lleva a cabo una drástica  transformación del edificio. En primer lugar se sustituyen  tanto la cabecera como la nave, esta última seguramente  manteniendo las dimensiones de la primitiva. En un  segundo momento se alza, junto a la cabecera, una gran  torre campanario, que plantea muchas dudas constructivas,  pues no podemos descartar la existencia de una antigua  torre o espadaña en este mismo lugar, cuyos vestigios  pudieron ser utilizados en la actual. Posteriormente se  adosó una sacristía al frente de la torre y la galería fue  cerrada cegándose sus arquerías. Durante una restauración  reciente se volvieron a abrir las arquerías y se eliminó la  sacristía. Al exterior encontramos una sencilla cabecera encalada,  ejecutada en mampostería con sillares que refuerzan las  esquinas. Una sencilla ventana cuadrada se abre en el costado  meridional. Corona el ábside una cornisa con moldura  de gola. Al sur de la cabecera se adosa una potente  torre-campanario. Presenta planta cuadrangular y fábrica  de sillería. En su parte inferior se abre un gran arco apuntado  que atraviesa, a modo de pequeño pasillo abovedado,  todo el espacio de la torre para comunicar con la antigua  entrada oriental del pórtico. En el interior de este pasillo  se conserva un vano rectangular cegado que tal vez pudo  comunicar este espacio con el interior de la nave, o más  probablemente con la escalera de acceso al cuerpo de campanas,  al que actualmente se llega desde una puerta situada  en el interior de la cabecera. Sobre este pasillo se eleva  el restante cuerpo de la torre, macizo, hasta culminar en el  cuerpo de campanas, el cual abre cuatro troneras semicirculares,  dos situadas en el muro oeste y otras dos en el este,  de las cuales la derecha presenta mayor luz. La torre se culmina  por una cornisa achaflanada que apoya en varios  canecillos de nacela, seguramente reutilizados de época  románica, aunque no es extraño que fuesen realizados en  el momento de la construcción de la torre. Un contrafuerte  prismático situado en el costado septentrional separa la  cabecera de la nave, la cual utiliza mampostería, con sillería  para reforzar los ángulos. Está encalada al igual que la  cabecera. Una imposta achaflanada divide el lienzo norte  en dos cuerpos, el inferior utilizado como podio. Dos portadas se abren a la nave, la primera y más sencilla  está situada en el hastial occidental y se compone de  un arco de medio punto que descansa en una pareja de  jambas coronadas en cimacios. La segunda portada se sitúa  en el centro del muro meridional, está organizada mediante  un arco de medio punto de entrada, cuya arista se decora  con un bocel sogueado, al que rodean dos arquivoltas  ornadas con un entrelazo de tallos vegetales, la inferior, y  un bocel, la superior. Esta estructura descansa en jambas y  en una pareja de columnas de fustes lisos que culminan en  unos deteriorados capiteles que muestran, a la izquierda,  unos toscos motivos vegetales entrelazados con dos cabezas  animales en la parte superior, y, a la derecha, muy  estropeados, lo que parecen dos cuadrúpedos, posiblemente  afrontados, sobre los que se sitúan tres máscaras  antropomorfas. Coronan los capiteles y las jambas unos  cimacios con una decoración de rosetas inscritas en círculos.  La nave se culmina en una cornisa con moldura de gola  bajo la cual se abren cinco sencillas ventanas rectangulares,  dos en el muro norte, dos en el sur y una en el oeste. La parte más interesante de la iglesia de Carabias es  sin ninguna duda la galería porticada. Está realizada con  sillería, y son visibles algunas reformas posteriores. El pórtico  se compone de un podio desde donde nacen varias  arquerías de medio punto que descansan en una pareja de  columnas coronadas por capiteles dobles con temática  vegetal. La galería sur está organizada por dos series de  siete arcos separadas por un gran machón central, mientras  que la galería oeste se compone de seis arcadas, una de  ellas utilizada como acceso al pórtico. La arquería de  entrada está compuesta, como es norma general en todas  las demás arquerías, por un arco de medio punto que  apoya en dobles columnas que nacen del podio, en este  caso roto para permitir el acceso, al que se añade unas  escaleras para salvar el desnivel de terreno existente entre  el suelo y el firme del atrio.  