Identificador
              19241_01_013n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              41º 16' 29.42'' , -2º 53' 45.51''
          Idioma
              
          Autor
          César del Valle Barreda
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Romanillos de Atienza
          Municipio
              Romanillos de Atienza
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Claves
          Descripción
              EL TEMPLO PRESENTA UNA PLANTA de tres naves rectangulares  y una cabecera poligonal. Completan la  estructura sacristía, espadaña a los pies y una pequeña  dependencia en el extremo occidental de la nave norte  con función de baptisterio. Toda la iglesia está construida  con mampostería reforzada con sillar en las esquinas, a  excepción de la espadaña, toda de sillar labrado. Las  cubiertas son a dos aguas en las naves y a seis en la cabecera,  con teja de cerámica curva.  En época románica el templo estaría formado por una  única nave rectangular, una cabecera quizás semicircular y  un pórtico que seguramente rodearía la nave sur hasta el  hastial occidental, como podemos observar en otras iglesias  de la zona como Carabias, Pinilla de Jadraque o Saúca.  De este período actualmente sólo se conserva el antiguo  pórtico, muy reformado y hoy convertido en el muro  meridional de la nave y una remontada portada. Las transformaciones  en el edificio comienzan en el siglo XVI, cuando  se sustituyó la primitiva cabecera por la actual tardogótica.  Posteriormente, ya en período barroco, se alzó la  espadaña, que repite el tradicional modelo acuñado en el  románico, también utilizado en fechas muy posteriores.  Una inscripción situada en el dintel de la ventana abierta  en el exterior de la nave norte, y en la que creemos leer el  año 1755, indica el momento en el que el templo pasó a  tener tres naves, para lo que se construyó una nueva nave  al norte de la central, y se cegó el pórtico para habilitarlo  como nave sur, algo bastante corriente, ya observado en  Baides y Jodra del Pinar. La ampliación de la iglesia de una  a tres naves es bastante habitual en las iglesias de la zona,  como se puede ver en San Gil, San Bartolomé o la ermita  de Nuestra Señora del Val, todas de Atienza, motivada por  la necesidad de ganar espacio. Durante esta última intervención  seguramente también alzaron la sacristía.  Al exterior destaca la gran cabecera poligonal, más  alta que el cuerpo de naves, e incluso en su muro occidental  es visible desde el exterior la rosca del arco del triunfo,  lo que permite conjeturar que el plan tardogótico proyectó una sustitución de la nave que nunca se llevó a cabo.  Está construida en piedra sillar y todos sus ángulos están  reforzados por contrafuertes rectangulares que van decreciendo  en altura. La cabecera se divide en tres cuerpos, el  inferior a modo de podio, separados por dos impostas  achaflanadas; éstas y los contrafuertes son los únicos elementos  que dan ritmo a la cabecera, la cual abre, en su costado  meridional, un solo ventanal de medio punto decorado  con una moldura de gola. El ábside se remata en una  cornisa con decoración de cuello de paloma. Una sacristía  rectangular de mampostería, posiblemente levantada  cuando se amplió el número de naves, está adosada al  norte de la cabecera. En la nave sur vemos los restos del antiguo pórtico; la  galería en sí está formada por dos secuencias de cuatro  arcos de medio punto que descansan en una pareja de  columnas rematadas en capiteles dobles, excepto el primer  arco del grupo situado al este de la portada, que descansa  en un haz de cuatro columnas sobre el que se desarrolla un  gran capitel. Éste pudiera ser el arco que en origen permitía  el acceso a la galería. Gran parte de los fustes de las  columnas fueron colocados durante la última restauración  del pórtico, momento en que se descegó parcialmente la  arquería, además de sustituir parte de sus muros y colocar  el contrafuerte occidental del pórtico. Con relación a la decoración de los capiteles, observamos,  de izquierda a derecha, una cesta colocada durante  una restauración reciente, un capitel con su ornamentación  perdida, toscas hojas planas muy deterioradas, otra  cesta deteriorada y hojas planas. La siguiente serie  comienza con el gran capitel situado sobre el haz de cuatro  columnas, donde aparece en cada cara una pareja de  aves unidas por la cola que giran su cuello para beber en  un mismo cubo. Esta morfología de aves, aunque en diferente posición,  las vemos en la portada de Santo Domingo de Millana,  donde los cuartos traseros son también muy anchos y las  plumas se hacen a base de pequeñas incisiones. El motivo de  las aves enfrentadas aparece en galerías de iglesias burgalesas,  como Vizcaínos de la Sierra. El capitel anejo a éste presenta  restos de lo que podrían ser centauros o arpías. A continuación  vemos grandes hojas planas con nervio central  que se rematan en su parte superior por bolas y volutas;  finalmente la última cesta parece repetir la decoración anterior.  Acerca de los demás capiteles nada podemos aclarar,  pues se han perdido inevitablemente. Todos estos repertorios iconográficos que nos han llegado, así como las formas  de labrarlos, proceden de los pórticos sorianos de San  Miguel y El Rivero de la localidad soriana de San Esteban de  Gormaz. Si bien la afiliación silense no podemos olvidarla.  