Identificador
              19299_01_024n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              40º 39' 56.87'' , -2º 58' 16.80''
          Idioma
              
          Autor
          Ezequiel Jimeno Martínez
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Valdeavellano
          Municipio
              Valdeavellano
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Claves
          Descripción
              DE ORIGEN ROMÁNICO, y del siglo XIII, la iglesia de  Valdeavellano es un claro ejemplo de la tipología  de iglesias rurales de dicho estilo que se construyen  en la provincia de Guadalajara con motivo de la repoblación  de estas tierras. De planta original de una sola  nave con cabecera de presbiterio recto y ábside semicircular,  como viene siendo habitual en estas construcciones,  sufre variaciones posteriores que la hacen ampliar su tamaño,  tanto por la amplitud de una nave lateral en su panda  norte como por la apertura de un atrio porticado en su  panda sur, del siglo XVI.  El pórtico de acceso a la iglesia se sitúa, como decimos,  en su panda sur; es posterior a la construcción de la  primitiva iglesia románica y consta de una arcada de cuatro  arcos apuntados, más uno en el lateral occidental.  Dichos arcos son dovelados y de triple arquivolta lisa,  apuntados, y descansan sobre imposta moldurada y a su  vez sobre machones de piedra de sillarejo. Posiblemente  esta estructura esté exenta de un arco más en dirección a  poniente que formaría el quinto, dejando como era habitual  el central enfrentado a la puerta de ingreso. Dicho  arco se tapió, y se construyó en el hueco una capilla posterior  con un vano abierto al interior, en el cual se conserva  un retablo de época renacentista.  La portada de ingreso al templo se resuelve mediante  un arco de medio punto abocinado, en cuyo muro y prolongado  al exterior se abren seis arquivoltas siguiendo el  grosor del mismo. Las arquivoltas exteriores están decoradas con cordoncillo fino, la segunda de ellas de cordoncillo  quebrado y la interior, muy original, es un arco con  nueve incisiones o bocados en el intradós, sin llegar a traspasarlo,  y decorado con un entrelazado de ochos de igual  factura que los que decoran la pila bautismal del templo. La estructura de la arquivolta interior se asemeja por  las incisiones a la de la portada de la iglesia de San Bartolomé  y a la portada de la capilla de San Galindo de Campisábalos,  en la sierra norte de Guadalajara. A su vez también la  decoración de ochos entrelazados la encontramos en el  ábside de esta misma iglesia, actuando como imposta inferior  de los vanos. También esta decoración la vemos en la  portada principal, el escaso vestigio románico de la iglesia  parroquial de Barriopedro, próxima a Valdeavellano. Interesante es la policromía que tuvo en su origen la  portada, y de la que aún se ven restos en sus arquivoltas, de  tonos ocres y azules. Descansan las arquivoltas externa e  interna sobre pilastras sin capitel, y el resto de arquivoltas  sobre cuatro columnas a cada lado de fuste liso, con basa y  plinto. En el margen izquierdo los capiteles muestran con  dificultad, debido a su pésimo estado de conservación, la  decoración foliácea; son de diversa factura, con pétalos y  bolas los primeros, con hojas puntiagudas simulando una  palmera y flores entrelazadas. En el margen derecho se  intercalan los capiteles vegetales con dos representativos  de escenas humanas. El interior parece representar una  escena donde dos feroces bestias devoran a una figura  humana en el vértice; una bestia con fauces abiertas enseñando  los dientes la engancha por un brazo y la otra, mostrando  su cornamenta, lo toma por el otro. Puede decirse  que se trata del tema del hombre pecador devorado por dos  fieras como castigo por desviarse del camino de la fe. El  tercer capitel representa una figura humana de medio cuerpo:  parece ser un pastor barbado que sostiene su bastón en  la mano derecha, toca un caramillo y se acompaña de cuatro  ovejas, dispuestas dos a cada lado.  