Identificador
39027_03_001n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 59' 25.44'' , -4º 7' 28.75''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Bolmir
Municipio
Campoo de Enmedio
Provincia
Cantabria
Comunidad
Cantabria
País
España
Claves
Descripción
EL PUEBLO DE RAICEDO se encuentra en el valle de Iguña, próximo a las Fraguas. Sabemos que en este valle de Iguña tuvieron propiedades tanto el monasterio de Santillana como el Infantado de Covarrubias, si bien ninguna de las dos fuentes habla de San Juan de Raicedo. En ninguno de los cartularios consultados aparece este monasterio por lo que no podemos adscribirle a ningún propietario conocido. Como sabemos que San Juan de Raicedo fue priorato de la Orden de San Juan de Jerusalén, es sin duda por ello mismo por lo que no consta en los cartularios citados. Posiblemente desde comienzos del siglo XII, tal vez desde el momento de la construcción de su iglesia, entra dentro del señorío temporal y espiritual de la orden de Malta. La iglesia tiene la advocación de San Juan y es edificio románico de una sola nave, presbiterio y ábside semicircular. Creemos una fecha posible para esta iglesia los primeros años del siglo XII, sin que pueda pasar de la primera mitad de este siglo. 1. EXTERIOR Puede decirse que la traza exterior, románica, está prácticamente completa. Sólo la espadaña ha sido modificada posteriormente, si bien sobre la organización de otra románica situada en el mismo lugar que la actual. Una sacristía ha sido añadida al Sur, cubriendo los muros del presbiterio y parte del ábside, posiblemente en el siglo XVII. Sobre el muro sur se ha colocado también una tejavana, a modo de porche, que protege la puerta. Ésta es sencilla, de arco apuntado y guardapolvos también apuntado. Sin duda se abrió o fue modificada ya en fecha avanzada, posteriormente a la construcción uniforme y primitiva de la iglesia. El muro sur conserva todos los canecillos románicos, que no fueron por ventura arrancados cuando se alzó el tejado en reforma de fecha incierta. Son catorce y muy sencillos: 1, 3, 4, 9 y 14 de cuatro y tres rollos; 2, 5, 7, 8, 10, 11, 12 y 13 en caveto; 6, una pierna humana. Sostienen una cornisa, sencilla, prismática, que sólo lleva decoración de dados, en su primer tramo hasta el quinto canecillo. El muro sur del presbiterio queda oculto por la sacristía, que ya hemos dicho fue posteriormente edificada. El ábside se divide en tres zonas verticales merced a dos contrafuertes prismáticos que, escalonados, terminan, a la altura de los canecillos. No estamos muy seguros de que estos contrafuertes no hayan sido añadidos, aunque en época románica, con posterioridad al ábside primitivo de la iglesia, pues nos extraña que las impostas ajedrezadas, que dividen también en tres franjas horizontales al ábside, no envuelvan la sillería de estos responsiones. La cornisa del ábside es similar a la descrita en el muro sur, salvo que toda ella lleva una greca de billetes a veces de distintos tamaños. Los canecillos son los siguientes, de izquierda a derecha: 1. En caveto; 2. Cabeza de animal sosteniendo entre las fauces una especie de rollo (estos dos canecillos están sobre el tejado de la sacristía añadida, cuyo muro Este parte de la ventana sur del ábside); 3. Cinco peces con la cabeza alternativamente hacia abajo y hacia arriba; 4. En caveto; 5. Seis rollos (fuerte recuerdo de lo mozárabe); 6. Idéntico al anterior, pero más estrecho; 7. Figura humana sujetando en su mano izquierda un objeto que parece un gran rabel o instrumento de cuerda; 8. Cuatro botones o capullos formando cruz; 9. Serpiente mordiéndose la cola; 10. Figura humana, sedente, vestida con túnica; 11. Cabeza de animal; 12. Pierna humana. Tiene el ábside tres ventanales, de tamaño casi idéntico, con guardapolvos de billete y arquivolta interior de fuerte baquetón. Éste apoya en cimacio decorado que carga sobre capiteles que a continuación describiremos. Fustes exentos y muy esbeltos sostienen estos capiteles. Las basas llevan collarino, escocia poco acusada y alta, y toro con bola en la esquina del plinto. La ventana del muro sur del ábside es visible sólo en su mitad derecha, debido al muro sobrepuesto de la sacristía. El cimacio visible está casi totalmente erosionado. El capitel es de perdices afrontadas. La ventana central, tiene muy desgastado también, el cimacio izquierdo. El derecho lleva una serie de ondas suavemente incisas. Los capiteles, de tambor elevado, son al parecer de tallos vegetales, muy verticales, que acaban en fruto o bola. La ventana que mira al Norte conserva cimacios que, aunque muy erosionados, permiten averiguar que el izquierdo es de flores profundas inscritas en círculos y el derecho flores también, hexapétalas, encajadas igualmente en círculos. Los capiteles están también muy destrozados: el izquierdo no permite suponer nada de su primitiva decoración; el derecho, iconográfico, tiene una