Identificador
              19211_03_010n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              40º 37' 20.31'' , - 2º 38' 8.69''
          Idioma
              
          Autor
          Ezequiel Jimeno Martínez
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Cereceda
          Municipio
              Pareja
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Claves
          Descripción
              LA IGLESIA PARROQUIAL DE CERECEDA destaca por ser  uno de los ejemplos de arquitectura románica rural  más original de la Alcarria, ya que, aunque sufre  variaciones en su trayectoria, sobre todo hacia el siglo XVI,  aún conserva su atractivo románico. Es una iglesia rural del  siglo XIII, enclavada en el centro urbano, y con su orienta-  ción natural Este-Oeste, con espadaña a los pies y ábside a  oriente. Se trata de una construcción de una única nave,  con presbiterio sobreelevado de testero recto y ábside  semicircular con tres vanos.  Al exterior la iglesia sigue la estructura del tipo de  iglesias rurales, de fábrica de mampostería en sus muros y  con refuerzo de sillares en esquinas, contrafuertes y parte  de la espadaña. Toda la iglesia se recorre en su exterior,  tanto en los muros norte y sur como en el ábside, excepto  en el cuerpo adosado, con una cornisa que descansa sobre  canecillos de piedra de muy diferente temática. Encontramos  motivos antropomórficos, de roleos, vegetales, geométricos  con bolas, aspas, zoomórficos..., que se conservan  en su estado original. La espadaña la encontramos,  como es habitual, en el muro de poniente, situada a los  pies, y restaurada recientemente; consta de dos cuerpos,  en el primero de ellos se abre un óculo a la altura de la nave  principal, enmarcado por sillares de igual talla y sobre  ellos descansa un arco de medio punto con decoración de  puntas de diamante. El segundo cuerpo triangular de la  espadaña tiene dos vanos con arcos de medio punto y otro  más pequeño para campanil, con refuerzos en los laterales,  de trazos rectos, verticales y horizontales.  En el muro meridional se encuentra la portada principal  de ingreso, bajo un atrio porticado de época posterior  a la realización de la románica. Posiblemente pudo tener  un tejaroz que desapareció al construirse el pórtico. La  portada sufre un abocinamiento interior con cuatro arquivoltas  de medio punto molduradas, pasando de la exterior  con bisel y cordoncillo liso hacia el aplanamiento de las  siguientes, siendo la interior totalmente plana y con decoración  geométrica. Las arquivoltas descansan a su vez  sobre cornisa y capiteles con escenas iconográficas muy  desgastadas que hacen difícil su interpretación. En el mar-  gen izquierdo los temas son vegetales con palmeras y  hojas estilizadas y con una escena en el capitel interior  donde aparecen varias figuras a una misma altura y otra de  ellas que destaca en el centro, en actitud de presidir una  celebración, aunque resulta difícil saber ciertamente de  qué escena se trata. En el margen derecho los capiteles son  también de decoración foliácea, como vemos en el exterior,  pero en el resto, debido a su desgaste, es imposible  comprobar su temática original. Los capiteles descansan a su vez sobre pilastras redondeadas  en sus esquinas, imitando columnas, aunque careciendo  de basas, que fueron eliminadas. El conjunto de la  portada lo enmarca en sus laterales un grupo de columnas  de fuste liso, adosadas entre sí formando tres a cada lado,  que posiblemente llegaran hasta el tejaroz con cornisa, que  fue suprimido por el pórtico actual. Este grupo de haces de  columnas se decora con un anillo moldurado a mitad de su  recorrido, coincidiendo con la altura de los capiteles. Cerrando el conjunto de la portada hay que destacar  la importancia del tímpano, un elemento iconográfico  inusual en el románico alcarreño y que le aporta dosis de  originalidad al templo, ya que no es habitual encontrar  este tipo de decoración en iglesias rurales. Enmarcado en  el centro de la arquivolta interior, el tímpano, muy desgastado,  diferencia dos escenas, una a cada lado, ya que la  parte central se encuentra revocada en yeso, perdiendo  parte de su representación. La parte inferior representa un  grupo de personajes alineados que pueden identificarse  con los apóstoles, y, por encima de ellos, un ángel a cada  lado en actitud de sujetar o alabar a una figura central hoy  desaparecida que podría ser la representación de Cristo. I.  