Identificador
              19210_02_023n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              41º 13' 35.01'' , -2º 43' 16.10''
          Idioma
              
          Autor
          Ana Belén Fernández Martínez,Ezequiel Jimeno Martínez
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Rienda
          Municipio
              Paredes de Sigüenza
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Claves
          Descripción
              ESTÁ SITUADA EN LAS AFUERAS DEL PUEBLO, en su vertiente  sur, entre los campos de labor y la amplia  vegetación autóctona que la rodea por sus costados.  La trama original de esta iglesia es románica, del siglo XIII,  de claras influencias del obispado seguntino que, al asentarse  la cátedra en esa ciudad, fue reflejo de muchas construcciones  de esta etapa románica en los núcleos que se  iban repoblando. Por tanto, tiene elementos de entonces,  aunque algunos que vemos hoy en día son de diferentes  épocas, sobre todo de los siglos XVII y XVIII.  Es una iglesia de similares dimensiones a otras, como  la de Paredes o Pozancos, con la anchura prevista para  soportar las bóvedas románicas, de una sola nave y con  una cabecera de planta cuadrada con contrafuertes en las  esquinas. No se trata de la primitiva cabecera románica,  sino que es una cabecera ampliada, posiblemente, hacia el  siglo XVII. El tramo medio de la iglesia que corresponde a  la portada puede que sea el de la primitiva planta, ya que  la altura es inferior a los dos cuerpos añadidos de cabecera  y espadaña. La espadaña, situada a los pies, no es tampoco original  románica sino de la misma época de la ampliación,  cuando se aprovechó para modificarla y subirla en altura,  decorada con pináculos de gusto renacentista. De tres  cuerpos, el primero de ellos está enlucido por entero, con  dos cuerpos posteriores para campanas, el segundo con  dos vanos abiertos de medio punto rematados con pináculos  en los laterales, y el último con arco más reducido de  medio punto para campanil y también con sendos pináculos  a los lados.  Los muros de la iglesia fueron reforzados durante las  ampliaciones; la fábrica del conjunto es de sillares de piedra  caliza, bien definidos en las esquinas (mampostería), y  con contrafuertes en los muros norte, sur y este. En el  muro sur se ubica la portada de ingreso, abierta sobre un  pórtico cubierto de tejaroz a un agua, aprovechando el  espacio que dejan los contrafuertes, a los que se adosa dos  machones de gran grosor para disponer el tejaroz. La portada  en sí se resuelve con un arco apuntado, dovelado y  recercado de moldura más estrecha. Descansan los arcos  sobre cornisa en las jambas del muro. A continuación de la  portada se dispone otro de los contrafuertes de este muro  sur, en el que se aprecian los restos del arranque de lo que  pudo ser un arco apuntado, por el grado de inclinación que  toma. Este arco, labrado con el mismo tipo de sillar que los  contrafuertes, nos indica que pertenece a la época de la  ampliación de la iglesia, en la que se elevan los volúmenes  y se adosan los contrafuertes. El arco apuntado pudo ser la  puerta de entrada a un recinto cerrado y situado detrás de  la cabecera, que podría indicar que aquí estuvo el antiguo  cementerio. La parte de la cabecera, de planta cuadrada, cuyo  volumen sobresale del resto, llama la atención por la distribución  de sendos contrafuertes en sus esquinas que reciben  el empuje de la bóveda de crucería del interior. No es  muy habitual encontrar estos contrafuertes en iglesias  románicas, ya que fueron construidos tras la ampliación de  la iglesia como elevación en altura de la capilla para instalar  un retablo de época barroca. En la panda norte se sigue la misma estructura, y se  adosa un cuerpo más bajo y de planta rectangular para la  sacristía, rematado con cornisa y canecillos lisos sin decoración.  Igual número de contrafuertes apoyan también en  este muro, en el que se aprecia un vano aspillerado y cegado.  De la sacristía, y hasta la espadaña, arranca el muro que  cierra un espacio donde se encuentra el actual cementerio  para la población.  De lo más interesante de esta iglesia es la línea de  canecillos que se encuentran bajo el alero de los muros. De  tipología románica, fueron reutilizados tras la reforma de  la iglesia, al igual que la cornisa. Son de diferente fábrica,  y los encontramos de piedra caliza y de arenisca de tono  rojizo. En el muro sur, bajo el alero, se contabilizan un  total de treinta y uno. En el primer tramo, desde la portada  hasta el contrafuerte que separa la cabecera, el modelo  utilizado es de modillones de rollo de traza muy simple.  En el tramo de la cabecera sur, la temática es más variada:  unos son de modillones, como los anteriores, y en otros,  de bella factura, se reflejan figuras antropomorfas, animales  y rostros humanos. Los canecillos se dividen en varios  grupos, y vemos en primer lugar animales como un cerdo  y un perro con un alimento en la boca. Hay también figuras humanas que podían representar  a los propios canteros que trabajaban en la iglesia, o figuras  tan exuberantes como una contorsionista, en la que se ve  como gira todo su cuerpo uniendo brazos y piernas. También,  en el muro norte, aparecen figuras humanas de medio  cuerpo con un instrumento o un bastón entre los brazos.  En la esquina de la cabecera, en su parte sur, se  encuentra otra figura animal que puede identificarse con  un mono y cuya representación caricaturiza al hombre;  éste es el símbolo de la falsedad, aparece con la boca  medio abierta, la lengua entresacada, en acto de burla, y  las palmas de las manos abiertas. Este canecillo es similar  al que se encuentra en la esquina posterior al muro norte,  aunque en peor estado de conservación: también refleja  una figura en acto de burla con la boca abierta. A lo largo  de la cabecera se disponen canecillos geométricos, de  modillones de rollo, puntas y un crismón. En la cornisa  también aparecen motivos vegetales, piñones, flores. Por  último, en el muro norte, los motivos de los canecillos son  también de variada temática, geométricos, de modillones  de rollo, lisos, bolas y figuras humanas, aunque muy deterioradas  (una parece llevar un bastón o lanza en la mano  izquierda). Parte del programa iconográfico tiene similitudes con  la ermita de Cubillas de Albalate de Zorita o también con  Cereceda, entre otras, donde vemos que se representa la  temática de algunos de los canecillos anteriormente citados,  y que recorren todo el alero de la iglesia, como debió  de ocurrir en Rienda si no hubiese sido por las reformas  posteriores. La temática de lo profano tan bien representada  por los canteros de la época, sobre todo en la parte de  los canes de los aleros, era uno de los vehículos de conexión  adoptados por la iglesia para mostrar a los fieles temas  de la vida social, algunos simplemente decorativos como  los de carácter geométrico y otros más trabajados con  temas que ironizaban o simbolizaban sobre la presencia  del hombre en el mundo terrenal en contraposición con el  mundo celestial.  Al interior la iglesia presenta una única nave de tres  tramos, con una patente diferencia de volúmenes arquitectónicos.  Las dimensiones originales de altura fueron modificadas  durante la transformación de la iglesia. La nave se  cubre con cubierta de madera de pares y tirantes, y el  tramo del coro, de otra época, con forjado y cielo raso. La  separación de los tramos y el paso de la nave a la cabecera  se consigue con arcos de medio punto ligeramente  apuntados, apoyados en pilares semicirculares adosados al  muro: con capitel cilíndrico decorado con motivos vegetales  muy simple.
           
        
    