figura con los brazos en alto, muy tosca, en actitud orante y otra detrás de ella que lleva algo en la mano. El muro norte del presbiterio está al parecer intacto, con cuatro canecillos que sostienen cornisa decorada con billetes. El primer canecillo de la izquierda es una cabeza de animal; el segundo figura humana sentada; el tercero cinco rollos; el cuarto, liebre. El muro norte de la nave lleva también una serie completa de modillones que son, de izquierda a derecha: 1. Cabeza de animal que sostiene en la boca una bola; 2. Cinco rollos; 3. Caveto; 4. Cinco rollos; 5. Figura vegetal; 6. Tres rollos; 7. Águila o ave con su cría; 8. Cabeza de animal con la lengua fuera; 9. Músico tocando el arpa; 10. Pequeña figurilla humana con las manos en las ingles; 11. Cuatro rollos; 12. Tres rollos; 13. De caveto; 14. Tres rollos; 15. De caveto; 16. Medio canecillo destrozado. Lo más interesante de este muro norte es la puerta que, resaltada de él, se construye entre dos de los contrafuertes. Lleva chambrana decorada con hojas y animales. Paralela a ella, y en medio punto, existe arquivolta sencilla, primitiva, que apoya en cimacios de hojas envueltas en vástagos. Los capiteles son muy sencillos y toscos: el derecho de leones de pie, siameses en la cabeza, sobre los que campean dos toscas volutas; el izquierdo es águila con alas explayadas, posada con su patas en el collarino del capitel. Los fustes son exentos pero formados por cuatro tambores. La portada se corona por cornisa muy sencilla, de simples losas, que apoyan sobre cuatro canecillos que, de izquierda a derecha, representan: especie de oso; figura humana apoyando las manos en las rodillas; figura humana también, con las piernas en alto sujetadas por sus propias manos; canecillo con figura que parece tener cabeza de tonel. Entre estos cuatro canes hay unas metopas muy toscas y borrosas: la primera es tal vez la figuración de dos animales superpuestos o de un personaje que lucha con monstruo; la segunda parece representar a la Virgen sedente con el niño en sus brazos, mientras una gruesa serpiente rodea al grupo, y la tercera puede sin duda tratarse de Daniel entre los leones. Sobre la cornisa hay colocados unos pequeños restos de canecillos con cabezas humanas y billetes, posiblemente de una iglesia anterior o de alguna parte destruida de ésta. En el muro norte, bajo dos canecillos del alero, y al centro mismo de la puerta descrita, campea un relieve del tipo de las metopas con dos leones afrontados por sus lomos, todo ello de indudable rusticidad. En la jamba izquierda de la puerta de este lado norte hay incrustada una lápida sepulcral, invertida y muy borrosa, en el centro de la cual podemos leer lo siguiente: VIII:K(A)L(ENDA)S MAR (TII) OBIT F(A)M(V)LO / DEI (ANE)S
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/ ORATE PRO/ILLO: SI REGNETIS CU(M) XPO. El interior es en la cabecera del tipo clásico románico, en bóvedas y tres ventanas. Lo más interesante desde el punto de vista iconográfico son los dos capiteles del arco triunfal, el izquierdo con un entrelazo de serpentiformes, y el derecho con una serie de anillos grapados que son parecidos a los de un capitel de Santillana y a otro, desaparecido de Las Fraguas. También en el interior se conserva una pila, tipo románica, lisa y sin decoración. 2. RELACIONES Por comparación con las demás iglesias románicas de la provincia, y concretamente con la de Cervatos, nos inclinamos a pensar que alguno de los escultores o maestros que tallan en la Colegiata campurriana trabajaron en la decoración de capiteles, metopas y canecillos de San Juan de Raicedo. Sobre todo nos incita a ello el análisis de los capiteles de la puerta del norte, tanto el del águila como el de los leones afrontados con volutas en lo alto. La manera de hacer las melenas, los ojos e incluso los cimacios de hojas de cuatro y cinco pétalos nos llevan, sin duda, lo mismo que las metopas, a relacionarla, cronológica y estilísticamente, con San Pedro de Cervatos. En el mismo sentido, y puesto que ya pusimos en relación a Cervatos con alguno de los maestros escultores de la parte vieja, de Santa Eufemia de Cozuelos (Palencia), podemos decir que uno de estos artesanos ha trabajado tanto en esta iglesia palentina como en Cervatos y Raicedo. El que la parte vieja de Santa Eufemia la considerásemos construida hacia 1135, coincide perfectamente con la fecha de edificación de Cervatos en los alrededores de 1129, años aproximados en que habría de colocarse San Juan de Raicedo y también la iglesia de la Puebla de San Vicente, cerca de Mave (Palencia) cuyos capiteles de su puerta tan semejantes son, incluso en tema, con los de San Juan de Raicedo. Esto nos prueba, que hay una penetración de maestros de cantería, bien desde el Norte de Palencia hacia la costa, o bien, lo que creemos más factible, desde la Montaña (cuna siempre de canteros) hacia las tierras más ricas de Castilla.