Identificador
              19223_01_009n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              Sin información
          Idioma
              
          Autor
          Víctor Manuel Ricote Ridruejo
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Poveda de la Sierra
          Municipio
              Poveda de la Sierra
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Claves
          Descripción
              LA IGLESIA PARROQUIAL de Poveda, bajo la advocación  de San Pedro Apóstol, está localizada en la parte alta  de la localidad, precedida por los reducidos restos  de la barbacana del antiguo recinto amurallado.  El edificio actual es una obra de traza original románica,  iniciada en torno al siglo XII. La iglesia fue construida  en el siglo XII, de estilo románico, con elegante portada,  describía Claro Abánades. La mayor parte de su  estructura fue remodelada profusamente a lo largo del  siglo XVII transformando su cabecera, ampliando a tres el  número de sus naves y elevando su altura y modificada  con posterioridad, con el revoco adicional que recibió su  interior, entrado ya el siglo XVIII. Al recinto se accede a través de una portada de ingreso,  dispuesta al mediodía, precedida de un pequeño porche  previo de clara factura popular. La planta está dividida  en tres naves, rematadas en una cabecera de planta  cuadrada.  La espadaña, emplazada a sus pies, está divida en dos  cuerpos: uno, el inferior, levantado en la clásica mampostería  con remates de sillar en las esquinas. Otro, la parte  superior, compuesto de sólida sillería, cuenta con amplios  vanos para acoger las campanas, inscribiéndose en cada  uno de sus flancos sendos relojes, en su tramo central, y  coronado con un remate triangular.  La fachada principal, dispuesta en el lado de la epístola,  muestra con meridiana claridad la evolución constructiva  experimentada en sucesivas fases por el edificio,  siendo patente la separación entre la primitiva factura  románica y la posterior ampliación hacia la cabecera, una  vez analizada la disparidad de los elementos constructivos  que la componen. Las sucesivas intervenciones sufridas  durante dicho proceso han propiciado que de su antigua  fábrica sólo conservemos en la actualidad la puerta principal  de acceso, que abre a los pies de esta fachada como  único vestigio de su antigua existencia. La disposición de la portada obedece al diseño característico  de construcción que se ha respetado en la mayor  parte de las parroquias del señorío molinés. Este conjunto  de sencillas iglesias, del románico rural molinés, fueron  realizadas en los primeros momentos de la repoblación de  la zona. Y en su mayor parte comparten las señas de identidad  marcadas por la escasez de medios y recursos disponibles  para su ejecución. Limitaciones que, en el ámbito  estético, se traducen en un lenguaje arquitectónico marcado  por la sobriedad de las formas, tanto en arquivoltas  como en capiteles, de tosco trazado y exentas generalmente  de decoración.  La portada se abre hacia el Sur sobre un muro saliente,  trazado por sillares mal encajados y aleatoriamente  rearmados, fruto de los graves daños que en principio  debió de sufrir en el transcurso de la guerra civil. Consecuencia  inmediata de dicha agresión es la desaparición de  su primitivo tejaroz y los modillones que le acompañaban.  Un rústico soportal, asentado sobre sencillos pilares de  cemento, protege el vano de acceso al único vestigio visible  del templo medieval. Su estructura se enmarca en un arco semicircular, con  chambrana lisa y tres arquivoltas de medio punto, baquetonadas,  en arista viva, que voltean sobre columnas, salvo  la interior, que lo hace en pilastras. En el exterior del arco,  un sencillo guardapolvo constituye su única ornamentación.  La arquivolta interior está apoyada sobre jambas; las  exteriores, sin embargo, cargan sobre una imposta que las  separa de los grandes capiteles, que en número de cuatro,  dos por lateral, las sustentan. Estos capiteles descansan  sobre columnas acodadas con el fuste muy corto, comparado  con el tamaño de los capiteles, que se antojan desproporcionados  en altura con respecto a las proporciones  respetadas en las columnas. Los capiteles del lado izquierdo, sometidos a una fuerte  erosión, han perdido prácticamente su decoración, siendo  tal su grado de deterioro que resulta difícil su descripción.  El más alejado de la puerta tiene forma piramidal y  nos ha llegado completamente liso. El de la derecha presenta  una representación sin clara identificación, aunque  algunos especialistas han aventurado una interpretación  vinculada a un tipo de animal fantástico, propio de la mitología  o del bestiario medieval. Los capiteles dispuestos en  el lado derecho, menos expuestos a la acción erosiva, están  más conservados, circunstancia que permite una mejor  definición de sus componentes. El interior muestra un  árbol en un lateral cuyo frondoso ramaje se expande a  ambos lados de la escena, albergando en su interior una  pareja de sirenas-pájaro, simétricamente contrapuestas, y  con tallos que rematan en hojas bulbosas entrelazando sus  cuellos, que, según Ruiz Montejo, revelan de nuevo el  paso de un artista de cuño silense. La disposición y el tipo de hoja cincelado, siguiendo  a Ruiz Montejo ponen de manifiesto tal filiación. Vinculando  así a Poveda con el notable influjo tanto técnico,  como iconográfico, mediante la representación sistemática  de elementos de su bestiario, ejercida por el poderoso  monasterio burgalés. Según algunos autores, las sirenas,  con voluminosos cuerpos de ave, gruesas colas de dragón  aprisionadas entre sus patas de cabra con las pezuñas hendidas,  y rostros femeninos, mantienen con bastante pureza  los modelos originales, si bien su ejecución corresponde  a manos no muy expertas. El notable desgaste soportado limita en gran medida  la posibilidad de disfrutar del buen grado de perfección  técnica conseguido en las plumas de las alas, las facciones  de los rostros y los elementos vegetales que lo acompañan.  Motivos iconográficos que, lejos de circunscribirse en  exclusiva a esta iglesia, encontramos también en el propio  señorío molinés, tanto en la iglesia de Hinojosa, como en  la de Labros, sobre todo. Incluso en comarcas más alejadas,  como la de Atienza, también constatamos la presencia  de talleres de la misma filiación, con factura menos elaborada,  como es el caso de Híjes. El capitel exterior, menos  elaborado en su concepto, tiene también forma piramidal,  al igual que su par del lateral derecho. La decoración elegida  en este caso consiste en motivos vegetales, hojas  esquemáticas de sumaria talla, localizadas en las esquinas. Sobre la clave del arco, inscrito en un sillar circular,  hallamos grabado un escudo de armas, notablemente erosionado,  que aparece dividido en cuatro cuarteles. El primero,  a la diestra, en el lado superior, representa las llaves  de San Pedro. En el segundo, en el cuartel superior, a  siniestra, figuran tres estrellas de ocho puntas. El tercero,  en el lado de la diestra, representaría una doble cruz y las  figuras de dos peces, y, finalmente, en el cuarto, inferior a  siniestra, aparece un castillo coronado con tres torres  delanteras y rematado con una cuarta más elevada de  fondo, apenas perceptible dado el grado de conservación.  Al interior conserva una imagen barroca de la Virgen  de los Remedios de tipología popular, y varias esculturas  del siglo XX. La planta, de tres naves, se articula en cuatro  tramos, separados por arcos formeros de medio punto  sobre pilares rectangulares sobre los cuales se alza una  bóveda de cañón rebajado en la nave central y con arquitrabe  en las laterales. El crucero se remata con bóveda de  crucería y de medio cañón en el presbiterio.
           
        
    