Anexo al pórtico se encuentra una capilla que reutiliza  el espacio donde posiblemente se encontraba la otra  arcada del mismo. A esta capilla se le añade a su vez otra  dependencia posterior como sacristía adosada al presbiterio,  con dos vanos abiertos uno sobre el otro y rematada  con cornisa de la misma época renacentista. En la panda oriental se encuentra el ábside del templo;  es semicircular, conserva la primitiva fábrica de sillarejo y  en él se abren tres vanos, siendo dos de ellos los originales  románicos de medio punto abocinado y recercados con  sillar. El tercero, en el muro sur, se cegó y se volvió a abrir  otro posiblemente con la ampliación de la iglesia, imitando  al anterior, la mitad más alto, con abocinamiento y recercado  con moldura plana de diferente fábrica. Remata el  ábside una cornisa con canecillos geométricos de piedra. En la panda norte, tras la ampliación de la iglesia en el  siglo XVI, desaparece el primitivo muro de origen románico  y se levanta un muro de claras connotaciones renacentistas,  con diferente aparejo al del ábside y con cornisa  recorrida por moldura plana, como la encontrada en la  capilla sur. Se abren dos vanos para iluminar la nave lateral  y se le añade en el segundo tramo una capilla cuadrangular  que rompe el esquema en planta. Siguiendo el esquema de distribución de espacios de  los templos románicos, la espadaña se sitúa a poniente. El  espacio en torno a la misma se cerró con un muro a media  altura en época de la ampliación; dicho muro parte de la  nave situada al norte y continúa hasta el pórtico, cerrando  el espacio reservado para cementerio. La espadaña, por  tanto, realizada en mampostería con remates de sillar en  las esquinas, consta de dos cuerpos: el primero de ellos  tiene una puerta de ingreso que se encuentra tapiada y que  posiblemente fue el primitivo acceso a una cripta. El  segundo cuerpo se separa del inferior por una imposta  moldurada y alberga los dos huecos para las campanas, los  cuales son de arco de medio punto, rematados por otro  cuerpo triangular recercado por moldura y con hueco más  pequeño para campanil.  Al interior, la iglesia presenta dos naves divididas en  cuatro tramos, la primera nave, la original románica, sufrió  la ampliación del siglo XVI; se aprecia tanto en la altura de  la nave como en la desaparición de los muros originales. Se  cubre con techumbre de madera a través de simples vigas  vistas. El paso de la nave al presbiterio se resuelve con un  gran arco triunfal de mayores dimensiones que el primitivo  románico, que desapareció y en cuyo lugar se dispuso  éste totalmente moldurado que descansa en robustas  columnas de grandes proporciones. De la primitiva cabecera románica se conserva parte  del presbiterio y el ábside. El presbiterio, de testero recto,  conserva el muro sur, de similar factura al resto; desde aquí  arranca una línea de imposta que continúa por el ábside.  Se cubre con bóveda de crucería cuyos nervios descansan  en ménsulas, de las cuales se conservan todas excepto la  del Noreste, que se perdió con la ampliación. Dichas ménsulas  representan, en el muro sur, rostros deformes, caretas  grotescas enseñando la mandíbula con afilados dientes, y,  en el muro norte, rostros más humanos y de mayor sensibilidad,  diferenciando por tanto el tema del hombre pecador  y virtuoso en el mundo. El ábside, totalmente realizado en mampostería bien  trabajada, se cubre con bóveda de cuarto de esfera y se ilumina  al interior con la apertura de tres vanos aspillerados,  de los cuales el situado en la panda sur es de época posterior.  