Identificador
              19007_01_005n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              40º 18' 16.75'' , -3º 0' 37.82''
          Idioma
              
          Autor
          Ana Belén Fernández Martínez
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Albares
          Municipio
              Albares
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Claves
          
      Descripción
              EL PASADO MEDIEVAL DE ALBARES tiene su edificio tipo  en la antigua ermita de Santa Ana, de la que sólo nos  ha llegado parte de sus muros. Está situada en el  extremo sur de la población, junto al margen derecho del  arroyo, que más tarde en Almoguera se unirá al río Tajo,  sobre un pequeño cerro, rodeada de construcciones  modernas. Para acceder a ella se toma un camino a la  izquierda, frente a la iglesia parroquial, desde la carretera  comarcal que divide el pueblo.  Existe una leyenda, sin base histórica, en la que se da  a la ermita de Santa Ana la categoría de sede de una comunidad  templaría de caballeros que guardaban la observancia  de la fe. Sabemos que los bienes de esta ermita fueron  administrados por los párrocos de la localidad vecina de  Drieves tras su abandono. Más adelante, a partir de la  segunda mitad del siglo XVI, pasó a depender de Albares,  junto con las de Santa Bárbara y San Cristóbal. Los pleitos  entre la iglesia, el concejo y la orden de Calatrava por su  pertenencia a unos u otros, ha dado lugar al progresivo  estado de abandono en el que se encuentra. Los restos de la ermita nos dan una idea de su morfología  original. Se construyó en mampostería con gruesos  bloques sin labrar de pequeño sillarejo mezclado con argamasa  y sin refuerzo de sillar en las esquinas; en el último  siglo se han incluido materiales como ladrillos, yeso u hormigón.  Quedan en pie los cuatro muros que formaban la  nave central rectangular, sin ninguna diferenciación entre  nave, presbiterio y ábside. Suponemos que el acceso se  haría por el Oeste, ya que ni en el muro sur ni en el norte  se vislumbran restos de puerta alguna.  En el muro sur existe una ventana aspillera muy cercana  al ábside, en la zona más oriental. En el muro este,  donde se localizaría el ábside primitivo, se puede ver los  restos de otra ventana cegada muy próxima al muro norte.  En el exterior del muro norte vemos cuatro contrafuertes  de la misma mampostería con la que se construyó la ermita.  Éstos se corresponden al interior con el arranque de lo  que serían bóvedas de crucería. Entre estos cuatro contrafuertes  existen dos ventanas cegadas, más concretamente  entre el primero y segundo y el tercero y cuarto.  El interior no ofrece muchos más datos, pues se  encuentra repleto de desperdicios que no dejan ver siquiera  el pavimento de la ermita. Parece ser que entre los  arranques de las bóvedas habría una línea de imposta que  las uniría creando un elemento tanto decorativo como  divisorio.