Identificador
              19142_01_002n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              40º 27' 20.88'' , -3º 2' 31.10''
          Idioma
              
          Autor
          Ana Belén Fernández Martínez
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Hontoba
          Municipio
              Hontoba
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Claves
          Descripción
              SITUADA EN PLENO CASCO URBANO de Hontoba, en su  plaza mayor, frente a la casa consistorial se encuentra  la iglesia parroquial de San Pedro. De ella, lo primero  que nos sorprende es su gran espadaña así como el  cambio de morfología constructiva entre naves y ábside.  Este último elemento junto con la ya citada espadaña son  los dos únicos testimonios de época románica que han llegado  hasta nosotros. La espadaña, de cuatro huecos o troneras de medio  punto, se apoya sobre el arco triunfal interior de paso al  presbiterio. Esta ubicación, en detrimento de otras como  situarla a los pies de la iglesia o junto al muro oeste, la relaciona  con otros testimonios de la provincia, como la abandonada  iglesia de La Puerta o la de Santa María del despoblado  de La Golosa, si bien es verdad que de ninguna  de las dos queda constancia material. Sus cuatro vanos no  son del mismo tamaño, siendo los dos situados más al Sur  de mayor tamaño que los del Norte. El conjunto de la  espadaña no está dividido con líneas de imposta o cornisas  como es costumbre sino que se construyó en un sólo  bloque de la misma piedra, sirviendo un pequeño estrechamiento  en la parte superior como único elemento divisorio.  Todo está rematado por un pequeño frontón triangular  y una cruz de hierro. De similar factura es la  espadaña de la iglesia de La Asunción en Pinilla de Jadraque,  únicamente se diferencian en su disposición y la  dimensión de sus vanos. En Pinilla de Jadraque la espadaña  se sitúa a los pies del templo y sus arcos de medio punto  son prácticamente del mismo tamaño. El acceso a la espadaña se dispone en el interior del  templo, en el lado de la epístola, junto al arco triunfal. Esta  escalera de caracol culmina en una diminuta cúpula de crucería, con dos arcos formeros que descansan en gruesas  ménsulas. La clave de esta cúpula coincide con el final del  espigón en el que se apoyan los peldaños. En Guadalajara  existen otros templos con acceso a la espadaña en escalera  de caracol, como los de Alcolea de las Peñas, Cincovillas,  San Bartolomé en Atienza o Pastrana. La articulación de la cabecera absidal en su exterior nos  recuerda los más fieles ejemplos del románico en su transición  al gótico. De tramo recto, concluyendo en semicírculo,  se construye con pequeños sillares unidos con argamasa,  sin rastro alguno de mampostería. El hemiciclo se estrecha  en su unión con el anterior tramo recto para luego dividirse  en cinco pequeños espacios. Estos paños los consigue  gracias a tres haces de columnas adosadas, resultando de  menor tamaño los mas extremos. Los haces de columnas se  disponen con la central de fuste más ancho que las laterales,  careciendo de basa pero contando con capiteles prismáticos  que han perdido su decoración original. Tanto en el lienzo central de la cabecera como en los  dos lados del tramo recto presbiterial se disponen tres ventanales  aspillerados que darían iluminación natural al interior  del templo. Los tres se resuelven de igual manera, con  un ligero abocinamiento en sus arcos interiores apoyados  sobre pilastras lisas y chambranas en arista viva. Toda la  cabecera está rematada por cornisa de canecillos decorados  con pequeños modillones de rollo, los cuales finalizan  con el principio de las naves.  Esta cabecera, ya de transición al gótico, guarda un  gran parecido con la estética incipiente del movimiento  monacal del Císter. Su parecido con la cabecera tripartita  del monasterio de Monsalud es palpable aunque quizá sea  más visible la relación con templos como Santa Coloma de  Albendiego, Santa Clara de Molina de Aragón, San Gil en  Atienza, Villaescusa de Palositos, La Natividad de Hijes o  San Salvador de Pinilla de Jadraque.  El espacio interior del templo está presidido por el  ábside semicircular al que se accede por medio de un gran  arco triunfal. Éste marca el paso entre las tres naves, fruto  de remodelaciones en el siglo XVI, y la cabecera románica.  Lo hace a través de arquivoltas en arista viva de ligero  apunte y derrame. La interior descansa sobre dos columnas  adosadas, con basa apenas perceptible y capiteles de cesta  prismática con decoración de tallos y bulbos. Los ábacos lisos junto a una pilastra interior sirven de  descanso a los arcos exteriores, y también de paso a las dos  columnas enfrentadas a la nave central. Éstas se empotran  en el muro, siendo el primer elemento de empuje para las  arcadas que formarían la nave única de la que estaría compuesta  la iglesia en origen. Ambas columnas cuentan con  un grueso fuste adosado, capitel foliáceo en sus laterales y  sin basa original. En el lado sur de este arco, se observa un  corte en la piedra producido por la colocación de un púlpito  en época moderna que se ha suprimido recientemente. El presbiterio en su tramo recto se cubre con bóveda  de medio cañón en la que nace la línea de imposta en arista  viva que recorre el espacio absidal. Tras un ligero estrechamiento,  una bóveda de horno apuntada cubre el hemiciclo  del ábside. Las tres ventanas descritas en el exterior  se presentan de igual factura interiormente, despojándose  de la chambrana lisa. Las tres naves en las que se articula el templo son fruto  de la ampliación acaecida a partir del siglo XV. Si bien  debemos fijarnos en los empujes del arco triunfal y en los  arranques de la nave central, donde observaremos que los  pesos no se corresponden con las dovelas del arco, lo que  nos lleva a pensar en una ampliación forzada pocos años  después de la primera construcción, que más adelante fue  resuelta ya con el aspecto actual.  En la actualidad, el acceso al templo se realiza por una  puerta flanqueada por dos pequeños contrafuertes situada  en el lado oeste. Sin embargo, en el costado sur, en cierto  desnivel respecto a la cabecera, se encuentra la portada de  tipo gótico. Junto a ella se ha dispuesto la sacristía, una  estancia de planta cuadrada que rompe totalmente con la  morfología románica de la magnífica cabecera. Algunas  informaciones apuntan a que en este mismo costado sur se  disponía un atrio porticado del que se encontraron restos  en una obras a principios del siglo XX. Como ya hemos apuntado la iglesia de San Pedro es  una de las numerosas joyas del románico alcarreño que  pese a sus modificaciones ha sabido guardar una parte de  su historia. Al igual que los testimonios citados como coetáneos  de este templo, dataremos la iglesia a finales del  siglo XII en su primera factura, pero que se imbuyó del incipiente  gótico que ya campaba en la meseta alcarreña en el  siglo XIII.
           
        
    