Los ángulos del pórtico están reforzados por grandes  machones macizos. Las columnas están formadas por una  basa que nace de plinto rectangular, moldurada por un gran  cuarto de bocel con lengüetas en las esquinas, una media  caña y un bocel. A continuación se desarrolla un fuste liso  que, a través de un nuevo bocel, se comunica con el capitel  cuya parte superior está fusionada con la de su compañero,  que descansa en un nuevo fuste. Por lo tanto los capiteles  son dobles y de una pieza. Sobre los capiteles se disponen  unos cimacios con moldura de listel y mediacaña que  sobrepasan los límites del capitel, convirtiéndose en una  imposta que rodea toda la galería. Otras dos entradas se  sitúan en los extremos del pórtico, la más cercana a la cabecera  estuvo tapiada durante muchos años. Actualmente ha  recuperado su función primitiva de permitir el paso al pórtico  gracias a la apertura de un pasillo en la parte inferior de  la torre, la cual se adosa al pórtico por este lado. La tercera puerta de acceso al pórtico, que se sitúa en  el extremo septentrional de la galería oeste, también utiliza  unas escaleras para salvar el desnivel existente entre el  suelo y el firme del pórtico. Estas puertas de ingreso, como  las demás arquerías del pórtico, repiten la estructura  comentada anteriormente. Es extraño e interesante el  hecho de que no exista ninguna entrada en la galería sur,  peculiaridad que la hace excepcional con respecto a las  demás galerías de la zona, más aún cuando suponemos que  la portada principal de acceso al templo sí presentaba esa  orientación. De todas maneras juzgamos que las tres entradas  eran suficientes para permitir un cómodo acceso al  templo. Al interior de la galería todas las arquerías están  protegidas por un guardapolvo corrido, moldurado con  una mediacaña, motivo que no aparece al exterior. El pórtico  se remata por una deteriorada cornisa con moldura de  mediacaña que apoya en varios sencillos canecillos de  nacela. En las zonas en que este tipo de cornisa ha desaparecido  se utiliza una moderna cornisa de gola. Finalmente  el pórtico, más bajo que el nivel de la nave, se cubre con  un techumbre de madera a un agua. Con respecto a la decoración que encontramos en los  capiteles de la galería porticada, la totalidad de las cestas  presentan motivos vegetales, la mayoría de ellas formadas  por finas hojas de acanto, algunas rematadas en bolas,  idéntica decoración a la que encontramos en los pórticos  de Saúca y Jodra del Pinar, y en la portada de Pozancos.  Esta decoración deriva del tercer taller de canteros que trabajaron,  a principios del siglo XIII, en la Seo seguntina, los  cuales levantaron las portadas de la fachada occidental,  además de trabajar en las iglesias de San Vicente y Santiago.  De tal manera que los canteros que trabajaron en estas  iglesias se formaron en este taller que surgió alrededor de  la Catedral. Además del tipo decorativo anteriormente comentado,  aparecen otros modelos más sencillos, como hojas planas  con los extremos vueltos o rematados en bolas, realizados  por los mismos canteros. Como punto final, no podemos  olvidar las vicisitudes históricas que ha experimentado el  pórtico, que fue cegado en un momento indeterminado.  Hace algunos años una importante restauración intentó  devolverlo a su estado original. Durante la rehabilitación se  descubrió el mal estado de algunas columnas, así que se  optó por sustituir ciertas partes. De tal manera que en algunas  arquerías encontramos basas, fustes, capiteles, cornisas  y canecillos, que repiten los motivos románicos, colocados  ex-novo durante la restauración. Ya en el interior, tanto nave como cabecera están  encaladas, con la excepción del arco del triunfo y parte de  una hornacina abierta en el costado meridional. La nave se  cubre con una armadura de madera de parhilera. Preside el  altar mayor un tosco retablo barroco del siglo XVIII, que  está cobijado por una pequeña hornacina organizada por  un arco de medio punto con casetones decorados por florones,  al igual que en la clave. El arco descansa en una  pareja de pilastras también ornadas con florones y rematadas  en cimacios. Bajo el coro se disponen dos modernas  estancias, una utilizada como trastero y acceso al coro,  mientras que la segunda hace las veces de sacristía. En el  lienzo meridional de la nave se dispone un pequeño antecuerpo  que se adelanta a la nave, en cuyo centro se abre  una hornacina compuesta por un arco rebajado, que se  decora con un bocel, una mediacaña y un listel. En su interior  se cobijan dos tallas de Cristo Crucificado. La decoración de este conjunto, aunque puede recordar  a la ornamentación románica, pensamos que data de  fines del XVI o principio del XVII, momento en que se reforman  la nave y la cabecera.  A los pies del templo se ubica una pila bautismal  románica. Su copa es semiesférica, de 117 cm de diámetro  por 53 cm de altura, sobre basamento de 31 cm de alto.  Dos podios circulares dan paso a la basa, con la misma  forma, sobre la que se desarrolla la copa que muestra al  exterior ocho grandes gallones. En el interior tiene ligera  decoración de veneras y unos finos boceles que marcan el  arranque de los gallones exteriores. Es similar a la pila de  Cereceda, de abultados gallones y de grandes proporciones.  Junto a la portada de entrada se sitúa una pila aguabenditera.  Su copa es semiesférica y lisa, de 39 cm de diámetro  y 21 cm de altura.
           
        
    