Identificador
50270_01_004n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 31' 9.39'' , -1º 7' 45.09''
Idioma
Autor
Jorge Arruga Sahún
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Urriés
Municipio
Urriés
Provincia
Zaragoza
Comunidad
Aragón
País
España
Claves
Descripción
La iglesia es la principal edificación del conjunto urbano, situada en la plaza mayor en el centro de la villa, la cual adopta una forma levemente rectangular. Se encuentra exenta, separada de las construcciones más próximas por pequeños callejones, sobre todo en la zona de los pies. Entre los siglos XVI y XVII sufrió una serie de modificaciones y ampliaciones de la planimetría y volumen originales. A este momento se debe la creación de dos capillas laterales a ambos lados de la nave central cubiertas por medio de bóvedas de crucería con nervaduras, una torre de dos cuerpos por encima de una de las mencionadas capillas, una nueva sacristía tras la zona absidal, la creación de un coro en la zona de los pies, sobreelevado y cerrado al exterior por medio de una barandilla de madera, y la disposición de una nueva zona de entrada con su correspondiente portada. De hecho, desde el exterior del conjunto apenas si son visibles las originales formas románicas ya que el ábside solamente puede ser apreciado parcialmente en el tramo que dejó libre el citado añadido de la sacristía y es necesario hacer un esfuerzo y alejarse de la iglesia para contemplar los canecillos de piedra que sustentan los correspondientes aleros de los muros laterales. En el interior se produjo una reforma importante a mediados del siglo XX. Entre los años 1962 y 1963 se descubrieron tras el retablo mayor una serie de pinturas murales pertenecientes al estilo denominado gótico lineal o franco-gótico, datadas en la primera mitad del siglo XIV, las cuales fueron arrancadas de los muros para ser trasladadas a lienzos en aras de conservarlas, ya que el grado de deterioro era bastante importante. En la actualidad se encuentran en el Museo Diocesano de Jaca (Huesca) donde se pueden contemplar nueve fragmentos en distintos grados de conservación. La iglesia es una edificación que ha evolucionado desde la planta rectangular original de nave única dividida en tres tramos a los que se añadía el remate en forma de un ábside semicircular hasta la actual, notablemente modificada. Hoy los añadidos de capillas laterales y torres le otorgan una forma casi de cruz latina, escalonada en el lateral norte y completada en el este, no ya por un ábside semicircular, sino por el testero recto de la sacristía que oculta parcialmente la cabecera románica. Las medidas del interior de la nave son 22,7 m de largo por 5,5 m de ancho. El alzado sur se convierte en el principal debido a su disposición dentro del urbanismo de Urriés, ya que es el que da directamente a la plaza. Con una posición predominante, debido a que el conjunto de la edificación que encuentra sobreelevado unos 3,8 m respecto de la cota de la plaza, destaca desde cualquier parte de la misma. Cuenta con una portada tardorrenacentista en altura, a la que se accede por un tramo recto de escaleras, protegida por un atrio doble adelantado, provisto del mencionado pórtico adintelado y cubierto al interior por bóveda de cañón re bajada y cielo raso en sus dos tramos. Perdura una puerta de entrada de madera antigua, decorada con herrajes que poseen como motivos decorativos pequeñas flores de lis. En la mínima zona en la que hay diferencia de altura entre las cubiertas de nave y pórtico asoman los canecillos de soporte de la cubierta, los cuales alternan entre la pura forma geométrica y la representación tanto de rostros humanos y animales como de pequeños seres antropomorfos, los cuales quedan casi ocultos por las ampliaciones posteriores. El resto del lateral meridional se completa con dos vanos adintelados y con un ligero abocinamiento hacia el exterior sitos en la zona más próxima a los pies de la iglesia y a distinta altura, y con el arranque de la torre, la cual en este primer tramo no se diferencia volumétricamente del resto del muro y cuenta con otra pequeña ventana de características análogas a las ya descritas, con el refuerzo estructural de un doble dintel o cargadero de piedra que asume las cargas en todo el espesor del muro. En cuanto al sistema constructivo, se aprecia una diferencia, tanto de tonalidad como de picado de la piedra en el extremo oeste, que coincide con el arranque de la torre. La parte oriental posee una complejidad todavía mayor, así como confusión en los volúmenes externos, puesto que al cuerpo principal de la torre, de planta cuadrada, aparece adosado en casi todo su desarrollo en altura un pequeño torreón semihexagonal que contiene la escalera. En el extremo norte se adivina un leve semicírculo que corresponde