Identificador
              19001_01_007n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              40º 53' 33.42'' , -2º 29' 10.05''
          Idioma
              
          Autor
          Ana Belén Fernández Martínez
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Abánades
          Municipio
              Abánades
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Claves
          Descripción
              LA IGLESIA parroquial de San Pedro se encuentra en la  parte más alta del caserío. Su fachada oeste es la más  espectacular, ya que se sustenta sobre un cortado  sobre el río Estepar, afluente del río Tajuña. La morfología  constructiva del templo ha sufrido diversas modificaciones  a lo largo de la historia. Los elementos originalmente  románicos que han llegado a nosotros se reducen a la galería  porticada del flanco sur y a testimonios muebles, como  la pila bautismal.  La planta de la iglesia es de una sola nave, rematada  con cabecera cuadrada, la cual sustituyó a otra semicircular  de época románica. Esta modificación se haría a la vez  que el realzado de la nave y la construcción de la torre en  el flanco sureste. Gracias a que estos cambios se produjeron  en otros testimonios, como las iglesias del ámbito de  Sigüenza, podemos enmarcarlas en el siglo XVI, al producirse  en éste un cambio muy marcado en los gustos arquitectónicos. La galería porticada que nos recibe en el lado sur es,  como ya hemos citado, el único elemento de época medieval  que ha llegado hasta nosotros. A pesar de ello no ha  estado ajena a alteraciones, debido a su reconstrucción tras  la guerra civil, en la que el templo se malogró quedando  prácticamente arruinado. El arquitecto Antonio Labrada  efectuó en 1979 la reconstrucción de la torre-campanario  y parte de la galería porticada.  La galería se asienta sobre un alto y grueso basamento  de sillares bien labrados, disponiéndose tres escalones  que nos ayudan a acceder al interior. La entrada a la iglesia  se haría por el arco central de la galería porticada, aunque  no sería la única, ya que Francisco Layna nos habla de  los accesos en los siguientes términos: Un arco en el centro  del pórtico, restaurado al ampliar la iglesia, sirve de  ingreso, así como otro arco situado en el extremo oriental  de la galería, al que conducen unas escalerillas de piedra;  en la restauración mencionada, ambos perdieron las  columnillas que seguramente les servían de sostén
. Gracias  a su descripción sabemos, por tanto, que existió una  segunda entrada en el axial oriental, comunicando la torrecampanario  con el atrio. Si observamos el interior de la  galería vemos como a lo largo de ella se da una línea de  imposta uniendo los ábacos, siendo curiosa la alteración  que se da en el machón central. En éste, la línea se eleva  funcionando como chambrana y quedando la línea original  mucho más baja y sin continuación alguna. El arco de entrada articula el espacio con tres series de  arcos de medio punto a ambos lados del portal de acceso.  La secuencia más oriental está afectada por la alteración  que se produjo al cerrar la entrada este, puesto que la línea  de imposta que recorre la galería se corta bruscamente en  el muro. Las tres arcadas de medio punto voltean sobre  gruesos cimacios en arista viva que anteceden a columnas  pareadas sobre basas con toro y collarino, contando algunas  con las características lengüetas en los esquinales. Los  capiteles cuentan con unas cestas de ornamentación esquemática  que buscan asemejar palmetas, apenas incisas en el  primero y tercer par de columnas. Sin embargo, merece  una mención especial el haz de columnas intermedio decorado  con cuatro entrelazados en cada uno de sus frentes,  que asemejan en sus uniones una pequeña serpiente. La arcada occidental es igual en factura y decoración  a su homóloga oriental, si bien los ornamentos de sus cestas  cuentan con una labra de más relieve. En el extremo  este de la galería se encuentra una de las joyas de este templo:  el baptisterio. En él se conserva la pila bautismal, de la  que nos ocuparemos más adelante, enmarcada en un espacio  cuadrangular que preside un ventanal abocinado. Asemejándose  a una portada, éste se resuelve con cuatro  arquivoltas en arista viva que alternan sus apoyos en  columnillas adosadas y pilastras lisas. El derrame culmina  en un último vano con un pequeño tímpano que descansa  sobre jambas lisas, a éste parece faltarle la columna parte-  luz central, lo que nos llevaría a pensar en una ventana ajimezada  en origen.  Tanto el interior de la galería como el de la iglesia,  obra del siglo XVI, se cubren con estructura de madera de  pares y tirantes de refuerzo. Este interior, de una sola nave  rectangular, culmina en cabecera cuadrada con un arco  triunfal de medio punto como separación. A los pies se dispone  el coro en alto, de madera. En el lado norte de la  cabecera se sitúa la sacristía, enfrentada a la torre-campanario  dispuesta en el lado sur. A pesar de las alteraciones sufridas y las restauraciones  que se han llevado a cabo en él, el templo de Abánades  conserva suficientes elementos románicos que nos ayudan  a enmarcarlo cronológicamente a fines del siglo XII o el  primer cuarto del siglo XIII. Ejemplos destacados que podemos  comparar con este templo serían los de Jodra del Pinar  o Pinilla del Jadraque.  Situada en el bellísimo baptisterio de la galería porticada  se encuentra la pila bautismal. Sus dimensiones, 120  cm de diámetro y 70 cm de altura, la igualan a otros ejemplos  cercanos. Sus gajos, en claro resalte, desbastados en el  mismo bloque de piedra, nos llevan a compararla con la de  Padilla del Ducado. Cuenta con un grueso brocal en su  borde superior y una basa circular enmarcada por un  pequeño recercado del mismo material. Es destacable también la pila del agua bendita situada  junto a la portada de acceso al templo. Se decora con gajos  enmarcados en pequeños arcos de medio punto, apenas  incisos en la piedra. Puede considerarse que ambas han  sido ejecutadas por una misma mano artesana.