Identificador
              19251_02_068n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              41º 1' 52.57'' , -2º 31' 45.18''
          Idioma
              
          Autor
          César del Valle Barreda
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Saúca
          Municipio
              Saúca
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Claves
          Descripción
              EL PUEBLO DE SAÚCA alberga una de las más bellas y  monumentales iglesias románicas de todo el norte  de Guadalajara. Se encuentra ubicada dentro del  núcleo urbano, con amplios espacios abiertos a su alrededor  que facilitan su contemplación, y un pequeño jardín  por su costado meridional rodeado de un murete de piedra  que acota y delimita el recinto de la iglesia. La labor escultórica  de su pórtico la relaciona, como veremos, con los  talleres seguntinos y, en concreto, Herrera Casado coloca  a esta iglesia bajo el mecenazgo del obispo don Rodrigo  (1192-1221), siendo erigido por tanto este templo en los  último años del siglo XII o primer cuarto del siglo XIII.  Exteriormente se trata de un edificio de una sola nave,  cabecera cuadrada, espadaña sobre el hastial occidental,  sacristía adosada al Sur y un monumental pórtico que se  extiende por los laterales meridional y occidental de la  iglesia. Las naves y la cabecera están construidas con mampostería  rejuntada con grandes cantidades de argamasa,  mientras que la sacristía, el pórtico y la espadaña se levantan  con sillería en su totalidad. La reconstruida cabecera tiene planta cuadrada,  siguiendo quizás la primitiva traza románica, con una reaprovechada  línea de cornisa abiselada sostenida por canecillos  de proa de nave. Se ha elevado notablemente su altura  y se ha construido un tejado con una caída a dos aguas.  En el lado norte se añadieron dos contrafuertes prismáticos  de sillería, quizá en el siglo XVI momento en el que se  realizan diferentes obras en la iglesia, como iremos viendo.  Estas sujeciones delatan los problemas estructurales  sufridos por esta parte del edificio, teniendo hoy en día  todavía el muro norte un marcado desplome. En el lado sur  se adosa la sacristía de la iglesia, de planta rectangular En cuanto a la caja muraria, su altura ha sido modificada,  sobreelevada ligeramente, pero recuperando la cornisa  románica. De hecho, el muro norte conserva una línea  de canecillos de proa de nave y se abren dos ventanas cuadrangulares  con posterioridad a la época románica. El  muro sur posee igualmente una línea de canes con perfil de  proa de nave y, aunque permanece totalmente enfoscado,  en él encontramos la portada meridional de acceso al templo  formada por un arco de medio punto y una arquivolta,  ambos con el intradós abocelado, descansando en cimacios  de perfil de caveto y jambas lisas con la esquina matada  por un bocel. La chambrana que completa el conjunto  tiene perfil de bocel y listel.  En el lado derecho de la portada se conserva una pila  aguabenditera del siglo XVI sobre fuste y basa de origen  románico.  El muro occidental de la nave ha sido recrecido para  colocar sobre él una espadaña de un único cuerpo que  alberga dos troneras de arco de medio punto y un sencillo  remate a piñón. Quizá pudo realizarse durante los siglos  XIV o XV, sobre los restos de otra anterior. Creemos también  que el peso de esta espadaña ha provocado problemas  de estabilidad en este muro, por lo que en el siglo XVI fue  necesario apuntalarlo con un arco arbotante que parte  desde la esquina suroccidental del pórtico hacia la misma  esquina de la nave e intenta paliar estas deficiencias constructivas.  El pórtico es el elemento más interesante de todo el  edificio. Se extiende por los costados sur y oeste de la  nave, algo que se repite en Carabias, todavía en Guadalajara,  o en las iglesias segovianas de Perorrubio y Orejana,  por citar sólo algunos ejemplos. Describamos primero el  lateral oeste: se compone de una pequeña entrada de arco  de medio punto liso con dos arquerías a un lado y tres a  otro. Dichos arcos tienen forma de medio punto y descansan  sobre columnas pareadas de fustes monolíticos. La  decoración de los capiteles que coronan dichas columnas  es de tipo vegetal, con estilizadas hojas de acanto cuyas  puntas forman pequeños cogollos que podemos relacionar  con los talleres de la catedral de Sigüenza. Los cimacios  tienen un sencillo perfil de chaflán, aunque se encuentran  muy desgastados. Algunos fustes y un capitel son de nueva  factura, ya que fue necesario reponerlos durante la restauración.  