LA PARROQUIAL DE SAN MIGUEL se yergue en el interior del caserío, a escasos metros del Ayuntamiento, con cuya torre compite en altura la espadaña. Es un edificio canónicamente orientado, construido en mampostería con refuerzo de sillares en los esquinales y que muestra planta basilical de una sola nave a la que se yuxtapone cabecera de estructura románica formada por un tramo presbiterial recto y otro curvo para el ábside. En su edificación se diferencian claramente dos impulsos constructivos: uno para la nave, rehecha en la segunda mitad del siglo XX y organizada mediante una sucesión de arcos diafragma de medio punto y coro a los pies; y otra, medieval, para la cabecera. Esta última al exterior se levanta sobre un zócalo de mampostería, única huella que de su fábrica permite apreciar el blanqueado general. El interior se encuentra igualmente enjalbegado, lo que dificulta la aproximación a sus elementos originales. Se accede a la cabecera mediante un triunfal de medio punto y canon achaparrado, que precede a una bóveda de medio cañón sin imposta o elemento alguno de articulación. Marca la transición con la bóveda de horno un muy potente fajón, al modo de los que encontramos en las iglesias de Prádena del Rincón, Santorcaz o Torremocha del Jarama.