Iglesia de Santa Maria de Eroles

Eroles es una población situada cerca de la vertiente oriental de la sierra de Rocamola, entre las cuencas de los ríos Noguera Pallaresa y Noguera Ribagorzana, emplazada en un lugar elevado sobre el barranco de Ricós, que articula casi todo el valle de Eroles, antiguo emplazamiento de la baronía del mismo nombre. Se accede a esta localidad desde Tremp, por la carretera C-1311 en dirección Puente de Montañana. Tras haber recorrido unos 7 km, y antes de llegar a Fígols de Tremp, se ha de tomar una pista rural asfaltada hacia el Norte, que en unos 4 km llega a Eroles.

Las primeras noticias conservadas sobre esta población, que hacen referencia a su castillo, datan de 893, 1055 y 1056. En 1149, Roger de Eroles era consignado como castellano de Eroles y Montllobar por parte de los condes Arnau Miró I y Òria, que mantenían privilegios y ciertas posesiones en este territorio, a pesar de que debían de pertenecer, a modo de alodio, a la canónica de la Seu d’Urgell. Con Roger, se iniciaba la dinastía de los barones de Eroles, cuyos dominios se extenderían a otras poblaciones vecinas como Montllobar, La Vileta, Alsamora, Sant Adrià, Gurp, Mont-rebei o la cuadra de Cabiserans, y que controlaron la zona hasta la abolición de los señoríos en el siglo xix. Por su parte, la iglesia de Santa Maria aparece citada ya en 1012, en una donación, junto a otros bienes y el alodio de Eroles, al monasterio de Santa Maria de Gerri por parte de los condes del Pallars Jussà. Tradicionalmente, y desde época muy temprana, se ha mantenido como sufragánea de la iglesia de Sant Pere de Fígols. Con motivo de una visita pastoral en 1758 se sabe que el templo se encontraba bajo la advocación de la Asunción de Nuestra Señora, y que se conservaba en buenas condiciones para el culto.

Se trata de un edificio singular que cuenta con una sola nave y un ábside semicircular en la cabecera. La estructura del edificio ha sido muy transformada en diferentes intervenciones, en las que, además de invertir el sentido del culto, se añadieron varias capillas, una sacristía, un coro a los pies y, sobre el ábside, una torre campanario en la que se abrió una puerta de acceso. En la parte superior de los restos del muro absidal, a la derecha de la torre, pueden observarse restos de algunos canecillos biselados, y que marcan la altura en la que originalmente se situaría la cornisa. La nave está cubierta con bóveda de cañón ligeramente apuntada, en la que un arco fajón, también apuntado, delimita dos tramos. El espacio absidal, que está cubierto por una bóveda de cuarto de esfera y precedido por un arco presbiterial, fue separado de la nave por un retablo pétreo en el que se sitúa el altar, y en el que se abre una puerta que facilita el acceso a la antigua cabecera.

En los restos de paramentos originales del edificio románico, se aprecia un aparejo formado por sillares bien labrados, escuadrados y pulidos, dispuestos en hiladas bien ordenadas. Se ha situado la construcción de dicho templo en el siglo xii.

Texto y foto: David Rico Tortosa

Bibliografía

Baraut i Obiols, C., 1986, pp. 115-117; Bellmunt i Figueras, J., 2000, ii, pp. 71-72; Catalunya Romànica, pp. 495-497; Puig i Ferreté, I. M., 1991, ii, pp. 2-3; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1994, pp. 412-413.