con la zona absidal orginal y que mantiene la forma primigenia con una serie de canecillos en la zona superior que configuran el apoyo de la cubierta. Se denota de nuevo la diferencia entre la sillería original correspondiente al ábside semicircular, edificado con piedra sillar regular, muy bien trabajada y con alturas de hiladas que oscilan según las zonas entre los 36-37 cm y los 39-40 cm, y la de las ampliaciones, de formas parecidas pero con matices de tamaño y tonalidades de piedra inequívocamente distintas. El muro septentrional es una sucesión de lienzos ciegos que marcan al exterior los volúmenes internos, quedando configurada desde este extremo la iglesia como un templo de planta de cruz latina, con cubierta a dos aguas en la nave central, con un descenso en altura de las cubiertas respecto de las zonas del ábside original y del añadido de la sacristía. El resto se completa con la cubierta a tres aguas la zona de la capilla más próxima al ábside y el tramo de tejadillo recto a una sola vertiente que arranca directamente del muro de piedra sillar (en el caso de la pequeña capilla de planta rectangular antes mencionada). El hastial queda completamente liso en toda su extensión, con la salvedad de la aparición de un pequeño vano de iluminación que al interior da directamente a la zona del coro y que se sitúa muy próximo a la cumbrera, y un segundo vano rectangular, casi en la esquina sudoccidental y cerrado por medio de una reja de forja. Se diferencia de la fábrica original incluso por la presencia de un mortero de agarre de los sillares, de tonalidad diferente al resto de la construcción. En cuanto al interior de la iglesia, sus tres tramos de nave originales quedan compartimentados por la presencia de arcos fajones apuntados. Las medias columnas que reciben el peso de los citados perpiaños poseen algunos capiteles decorados de manera sencilla por medio de hojas lisas grandes muy esquematizadas, vueltas en pico y acompañadas en ocasiones de bolas. A lo largo de todo el perímetro mural interior corre una imposta biselada lisa a modo de línea de separación entre muros y bóvedas. Sólo se interrumpe brevemente por encima de la ventana axial, en cuyo entorno se aprecian otras alteraciones del aparejo. Las bóvedas responden a una tipología de medio cañón apuntado en la nave; el tramo absidal ha sido respetado por el paso del tiempo y conserva su bóveda de horno original, con arco de embocadura de medio punto. En el eje del ábside se abre una ventana abocinada que no se aprecia desde el exterior por quedar dentro de la sacristía añadida. El interior reserva al visitante una sorpresa, ya que en el muro de la epístola y a la derecha de la entrada (en un tramo atípico, puesto que es el inmediato a la cabecera) quedó instalada, muy restaurada, la que fuera portada original del edificio. Se organiza mediante arcos apuntados que cobijan un tímpano con crismón (con las letras griegas alfa y omega en orden inverso) que lamentablemente no es el original, conservado en un estado próximo a la desaparición, pero que -por lo que afirma Almería- reproduce sus formas. Apea en dos ménsulas que carecen de decoración. La portada posee tres arquivoltas con una extraña distribución, porque hay dos arquivoltas propiamente dichas, de perfil angular y lisas, separadas por una gruesa moldura en forma de toro flanqueada por dos baquetones. Se trata de una ordenación única en el románico de la provincia y contraria a los usos habituales en la medida en que da protagonismo a lo que tenía que ser intermedio. De ahí que se pueda plantear si no es producto de una equivocada interpretación de las formas originales. También los cimacios de los capiteles son producto de la restauración. Los capiteles se adornan con sencillos esquemas vegetales en abanico. La pila bautismal, ubicada en la capilla de Santa Bárbara, presenta cuerpo monolítico y se decora en su exterior con motivos circulares tallados con diseños de cruces y temas cósmicos (creciente volteado, estrellas, rosetas, etc.). En la parte superior figura una inscripción que Almería transcribió: ERA : M : CC : LXX : VIIII : AN(no) : D(omini) : Mº : CCº : XLº : Iº, que proporciona la datación en el año 1241 (1279 según la era hispana). El conjunto del templo muy probablemente podríamos datarlo en el último tercio del siglo XII a tenor de las formas que lo configuran así como de los elementos ornamentales (especialmente capiteles de la nave) y las características estructurales del edificio (combinación de bóveda de cuarto de esfera en la cabecera y cañón apuntado para la nave). La reforma que sufrió en su práctica totalidad abarca desde mediados del siglo XVI hasta la segunda mitad del XVII, y así podemos poner de relieve las similitudes con el devenir de otras iglesias cercanas, como Isuerre.