Sobre esta arquería se conservan parcialmente  once canecillos de nacela, rollos y proa de barco. Tiene su entrada principal en el lado sur por un sencillo  arco de medio punto que descansa en pares de columnas  adosadas al muro y coronadas por capiteles de tema  vegetal con sencillas hojas de acanto. La parte inferior de  las columnas permanece oculta, y a un lado y otro de esta  puerta se distribuyen las arquerías, concretamente cuatro  hacia el Este y cinco hacia el Oeste. Todas tienen el mismo  esquema, con arcos de medio punto que apoyan en pares  de columnas y éstas a su vez sobre un pequeño pódium  elevado unos 50 cm del suelo. La arquería occidental es la  peor conservada, ya que a pesar de que mantiene las cestas  originales románicas, los fustes y las basas de las columnas  son de nueva factura. Estos capiteles mantienen la decoración vegetal que  ya hemos visto anteriormente y que los pone en relación  con los trabajos de la catedral seguntina. En la arquería  más occidental, en líneas generales, vuelven a aparecer los  capiteles de acantos entre los que se intercalan aquí alguna  cabecita humana, pero además se incorporan dos capiteles figurados. En el primero de ellos, situado en la esquina  suroeste del pórtico, aparecen representados, de  izquierda a derecha, un asno, una figura cubierta con un  pesado manto y un ángel portando una cruz en la mano  derecha del que solamente se conserva la parte superior.  Algunos autores como Ruiz Montejo, creemos que correctamente,  identifican esta escena como la burra de Balaam,  (Nm, 22), en la que se narra cómo el Ángel del Señor se  aparece ante este profeta y le hace entender su mensaje  hablándole a través de su borrica. En el otro capitel figurado  se representa una sencilla Anunciación y junto a ellos  la lucha entre un león y un grifo, ambos rampantes, que  para Herrera Casado simboliza el encuentro violento  entre las pasiones y las virtudes. En la otra cara de esta  cesta doble se tallan dos figuras bajo nimbo, con ropas  talares que parecen llevarse una mano a la cintura, mientras  que con la otra sostienen una pequeña flor. Desconocemos  su significado, aunque apuntamos aquí la teoría de  la profesora Inés Ruiz Montejo que ve en esta representación  alegorías del estado de santidad.  El interior de la iglesia presenta un aspecto muy sencillo,  con una única nave cubierta con una armadura de  madera atirantada, colocada en la reciente restauración,  mientras que la cuadrangular cabecera lleva una bóveda de  cañón enyesada. La transición entre ambos espacios viene  marcada por un gran arco triunfal de medio punto, ligeramente  rebajado y doblado, recogido por pilastras, con su  frente ornado por una fila de bolas, decoración que nos  hace fechar su construcción en el siglo XVI, momento en el  cual, como ya hemos visto, se está interviniendo en otras  partes de la iglesia. Los cimacios se decoran con un fino bocel doble que  acaba desarrollándose a modo de imposta por toda la  cabecera. La iluminación directa que recibe el templo es  bastante escasa, ya que solamente una ventana cuadrangular  de la cabecera, un óculo en el lado occidental y un  pequeño vano en el lado norte, bajo el coro, aportan luz al  interior. En el muro oeste, la iglesia presenta un coro a los pies  realizado en fechas recientes, aunque lo que más atrae la  atención es el arco de descarga, construido con sillería, de  perfil apuntado y recogido por pilares rectangulares, que  aquí se coloca con el fin de aligerar el peso de la espadaña,  lo cual confirma nuestra teoría de los numerosos problemas  de estabilidad que ha sufrido la iglesia. En el interior de la cabecera, en el lado sur, encontramos  la puerta adintelada que da paso a la sacristía. La construcción  de este espacio se fecha en el último cuarto del  siglo XVII por una inscripción existente sobre la puerta que  dice: AÑO DE 1677. Ocupa el altar mayor un retablo de  influjo neoclásico, dividido en tres calles por columnas.  Cada una de las calles lleva una hornacina con las figuras,  de izquierda a derecha, de la Inmaculada, la Ascensión y  San Blas obispo. Sobre ellas en el remate del retablo se  ubica una pequeña hornacina con una imagen reciente del  Sagrado Corazón de Jesús. La iglesia de Saúca se trata, por tanto, de un bello  ejemplar de románico rural con el añadido de poseer un  magnífico pórtico. Sufrió algunas reformas durante el siglo  XVI, debido a problemas estructurales de la fábrica, pero se  ha mantenido en un estado aceptable hasta nuestros días,  que se ha visto mejorado con la restauración del pórtico y  el conjunto de la iglesia.  La pila bautismal se encuentra ubicada bajo el coro, en  el ángulo noroeste del templo. Se trata de una pila románica  de 118 cm de diámetro y 86 cm de altura. Pie y copa  se esculpen en el mismo bloque pétreo. La copa lleva tallados  una sucesión de veinte arquitos, al estilo de la pila de  Pozancos, con la embocadura externa adornada por un  bocel, de igual modo que se decora el pie de la misma.
           
        
    