El paso del presbiterio a la nave lateral norte se realiza  mediante arco ojival apoyado en el pilar circular y en  una columna adosada al ábside de fuste estriado. En el primer  tramo de la nave lateral adosada a la original románica  se situó una capilla de tradición gótica, con cubierta de  bóveda de tracería. El acceso a esta capilla desde la nave  lateral se resuelve mediante un arco apuntado más pronunciado  que el anterior citado. La nave norte de la iglesia se construyó con motivo de  la ampliación sufrida en el año 1573, según reza inscrito en  el capitel de una de las columnas. La separación de ambas  naves se resolvió mediante la eliminación del muro original  y la colocación de tres arcos de medio punto de gran  envergadura que descansan sobre esbeltas columnas de  fuste liso y con capitel clásico de collarino y ábaco sobre  el que se dispone una cornisa de donde arrancan los arcos.  La basa de las columnas es también clásica, con toro y  escocia. Tiene la iglesia dos capillas abiertas cada una de ellas  en uno de sus muros. La primera en el muro norte, frente  a la puerta de ingreso, se abre paso mediante un amplio  arco de medio punto; es de planta cuadrada, y es interesante  porque en el suelo de la misma encontramos la lápida  funeraria de uno de los miembros de la familia señorial  Labastida que gobernó la villa durante los siglos XVI y XVII.  La otra capilla se encuentra adosada al muro sur y es de  planta cuadrada, con cubierta de cúpula sobre falsas pechinas.  Llama la atención, tras la ampliación de la nave, la  amplitud del espacio conseguido, la sobreelevación de la  cubierta y la luminosidad con la abertura de nuevos vanos,  tres en cada nave, siguiendo los nuevos modelos de construcción  del renacimiento.  A los pies de la nave se sitúa el coro alto. Destaca de  él una de las vigas portantes asentada sobre pilares. Lo que  resulta confuso es la orientación de la viga, es decir, se  encuentra volteada, lo que nos lleva a la conclusión de que  indudablemente fue movida o traída hasta aquí desde otro  lugar, o bien descolocada tras la ampliación de la iglesia.  La importancia de esta viga de madera radica en la decoración  que lleva en su cara interior. Según Herrera Casado  se observan varias figuras humanas, independientes entre  sí, acompañadas de una figura fantástica, a modo de un  dragón, con cabeza de aspecto canino y una cola con seis  cabezas pequeñas de dragones. Este animal se encuentra  en actitud de comerse a una figura humana, lo que, según  Herrera, se asocia con el pecado de la lujuria. La policromía  de estas pinturas es interesante, con colores llamativos,  tonos cálidos, aunque en muy mal estado de conservación.  En el otro lado del coro, en la nave norte, se  encuentra la pila bautismal de Valdeavellano, de claras  connotaciones románicas y de bella ejecución en su talla.  Es de origen románico, del siglo XIII. Es una pila realizada  en piedra caliza del terreno, de unas formas algo toscas  pero de buena factura. La superficie de su copa se realiza  alternando gallones de diferente tamaño, unos más  estrechos que otros. Aunque la importancia de la decoración  radica en la cenefa de la copa, con figuras de ochos  entrelazados dispuestos en una banda horizontal alrededor  de la pila. Esta decoración la observamos también en  la arquivolta interna de la portada de ingreso, y tiene  semejanzas, a su vez, con otras construcciones, como la  iglesia de San Bartolomé de Campisábalos en cuyo ábside  al exterior se encuentra similar motivo. A su vez también  la vemos en la arquivolta interna de la iglesia de Barriopedro,  lo que puede hacer pensar que el mismo grupo de  canteros pudo trabajar en Valdeavellano, donde plasmaron  esa decoración. Este tipo de decoración ornamental con figuras geométricas  entrelazadas no es muy habitual encontrarlo,  siendo el románico de Guadalajara una de las zonas donde  más se lleva a cabo, influenciados tal vez por el gusto  mudéjar en la provincia que introduce formas orientalizantes.  Remata la copa en su borde superior una incisión  longitudinal. El fuste de la copa es totalmente liso y plano,  cilíndrico y estrecho en relación con la proporción de su  copa, careciendo de una basa, que se perdió o bien se  encuentra enterrada. Las dimensiones de esta copa no  difieren mucho con respecto a otras de la zona: 104 cm de  diámetro y 98 cm de altura.