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Fachada oeste de Sant Martí de Soluisa Amenós

Identificador
17208_07_003
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.8211212,2.0152881
Idioma
Autor
Luisa Amenós Martínez
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Martí de Solamal

Localidad
Sant Pere Despuig
Municipio
Vall de Bianya
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Martí de Soluisa

Descripción

Iglesia de Sant Martí de Solamal

 

 

La iglesia de Sant Martí de Solamal (o Sant Martí de Bianya) se encuentra en el pueblo del mismo nombre, situado en la ribera a noroeste de la riera de Santa Llúcia de Puigmal, a poca distancia de Sant Pere del Puig.

 

La primera mención conocida de Sant Martí de Bianya se documenta en el acta testamentaria del conde Miró II de Besalú, fechada en el año 979. Miró donó diversas propiedades que tenía en el valle de Bianya al monasterio de Sant Pere de Camprodon, entre las cuales un alodem meum qui fuit de Petrone archipresbitero cum ipsa ecclesia que vocant Sancti Martino. El 13 de noviembre de 1169, con motivo de la consagración de su iglesia abacial, el monasterio de Camprodon ratificó sus derechos sobre Sancti Martini de Solamal. El acto fue presidido por el obispo de Girona Guillem de Monells y por su hermano Ponç, obispo de Tortosa y abad de Sant Joan de les Abadesses.

 

Los abades de Camprodon poseían un gran número de bienes en el valle de Bianya, lo que les daba el derecho a nombrar los rectores de la iglesia. Santa Maria de Ripoll y Sant Joan de les Abadesses tenían también propiedades en el término de Solamal, aunque en número menor que Camprodon. La ecclesia de Salamala aparece relacionada en las Rationes Decimarum del año 1280. En 1298, el clérigo de Sant Andreu del Coll, Guillem Joví, fundó un beneficio en esta iglesia y lo dotó con las rentas del Mas Serrat y de dos otros mansos situados en la parroquia de Sant Pere Despuig.

 

Sant Martí de Bianya quedó prácticamente destruida por los terremotos del 15 de marzo de 1427 y del 2 de febrero de 1428. Las visitas pastorales efectuadas en el año 1432 calificaron el estado del edificio como totaliter destructam.

 

El templo es una construcción románica modificada por diversas reformas modernas que han desvirtuado su planta original. Su estructura primitiva responde a una nave única y un ábside semicircular, decorado exteriormente con un friso sostenido por ménsulas y provisto de un vano ciego en la parte central. Algunas ménsulas están decoradas con sencillos motivos esféricos, muy maltrechos, que en algún caso parecen representar rostros humanos de rasgos esquematizados.

 

La puerta de acceso al templo se encuentra en el muro oeste y presenta un dovelaje de grandes dimensiones, propio del siglo xvi. La fachada principal fue reconstruida con posterioridad a los terremotos de 1427 y 1428, siguiendo en parte el esquema formal románico. En el muro sur de la nave, en el tramo próximo a los pies, todavía se conservan restos del muro original. Éste mantiene una uniformidad decorativa con el ábside, ya que presenta la misma cornisa sostenida por ménsulas decoradas con sencillas esferas esculpidas. Por contra, el último tramo de este muro −correspondiente a la fachada reconstruida− no reproduce ningún esquema ornamental.

 

Encima de la fachada oeste se alza un campanario de torre, construido en el siglo xviii aprovechando una primitiva espadaña. Por estos mismos años, se construyó una capilla en el lado sur de la nave. Su muro exterior tiene encajado un bloque de piedra de formato rectangular, decorado con un motivo cordiforme en una de sus caras, que podría proceder de algún elemento medieval.

 

 

Pila bautismal

 

A los pies de la iglesia, en el ángulo sur, se conserva una pila bautismal de piedra de factura medieval. Se trata una pieza monolítica, tallada en un solo bloque y vaciada en su interior, que mide 76,5 cm de alto por 84 cm de diámetro máximo. Consta de un depósito semioval, provisto de boca recta y base semiesférica, que apoya sobre un pie de sección circular, elemento no habitual en pilas de tipología similar. El pie apoya, a su vez, sobre un basamento cilíndrico provisto de cuatro prolongaciones axiales de forma apuntada, pieza que no parece tener relación alguna con la pila y que presenta, en cambio, muchos paralelismos con los basamentos de columnas románicas. La pared exterior de la pila está decorada con una franja concéntrica en relieve que dibuja un sencillo motivo cordiforme y marca visualmente el fondo del depósito. El labio conserva las muescas donde encajaba la tapa superior de madera.

 

Texto y fotos: Luisa Amenós Martínez

 

 

Bibliografía

 

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