La portada, que en origen estaría situada en el interior  del pórtico, fue trasladada a su lugar actual cuando se  amplió el número de naves. Ésta se adelantó encastrándose  entre los arcos que la formaban. Esto sucede igualmente  en la iglesia de Baides. Cobijada en un cuerpo saledizo  de mampostería con refuerzo de sillar en las esquinas, se  resuelve en cuatro arquivoltas abocinadas de medio punto,  las cuatro de diferente tamaño y creando un juego de molduras  en bocel y nacela. Solamente en la tercera arquivolta  se da un motivo de dientes de sierra, el cual se utiliza  también en las iglesias sorianas de Barcones y Catalojar,  muy próximas geográficamente a ésta que nos ocupa. Las  arquivoltas finalizan en un grueso ábaco, hoy prácticamente  arruinado, que podría recorrer el cuerpo de portada.  Las jambas en las que se apoyan han tenido el mismo  final que los ábacos. El muro norte, construido con mampostería y sillería  en las esquinas, es muy sencillo. Una imposta achaflanada  lo divide en dos cuerpos, el inferior a modo de podio,  como también vimos en la cabecera. En el centro de este  lienzo se abre una ventana rectangular en cuyo dintel está  situada una inscripción en la que creemos leer 
ESTA OBRA  SE HIZO EN EL AÑO MDCCLV SIENDO CURA DON FRANCISCO  ALOMO
, es decir, el año 1755, aunque Ruiz Montejo,  Frontón Simón y Pérez Carrasco interpretan la fecha  como el año 1767. A los pies del templo, ocupando el hastial de la nave  central, se alza la espadaña, compuesta por tres cuerpos, el  inferior de sillería y utilizado como base, abre dos pequeños  vanos, uno rectangular y el otro circular. Una prácticamente  imperceptible imposta de listel da paso a un  pequeño segundo cuerpo de sillarejo, que mediante una  imposta de bisel conecta con un achaflanado cuerpo de  campanas que alberga dos troneras y se remata a piñón,  lugar donde se sitúa el campanil. La espadaña presenta el  habitual modelo románico, aunque en este caso los dos  cuerpos superiores parecen estar reconstruidos en época  barroca, mientras que el inferior pudiera corresponder a un  momento antiguo.  Ya en el interior del templo, las naves están divididas  en tres tramos y comunicadas entre sí mediante tres pares  de arcos formeros apuntados que descansan en potentes  pilares octogonales coronados por cimacios decorados  con un listel y un bocel. Las naves se cubren con una armadura  de madera, de parhilera la central, y sencilla las laterales.  La techumbre, al igual que el resto del edificio, está  encalada. En el último tramo de la nave se alza un coro  barroco que apoya en dos pilares octogonales rematados  en capiteles avolutados de madera. En la zona oeste del  muro meridional son visibles fragmentos muy deteriorados  del pórtico, donde se observa el podio sobre el que se  asentaban las arquerías, lugar donde aún es perceptible el  bocel que recorría su parte superior. También son visibles  algunas deterioradas basas y tres arcos de medio punto y el  inicio del cuarto, que apoyan en deteriorados capiteles  vegetales que repiten los motivos del exterior, con dos  niveles de hojas planas y nervadas, mientras que su parte  superior se remata con volutas y bolas. Un arco del triunfo apuntado, y decorado con moldura  de gola que descansa en dos pilastras con semicolumnas  adosadas, permite el acceso a la cabecera. Este arco no es  visible desde el interior de las naves, pues sobrepasa la  altura de éstas. La cabecera está cubierta por una bóveda  de crucería estrellada de claves decoradas por florones,  cuyos nervios descansan en ménsulas, decoradas las dos  occidentales con dos curiosos personajes: masculino, desnudo  y en escorzo, a la izquierda, y femenino y alado, a la  derecha. Ilumina el testero un ventanal de medio punto,  situado en el lienzo sur, decorado con moldura de gola. En  el lado contrario se abre la puerta de acceso a la sacristía.  En resumen, se trata de un edificio románico fechado  en una época tardía, ya de principios del siglo XIII, que fue  profundamente reformado en épocas posteriores, de tal  manera que del templo original únicamente conservamos  el pórtico, la portada y una sencilla pila bautismal, también  del siglo XIII. En cuanto a tipología y estilo, es un edificio  románico de tipo rural, realizado por un taller popular  como muestra su deteriorada escultura. Utilizaron una  tipología constructiva con nave, cabecera y pórtico,  estructura muy habitual en este momento y en esta zona,  pues encontramos ejemplares similares, aunque con diferente  estilo decorativo que parece indicar distintos canteros,  en las iglesias de Carabias, Sauca, Jodra del Pinar, Baides  o San Bartolomé de Atienza. A los pies del templo se sitúa una pequeña estancia  con función de baptisterio en cuyo interior se conserva  una sencilla pila bautismal románica, cuya copa es lisa con  un baquetón en la embocadura y revoque de yeso. De  grandes dimensiones, sólo se conserva en muy mal estado  la copa de piedra, careciendo de basa que la sustente.  Tiene vinculación con pilas conquenses, como las de  Belinchón y Fuertescusa.
           
        
    