Ruiz lo ha interpretado como una alegoría del bautismo, y  Layna como un acto de adoración. En la cabecera y al exterior encontramos el ábside;  parte de su estructura en el lado meridional queda cegada  por la prolongación de la sacristía, cuerpo que fue adosado  en épocas posteriores y que no permite ver su estado  original. El basamento se adecua para salvar el desnivel del  terreno. La separación del ábside con el presbiterio de testero  recto se aprecia mejor en el muro norte, con dos pilastras  adosadas a cada lado. El cuerpo del ábside se divide en  tres tramos, separados por columnas adosadas de fuste  cilíndrico que arrancan desde abajo y que se rematan con  capitel simple. Se conservan sus tres vanos, uno en cada  tramo; son arcos de medio punto enmarcados por sillares  y rematados con una fina moldura con cordoncillo liso,  apoyando el arco interior sobre columnillas con basa y  capitel esquemático. Toda la estructura del ábside tiene  bajo la cornisa una serie de canecillos del mismo tipo que  los que recorren la iglesia en sus muros norte y sur, con  variedad geométrica y de roleos de diferente tipo. El muro norte de la iglesia se caracteriza por conservar  una antigua puerta de ingreso al templo, enmarcada  por dos contrafuertes de los tres que hay. Esta portada ha  sufrido el desgaste del paso del tiempo y no se conserva al  completo en la actualidad. Consta de dos arquivoltas con  arco de medio punto, la interior ha desaparecido y sólo se  aprecian los arranques, la exterior tiene fina moldura con  cordoncillo liso, y ambas están enmarcadas por una chambrana  con decoración de puntas de diamante. La arquivolta  interior descansa a su vez sobre sendos capiteles muy  desgastados; en uno de ellos se aprecia figuras antropomorfas  enfrentadas entre sí. Las columnas de estos capiteles  son de fuste liso, y solamente la izquierda conserva la  basa y el plinto. La cornisa de esta portada también se sustenta  con canecillos geométricos y roleos de igual índole  que los que recorren la cornisa de este muro norte. En esta  última llama la atención algunos canecillos, especialmente  en los que se representan rostros humanos, como ocurre  en la iglesia de Olmeda del Extremo. Al interior, la iglesia consta de una sola nave, con  techumbre de madera de la época en que se amplió. Tras la  reciente restauración se ha sacado a la luz parte de la piedra  que había tras el revoco de los paramentos, quedando  a la vista parte del arco de entrada y el lienzo que se abre  al presbiterio con la fábrica de sillares originales. El arco  de triunfo de medio punto da paso al presbiterio, éste descansa  sobre pilastras molduradas y con capiteles esquemáticos.  El presbiterio se cubre con una bóveda de cañón  ligeramente apuntada, y el ábside con una de cuarto de  esfera, ambas apoyan sobre una línea de imposta moldurada  con decoración de ajedrezado. La iluminación del ábside  se resuelve mediante tres ventanas en aspillera, formadas  por arcos de medio punto que se decoran con un fino  cordoncillo, con capitel, columnas y basas simples como  ocurre en el exterior. En el muro norte, y frente a la portada principal de  ingreso, se encuentra el hueco de la segunda portada, hoy  tapiada. Muy próxima a ella y a los pies de la iglesia se  encuentra el coro alto, bajo el cual está la pila bautismal,  que fue colocada aquí tras la restauración de la capilla que  se adosa en el muro meridional. Situada bajo el coro, la pila bautismal del templo  puede fecharse hacia el siglo XIII. De similares características  a las de Villaescusa de Palositos y Brihuega, sobre todo  por la disposición de gallones rematados con arcos de  medio punto y no tanto por su exquisita técnica, ya que la  pila de Cereceda es de mayor tosquedad. Realizada en piedra,  se observa dicha tosquedad en su talla, siguiendo el  modelo rural alcarreño. Está decorada con gallones muy  abultados en la achatada superficie de la copa, y rematada  con arcos en la parte superior. Carece de basa, y su fuste es  de gran grosor, proporcional al resto de la pila. Tiene un  diámetro de 110 cm y una altura de 92 cm. Las similitudes  con varios ejemplos de la comarca de la Alcarria hacen  posible establecer lazos de influencia entre las construcciones  de los templos religiosos que se levantaron en esta  época del románico tardío.
           
        
    