Identificador
40554_01_002
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 29' 11.53" , -3º 31' 19.37"
Idioma
Autor
José Manuel Rodríguez Montañés
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Linares del Arroyo
Municipio
Maderuelo
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
LOS RESTOS DE LA IGLESIA de Linares del Arroyo están situados muy próximos al muro de la presa por su parte interior, en la zona alta de lo que fue el pueblo. A pesar de lo fragmentado de los restos, se conserva lo suficiente como para describir el templo, con la excepción del muro meridional, peor conservado, donde se supone debió estar el acceso principal y que en imágenes antiguas aparece remozado posiblemente con motivo de alguna ampliación. Se trata de un templo de una sola nave, estrecha, con cabecera compuesta de tramo recto y curvo y espadaña a los pies; más detalladamente, la fábrica parece haber tenido al menos dos momentos constructivos, cuya distancia cronológica no es sencillo determinar. Los muros están construidos de mampostería con refuerzo de sillería en las esquinas, estando la cabecera completamente realizada en sillares graníticos al igual que la espadaña, siendo esta ya posterior. Al exterior esta cabecera presenta un aspecto sobrio y austero -con una diferencia marcada que señala hasta dónde llega el agua cuando el pantano está crecido-, luciendo un único vano centrado en el ábside y una cornisa de canecillos de proa de barco en todo su recorrido que sostiene una cornisa recta únicamente ornada por dos incisiones horizontales; esta cornisa continua por todo el muro norte una vez superados los codillos que separan la cabecera de la nave. El único vano, como el resto del conjunto, carece de ornamentación alguna, componiéndose de un arco doblado de medio punto sin ningún tipo de moldura y con el intradós del arco menor en derrame hacia el interior. En el interior la parte mejor conservada corresponde también a la cabecera, ya que el muro meridional se cayó, la cubierta de madera también y la misma suerte está acompañando a la espadaña, en parte ya en el suelo desde no hace mucho. El arco triunfal es doblado y con acentuado apuntamiento, apeando en pilares compuestos sin otro ornamento que una imposta de media caña en la parte inferior y arista viva en la superior; esta imposta recorre todo el presbiterio, compuesto de tramo recto y curvo semicircular; estos se articulan a partir de un arco fajón de similares características que el triunfal, aquí algo menos apuntado. Se cubre este espacio con bóveda de cañón apuntada, el tramo recto y de horno el curvo, realizadas en mampostería. Al igual que al exterior, la austeridad es la característica principal de esta cabecera; el único vano con el citado derrame en su estrecha abertura vertical y debajo de él se sitúan los restos de una estructura cuadrangular, adosada al muro, con perfil abiselado en su primera hilada, de difícil interpretación, quizá una cátedra. Del resto de la nave, ruinas son lo que quedan, destacando la estrechez de la misma con respecto a su longitud. Se conserva en el Museo de Segovia un canecillo cuya procedencia se atribuye a este templo y que indudablemente remite a una fábrica distinta a la que testimonian los restos que han perdurado. Si en aquellos la sobriedad y austeridad se convertían en señas de identidad, este canecillo muestra una actitud del todo contrapuesta, además de una delicadeza de talla no vista tampoco antes. Se trata de la figura de un músico que aparece sentado, vestido con larga túnica y tocando un instrumento de cuerda, con arco, que quizá corresponda a una fídula. Los pliegues son estereotipados, intentando reflejar la anatomía y la postura resulta un tanto rígida; la caracterización humana queda reducida a nariz, ojos y boca de gran primitivismo y la toca que cubre la cabeza repite los pliegues vistos en la túnica. A partir de testimonios gráficos se tiene conocimiento de la pila bautismal correspondiente a esta parroquia; se desconocen sus medidas, tratándose formalmente de una pila cilíndrica, achaparrada, sobre basamento circular de mayor radio que el vaso, todo ello en piedra. La ornamentación de la copa se reducía a tres bandas de sogueado, una a cada extremo y otra a mitad de altura. Todo lo visto nos hace fechar estos restos en la segunda mitad del siglo XIII.