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Detalle de la portada occidental

Identificador
47250_01_021
Tipo
Fecha
Cobertura
41º 25' 57.98'' , -4º 39' 43.03''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santa María

Localidad
Mojados
Municipio
Mojados
Provincia
Valladolid
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA PARROQUIAL DE SANTA MARÍA DE MOJADOS se encuentra situada en el extremo oriental de la población, muy cerca de la orilla izquierda del río Cega. Desde el buen puente de piedra de seis ojos que lo atraviesa, puede verse su ábside, asomado en lo alto de un terraplén. Fue clasificada por Manuel Valdés dentro de la fase manierista o tardía del foco mudéjar vallisoletano. Mantiene las características propias de la región, pero es heredera directa del estilo románico de ladrillo, o mudéjar, creado en la villa leonesa de Sahagún a mediados del siglo XII. Fue construida probablemente a comienzos del siglo XIV, pero sufrió algunas reformas en los años centrales del siglo XVI. En el intradós del arco formero del lado del evangelio, acompañada por una rueda de seis radios, puede leerse todavía la inscripción "Acabose año 1557", correspondiente a la fecha de finalización de las obras. Tiene tres naves en planta, separadas por dos gruesos pilares cilíndricos sobre los que apoyan grandes arcos doblados de medio punto. Se cubre mediante bóveda de cañón apuntado, revocada con yeso. Un arco de medio punto ligeramente apuntado, situado entre dos gruesos pilares adosados al muro, enmarca el acceso a la capilla mayor, la cual está cubierta en su tramo anterior con bóveda de cañón apuntado, mientras que el único ábside, de planta semicircular, se cierra con bóveda de horno. Como ocurre en otros ejemplos de este estilo, los muros del interior están enlucidos, razón por la cual nos es imposible adivinar su disposición estructural y decorativa. Cubre el ábside un buen retablo manierista dedicado a la Virgen María, obra ejecutada entre 1596 y 1607. Dos contrafuertes de piedra flanquean la portada de la fachada occidental, de piedra, con arco apuntado y dos arquivoltas achaflanadas sobre imposta de tres baquetones en nacela. Hay una columnilla en cada jamba, con capitel vegetal. Las enjutas son de ladrillo. Un alfiz de piedra encierra la composición, aportando un vistoso juego cromático al resultado final. Los capiteles de piedra constituyen el resto escultórico medieval más notable del edificio. Su simplicidad, no exenta de arcaísmo, los hace similares a ejemplos protogóticos. La columna de la jamba izquierda tiene basa ática sobre plinto, el capitel muestra cuatro hojas de acanto de talla muy imperfecta terminadas a modo de caulículo, mientras que otras dos hojas rectas permanecen semiocultas entre las anteriores. La columna derecha ha perdido su basa y el capitel es de nuevo vegetal, de composición similar al anterior. En conjunto es un elemento que podría fecharse antes de la mitad del siglo XIV. A la derecha de la portada, pasando el contrafuerte de piedra, hay dos arquillos ciegos ligeramente apuntados, inscritos en un rectángulo. Por encima de ellos corre un friso de esquinillas y más arriba, en el remate de lo que era el hastial original, una ventana de ladrillo también con friso de esquinilla. Recuerda la disposición de esta ventana a otra que se halla en la iglesia de Llano de Olmedo, en un retal del templo anterior, y que Herrero Marcos quiso identificar como obra románica, aunque, a pesar del formato en arco de medio punto, hemos de entenderla como obra más tardía. Sobre la portada se abre una ventana de amplia luz, coronada con arco apuntado de ladrillo. Todo el muro es de mampostería, a excepción del remate, que es de ladrillo. Bajo la cornisa en piñón se abren seis ventanas de medio punto. Los muros de la nave están construidos sobre un zócalo de siete hiladas de piedra bien escuadrada. El muro meridional, por encima de esta línea, aparece ejecutado mediante cajas de mampostería muy alargadas en horizontal y separadas verticalmente por dos hiladas horizontales de ladrillo. Desde la cuarta de estas hiladas dobles se abren dos ventanas de medio punto con rosca de ladrillo. Entre ellas y en la mitad inferior del muro, puede verse la impronta de una portada de medio punto que fue cegada con mampostería en alguna época incierta. Aún así, es visible la rosca, enjutas y alfiz, hechos de ladrillo. Un largo friso de esquinillas y otro ejecutado con ladrillos dispuestos en alternancia de un par en vertical y tres en horizontal, marcan el arranque de las diez ventanas de medio punto dispuestas en horizontal a modo de galería abierta. Sirven para airear el espacio existente entre la bóveda del templo y su tejado. Bien diferente es la disposición externa del muro septentrional de la nave. Sobre el zócalo de piedra continúa un muro de mampostería y piedra escuadrada, sin friso de esquinillas. Más arriba, bajo la cornisa, se desarrolla el cuerpo de ladrillo con ventanas de medio punto abiertas a modo de galería. La torre se levanta en el ángulo formado por el muro meridional del tramo recto que precede al ábside y el testero de la nave del evangelio. Es de planta cuadrada. Muestra en alzado dos cuerpos, construidos mediante cajas de mampostería alargadas en horizontal y separadas verticalmente por dos hiladas horizontales de ladrillo. Los ángulos son sólo de ladrillo. Una línea de imposta lisa separa el segundo cuerpo, que sirve de campanario y tiene dos ventanas de medio punto en cada uno de sus frentes. Tiene remate a cuatro aguas terminado en un liviano chapitel empizarrado. En cada esquina se dispone una bola de piedra de factura herreriana. En cada frente de la torre son visibles dos ventanitas de medio punto enmarcadas en rectángulos de ladrillo, que corresponden con los tramos rectos de la escalera que asciende hasta el campanario. Se ha perdido la decoración exterior del tramo recto presbiterial, oculta por la torre en el lado sur y por la sacristía en el lado norte. Se organiza el ábside mediante dos cuerpos de arquerías ciegas y un tercero de recuadros también ciegos, colocados todos al tresbolillo. Bandas horizontales y verticales, dispuestas en retícula, individualizan cada arquillo ciego o cada recuadro como si estuviera enmarcado. Los arquillos correspondientes al primero y al segundo cuerpo son de medio punto y doblados. El tercer cuerpo, en cambio, esta formado por recuadros doblados y ciegos. Todos los cuerpos han estado encalados desde antiguo. La sacristía tapona parcialmente el costado norte del ábside y es aquí, a la altura del tercer cuerpo, donde puede observarse algún resto de friso de esquinilla en la parte alta del recuadro del extremo. Por encima de los tres cuerpos corre una línea de ocho ventanas de medio punto. La disposición externa del ábside puede tener sus antecedentes en el de la iglesia de San Pedro de Alcazarén, que fue construida en la segunda mitad del siglo XIII; pero sobre todo, en el ábside de la iglesia de San Miguel de Olmedo, levantada, según Valdés, hacia el año 1300.