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Vista del exterior del ábside

Identificador
47410_01_041
Tipo
Fecha
Cobertura
41º 17' 13.68'' , -4º 41' 16.18''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Andrés

Localidad
Olmedo
Municipio
Olmedo
Provincia
Valladolid
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE SAN ANDRÉS, que preside la plaza del mismo nombre es, tras la última restauración, lo que se viene llamando una “ruina consolidada". Permaneció largos años en abandono, empleándose su recinto como almacén de maderas. Clasificada por Manuel Valdés en la por él denominada “fase clásica vallisoletana", constituye uno de los hitos del estilo románico mudéjar, ya de fechas muy tardías, pues considera ese autor que debió ser construida durante los últimos años del siglo XIII, predominando en su fábrica el ladrillo y el cajeado de mampostería. Consta de ábside semicircular, tramo presbiterial y nave única. El espacio absidado, construido íntegramente en ladrillo –a excepción de un corto zócalo de mampostería–, presenta, en su disposición general, rasgos decorativos que le emparentan con el ruinoso ábside de la iglesia de San Pedro de la cercana localidad de Alcazarén. El basamento de piedra se remata en dos bandas horizontales de ladrillos dispuestos en vertical y sobre él se alzan tres cuerpos de trece arcos ciegos, de medio punto y doblados, dispuestos en líneas verticales, no al tresbolillo como ocurría en Alcazarén. Las dos primeras bandas tienen casi la misma altura, mientras que la tercera posee arcos más peraltados. Por encima corre un friso de esquinillas, que da paso a una cornisa de canecillos, formados mediante la disposición de siete ladrillos escalonados en vertical y terminados en arquillos, de modo que recuerdan a los matacanes propios de la arquitectura militar, además de algunos templos románicos de sillería, frecuentes especialmente en las tierras meridionales de Castilla y León. Iluminan el interior del ábside tres ventanas de aspillera, abiertas en la línea de arquillos ciegos de medio punto que decoran el muro. En dichas aberturas estos arquillos son doblados. Por debajo de ellos se disponen hasta cuatro bandas de ladrillos dispuestos en vertical y dos frisos de esquinillas. A la derecha vemos un nicho clásico rematado en frontón triangular. Por encima de dichos arcos ciegos corre una banda en nacela que anuncia el arranque de la bóveda de cuarto de esfera. El presbiterio aparece al exterior totalmente enmascarado por añadidos posteriores, pero interiormente se halla en buen estado. Una bóveda de cañón apuntado, reforzada con fajones ojivales doblados, de ladrillo, cubre los dos tramos presbiteriales, animados los muros con arcos ciegos, igualmente doblados, pero ahora de medio punto, mientras que una imposta de ladrillos en nacela da paso al citado abovedamiento. La nave, hoy el elemento peor conservado, es muy alargada, levantada en pequeño mampuesto cajeado, cubierta seguramente en tiempos con un sistema de artesonado de madera. Adosada a mediodía del ábside, se levanta una torre de planta cuadrada, con dos cuerpos, construida en cajeado de mampostería y rematada en ladrillo. El sector de piedra es macizo pero en esta parte superior de ladrillo tiene una ventana de medio punto en cada frente –excepto en el lado norte que son dos–, muy peraltadas, y otras tres por encima de cada una de aquéllas. Tal vez este remate de ladrillo date de 1732, cuando se pagaban 202 reales por lo "que tubo de costa la obra de la torre", mientras que la base parece contemporánea del resto del templo. De composición mudéjar es la portada de los pies. Se trata de un arco apuntado de ladrillo, descansando en jambas de mampostería y sobre el que corre un friso de esquinillas. Un alfiz de ladrillo en resalte envuelve el conjunto, roto sin embargo por un ventanal cuadrado de época postmedieval. A poniente de la portada septentrional, que es barroca, se abre una pequeña puerta de arco apuntado, rematada en friso de esquinillas y encerrada en un recuadro de ladrillo. Da paso a lo que sería antigua sacristía adosada, de planta cuadrangular e iluminada por ventanas en aspillera. Al exterior, en su muro norte, esta construcción está decorada con arcos ciegos de ladrillo de amplia luz.